Las comparsas de carnaval no dan tregua a Río de
Janeiro y, desde el amanecer, llenaron hoy las calles de la ciudad de
alegría, música, cerveza y miles de juerguistas vestidos con pintorescos
disfraces.
Río de Janeiro
El Universal
Las comparsas de carnaval no dan tregua a
Río de Janeiro y, desde el amanecer, llenaron hoy las calles de la
ciudad de alegría, música, cerveza y miles de juerguistas vestidos con
pintorescos disfraces.
Este domingo estaban programados 52
desfiles de “blocos” , como se conocen en Brasil las comparsas, algunas
pequeñas y otras multitudinarias, que circularon por casi todos los
barrios de la ciudad, desde las favelas más remotas hasta la playa de
Ipanema.
Uno de los grupos más madrugadores
fue el Cordão do Boitatá, comparsa que recorrió las calles del centro de
la ciudad, entre edificios de oficinas y caserones coloniales, a las 8
de la mañana (10:00 GMT) , seguida por miles de personas disfrazadas,
que dieron rienda suelta al buen humor.Esta comparsa llevaba en su
desfile una gran serpiente de tela y gomaespuma, que alude a la leyenda
amazónica del “boitatá” , un ofidio de fuego que devora a quienes
destruyen la selva.
También rindió homenaje con carteles
coloristas a cantantes de samba como Martinho da Vila y al legendario
Bob Marley, padre del “reggae” .
La orquesta del Cordão do Boitatá
estaba compuesta por tambores, bombos, tubas, saxofones, trompetas y
clarinetes y entonó tradicionales canciones de samba y “marchinhas” ,
como se conocen las músicas típicas que se tocan en el carnaval de Río
desde hace más de medio siglo.
Los propios músicos estaban a tono,
con disfraces irreverentes, en especial uno de los percusionistas, que
se colgó al cuello una tapa de retrete, con heces de plástico incluidas.
Entre el público no faltaron
Blancanieves y su madrastra, piratas y princesas árabes, trogloditas,
arlequines, una “hippie” con un cigarro de marihuana de un metro, varios
Súper Mario Bros y, por supuesto, incontables hombres con ropas de
mujer.
Un joven llamado Rómulo Mariano,
vestido con un camisón femenino, una corona de flores y un abanico rosa y
con lunares negros, un atuendo que, según él, era de “princesa de la
primavera” , dijo a Efe que anoche se fue a la cama temprano para estar
“bien descansado” en este “bloco” .
Mariano aseguró que desde el sábado
ha asistido a cuatro desfiles de comparsas y calculó que en todo el
carnaval, que se extenderá un par de semanas más, irá a 20 o 30
desfiles.
Otra joven, Ana Luiza Ramos, acudió al
desfile del Cordão do Boitatá en silla de ruedas y con una pierna
escayolada, porque no se quería perder esta comparsa que calificó de
“maravillosa, cultural e histórica” .
“Yo soy juerguista hasta en silla de
ruedas. Una pierna rota no me va a impedir disfrutar del carnaval” ,
afirmó a Efe Ramos, que trabaja como asistente social y hoy era empujada
por una amiga.
En este desfile, al que asistieron
miles de personas, también se podían encontrar octogenarios y padres que
llevaban a sus bebés en brazos o empujados en un carrito.
La comparsa recorrió varias calles
del distrito financiero de Río, pasó junto al caserón donde vivieron los
reyes de Portugal que se mudaron a Brasil en 1808 y llegó a cortar
momentáneamente el tráfico de varias importantes avenidas del centro.