martes, 3 de enero de 2012

EL SINDROME DE VIZARRETEA Ernesto Rivera Rodriguez

Tercera Vía
Ernesto Rivera Rodríguez
Acapulco, el síndrome Vizarretea

El escenario político del  año que comienza ofrece oportunidades para recolocar a Acapulco, en el panorama nacional y fortalecer su liderazgo político, económico y social en la entidad, luego de un trienio de descalabros financieros, abandonos políticos, y una brutal violencia,  todo ello junto, como jamás en la historia del municipio, y de este destino turístico se había vivido, por lo que en este 2012, Acapulco, puede recolocarse en la ruta de la consolidación en la economía mundial del turismo, su vocación primigenia, pero también presenta el inminente riesgo de continuar por el camino del retroceso  si aparece en los partidos políticos el “síndrome Vizarretea”: el abandono de las clases políticas y militantes de los partidos por no estar de acuerdo ni comulgar en lo más mínimo con el candidato a la presidencia municipal, o candidato a diputado.
Esto ya se advierte principalmente en el Partido Revolucionario Institucional, PRI, que generó a su vez la gestación de este fenómeno político, al emigrar con todo y voto sus militantes por decenas de miles a los partidos opositores, y no votar por su candidato como sucedió en el 2005 cuando dejaron sólo, técnicamente sin partido a su candidato el Doctor Emilio Vizarretea Rosales, y provocarle una estrepitosa derrota, frente al candidato perredista, Félix Salgado Macedonio, a la postre triunfador en esa contienda.
La situación ya se vislumbra en el futuro cercano al no ponerse de ninguna manera de acuerdo, pues los aspirantes más conocidos, César Flores Maldonado, el diputado federal Fermín Alvarado Arroyo, el también diputado federal, Alejandro Carabias Icaza, el doctor Marco Antonio Terán Porcayo, y la secretaria de Turismo Municipal, y una muy lejana Erika Lurhs Cortés,  hasta hoy los que se han manifestado y sus acciones van en ese tenor, el de no deponer por ningún motivo ni circunstancia su “legítima aspiración”, y como dicen en el mercado: “más vale podrido que mal vendido”.
Pero no solamente ellos están alimentando desde hoy la derrota total del tricolor en Acapulco, proceso que de hecho puede  y está por darse en los principales municipios de la entidad, y distritos electorales, como en el caso de los aspirantes a diputados locales y,  en donde la multitud de aspirantes priístas se mueven al tenor no de su partido el tricolor sino mucho más allá de él, con un mínimo de acercamiento con el delegado especial con funciones de presidente del Comité Directivo Estatal, Víctor de los Santos Valencia, quien además a abonado a la “yerba seca” el combustible de un PRI, abierto a todos,.. vengan de donde vengan, cuando más de un aspirante ha tendido puente, línea e hilo de acercamiento hacia el  jefe político del estado, cuyo referente político  va mucho más allá de los partidos que conformaron la alianza “Guerrero nos Une” y que lo llevo al poder, mostrando de esta manera su calidad de liderazgo político, en el exacto momento en que la encrucijada política se encuentra al rojo vivo, y en donde quienes buscan descarrilar desde adentro al propio revolucionario institucional en Guerrero, también buscan descarrilar al propio gobierno del estado, dejando ver ya claramente sus rostros por su enfermiza obsesión por el poder, atrás de los tinglados, y sin recato alguno buscan a como dé lugar moverse en el mismo escenario político que ya concluyó para ellos, que no pudieron obtener, que ansían tener, disponer y usufructuar a como dé lugar y a cualquier costo, con la certeza inexorable de que lo único que van a lograr es revivir el “Guerrero Bronco”, cuyo ensayo salió mal, en su escenario montado sobre la autopista del sol, y que los tiene gritando, hasta desgañitarse, “¡al asesino, al asesino!”, a cuanto desayuno van, a cuanta grabadora les ponen enfrente, dejando su marca de falta de lealtad y traición, a cada paso y declaración que dan
Con ello damos cuenta del agotamiento del modelo priísta en la entidad, pero también del débil andamiaje de la estructura política de la alianza “Guerrero nos Une” que tiene al gobernador luchando “sólo” contra los “molinos de viento” que no van a prosperar, en sus ansias de obtener el poder, “haiga sido como haiga sido”, y que en una vuelta de tuerca tiene la oportunidad de cortar de un tajo “este supuesto Nudo Gordiano”, para consolidar el esfuerzo del voto que lo llevo a Casa Guerrero, y revertir en el más breve de los plazos el proyecto depredador de desleales, incompetentes que ya tienen rostro, se percibe su sudor y la pestilencia de sus ambiciones, bajo el manto de la amistad, la lealtad y la obediencia, que no son otra cosa que representantes del viejo priismo carente de viabilidad y de un perredismo más inclinado al bonapartismo que tanto crítico Carlos Marx, en su brillante ensayo: El 18 Brumario de Luis Bonaparte.