domingo, 15 de julio de 2012

CREO CALDERÓN 140 UNIVERSIDADES, PERO SIN PLANTELES


El Universal

Al ver lo solitario del lugar, lo sólido como dicen los abuelos, Ana María Escamilla Lorenzo tiene dudas... En un paraje rodeado de la nada está la universidad donde la más pequeña de sus hijos, Jenny Laura, quiere estudiar algo sobre aduanas. El recorrido desde su casa fue de casi dos horas y media, y a donde voltea aún se ven los montones de arena, grava y hombres apresurando sus carretillas para acelerar la construcción del inmueble en el que se promociona a los primeros 116 egresados de aeronáutica, logística y transporte o administración de Pymes, formados como ingenieros en… las instalaciones de una mueblería.

Un mes antes de que la primera generación de ingenieros aeronáuticos obtuviera su titulación automática, los 650 estudiantes y sus maestros estuvieron de plácemes, con la apertura de los primeros salones de la Universidad Politécnica Metropolitana de Hidalgo.

En cuartos de madera, lámina o instalaciones provisionales, como las de esa mueblería, o bien otras arrendadas a primarias o bachilleratos públicos o privados, es lo que se advierte entre las 140 instituciones que fueron contabilizadas de educación superior en donde se ofrecen “ingenierías de primer nivel”, creadas en los últimos seis años.

La situación se da justamente en medio de la publicación de los resultados del examen de ingreso a licenciaturas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que se prevé dejen a más de 150 mil egresados de bachillerato sin lugar en la institución este año.

El subsecretario de Educación Superior, Rodolfo Tuirán Gutiérrez, acepta que, en promedio, en los primeros dos años y medio los estudios de estos jóvenes se realizan en instalaciones provisionales.

Explica que la calidad del servicio no se afecta en esas condiciones, debido a que en su mayoría las prácticas de laboratorio se realizan a través de software y con la visita a otras instituciones de tipo tecnológico con las cuales se ha integrado el Espacio Común de Instituciones Tecnológicas, o bien a las empresas con las cuales se han desarrollado convenios para estancias estudiantiles.

Asegura que “es común” y también “normal que así empiezan las instituciones” hasta lograr su consolidación y equipar sus instalaciones para ofrecer el servicio como se ha planteado en su diseño.

El funcionario federal deslinda responsabilidades y señala que corresponde a los gobiernos estatales la administración de los recursos para que cada una de las etapas de construcción se concluya en ese periodo de dos años y medio. Pero reconoce que si hay rezagos en la construcción y equipamiento se debe más a “dilemas de los gobiernos estatales”.

“El proceso de iniciar una institución no es fácil”. La Secretaría de Educación Pública (SEP) crea modelos de coordinación para “garantizar una oferta similar en las entidades de calidad”, que permita igualar las oportunidades educativas, pero “no es sencillo el proceso inicial”.

Cada una de esas 140 instituciones de tipo tecnológico tiene un costo de entre 350 y 400 millones de pesos.

Se prevé que en alrededor de 10 años cada una de esas instituciones consolidará su infraestructura: laboratorios, talleres, bibliotecas y centros de cómputo.

En el primer edificio de la Universidad Politécnica Metropolitana de Hidalgo, ubicada en el municipio de Talcoyuca, a 30 minutos de la capital hidalguense, en un pequeño cubículo, Irasema Linares Median, secretaria Académica de la institución, relata cuál fue el proceso de formación de los primeros 116 ingenieros de esa casa de estudios.

Dice que para realizar 10 prácticas de laboratorio en los últimos cuatrimestres la universidad pagó el traslado de los jóvenes desde aquel lugar a las instalaciones de la Escuela Superior de Ingeniería Mecánica y Eléctrica (ESIME) y la Escuela Superior de Ingeniería Química e Industrias Extractivas (ESIQUIE) del IPN; además de que se realizan cuatro visitas a alguna de las 360 empresas con las que tienen convenios.

A pesar de que se cuenta con un primer edificio de salones, uno de los cuales sirve como biblioteca donde se resguardan los 454 títulos y otros como salas multimedia, continúan la construcción de laboratorios, talleres y la biblioteca, aún falta el equipamiento de todo eso.

La funcionaria contó, mientras se aplicaba el examen de ingreso, que este año se ofrecen 660 espacios de nuevo ingreso pero, hasta ahora, a la prueba sólo se presentaron 529 alumnos que aspiran a ingresar a siete carreras: energía, tecnologías de la información, comercio internacional y aduanas, animación y efectos visuales, entre otras.

Los indicadores de la institución señalan que hasta el año 2010 la tasa de reprobación era de 41.6 %; el promedio de calificación de los alumnos era de 7.86. Tiene 52 maestros de asignatura y sólo seis mentores de tiempo completo.
Pero para esa comunidad académica el optimismo de lo que hacen proviene de la aceptación de tres de sus estudiantes a un centro de investigación de la NASA, en el que se encuentran desde hace tres meses.

Lo que impera es una formación teórica y poca práctica para los futuros ingenieros. Eso ha ocurrido en la Universidad Politécnica Metropolitana de Puebla, donde trabajan en las instalaciones de un bachillerato. En el Instituto Tecnológico de Milpa Alta, inaugurado por el presidente Felipe Calderón Hinojosa, los libros de la biblioteca fueron prestados por un bachillerato cercano y las instalaciones no tenían luz ni agua.

El investigador José Blanco dice que esta oferta educativa “la hicieron un poco al ‘me late qué’… Eso no está basado en un estudio riguroso, tan no está, que no atendieron este problema de la oferta de profesionales y sólo abrieron esos tecnológicos”.