Ernesto Rivera Rodríguez
Acapulco, el síndrome Vizarretea
El
escenario político del año que comienza
ofrece oportunidades para recolocar a Acapulco, en el panorama nacional y
fortalecer su liderazgo político, económico y social en la entidad, luego de un
trienio de descalabros financieros, abandonos políticos, y una brutal
violencia, todo ello junto, como jamás
en la historia del municipio, y de este destino turístico se había vivido, por
lo que en este 2012, Acapulco, puede recolocarse en la ruta de la consolidación
en la economía mundial del turismo, su vocación primigenia, pero también
presenta el inminente riesgo de continuar por el camino del retroceso si aparece en los partidos políticos el
“síndrome Vizarretea”: el abandono de las clases políticas y militantes de los
partidos por no estar de acuerdo ni comulgar en lo más mínimo con el candidato
a la presidencia municipal, o candidato a diputado.
Esto
ya se advierte principalmente en el Partido Revolucionario Institucional, PRI, que
generó a su vez la gestación de este fenómeno político, al emigrar con todo y
voto sus militantes por decenas de miles a los partidos opositores, y no votar
por su candidato como sucedió en el 2005 cuando dejaron sólo, técnicamente sin
partido a su candidato el Doctor Emilio Vizarretea Rosales, y provocarle una
estrepitosa derrota, frente al candidato perredista, Félix Salgado Macedonio, a
la postre triunfador en esa contienda.
La
situación ya se vislumbra en el futuro cercano al no ponerse de ninguna manera
de acuerdo, pues los aspirantes más conocidos, César Flores Maldonado, el
diputado federal Fermín Alvarado Arroyo, el también diputado federal, Alejandro
Carabias Icaza, el doctor Marco Antonio Terán Porcayo, y la secretaria de Turismo
Municipal, y una muy lejana Erika Lurhs Cortés,
hasta hoy los que se han manifestado y sus acciones van en ese tenor, el
de no deponer por ningún motivo ni circunstancia su “legítima aspiración”, y
como dicen en el mercado: “más vale podrido que mal vendido”.
Pero
no solamente ellos están alimentando desde hoy la derrota total del tricolor en
Acapulco, proceso que de hecho puede y
está por darse en los principales municipios de la entidad, y distritos
electorales, como en el caso de los aspirantes a diputados locales y, en donde la multitud de aspirantes priístas se
mueven al tenor no de su partido el tricolor sino mucho más allá de él, con un
mínimo de acercamiento con el delegado especial con funciones de presidente del
Comité Directivo Estatal, Víctor de los Santos Valencia, quien además a abonado
a la “yerba seca” el combustible de un PRI, abierto a todos,.. vengan de donde
vengan, cuando más de un aspirante ha tendido puente, línea e hilo de
acercamiento hacia el jefe político del
estado, cuyo referente político va mucho
más allá de los partidos que conformaron la alianza “Guerrero nos Une” y que lo
llevo al poder, mostrando de esta manera su calidad de liderazgo político, en
el exacto momento en que la encrucijada política se encuentra al rojo vivo, y
en donde quienes buscan descarrilar desde adentro al propio revolucionario
institucional en Guerrero, también buscan descarrilar al propio gobierno del
estado, dejando ver ya claramente sus rostros por su enfermiza obsesión por el
poder, atrás de los tinglados, y sin recato alguno buscan a como dé lugar
moverse en el mismo escenario político que ya concluyó para ellos, que no
pudieron obtener, que ansían tener, disponer y usufructuar a como dé lugar y a
cualquier costo, con la certeza inexorable de que lo único que van a lograr es
revivir el “Guerrero Bronco”, cuyo ensayo salió mal, en su escenario montado
sobre la autopista del sol, y que los tiene gritando, hasta desgañitarse, “¡al
asesino, al asesino!”, a cuanto desayuno van, a cuanta grabadora les ponen
enfrente, dejando su marca de falta de lealtad y traición, a cada paso y
declaración que dan
Con
ello damos cuenta del agotamiento del modelo priísta en la entidad, pero
también del débil andamiaje de la estructura política de la alianza “Guerrero
nos Une” que tiene al gobernador luchando “sólo” contra los “molinos de viento”
que no van a prosperar, en sus ansias de obtener el poder, “haiga sido como
haiga sido”, y que en una vuelta de tuerca tiene la oportunidad de cortar de un
tajo “este supuesto Nudo Gordiano”, para consolidar el esfuerzo del voto que lo
llevo a Casa Guerrero, y revertir en el más breve de los plazos el proyecto
depredador de desleales, incompetentes que ya tienen rostro, se percibe su
sudor y la pestilencia de sus ambiciones, bajo el manto de la amistad, la
lealtad y la obediencia, que no son otra cosa que representantes del viejo
priismo carente de viabilidad y de un perredismo más inclinado al bonapartismo
que tanto crítico Carlos Marx, en su brillante ensayo: El 18 Brumario de Luis Bonaparte.