jueves, 20 de junio de 2013

AL AIRE País de descuajados Los que sí cuajaron Y los descuajaringados Por: Isaías Alanís

Isaias Alanis
Que este país no cuaja, es inadmisible, igual que la selección que sigue sin cuajar en otra cosa que no sea la mediocridad. En Londres, tampoco cuaja la propuesta de EPN sobre la transparencia hacendaria. Lo que si ya cuajó es el amparo de los diputados para no ser transparentados en sus haciendas privadas, tampoco los servidores públicos que en contra de la Constitución que si los cuaja si se agarran toda la cuajada del erario público como los Granier y los gobernadores de los tres partidos de tres colores, que siguen sin cuajar su pacto hasta que salga de un chorro de leche roja, azul y amarilla la reforma petrolera, vía la privatización que ¡Oh sarcasmo de la historia¡ hoy regresa el petróleo a los ingleses a los que Cárdenas se los quitó con la nacionalización. Si no vean cómo cae y cae descuajado el peso mexicano. Es una presión de los Estados Unidos, pues el precio se depreció  0.59% frente al dólar, ante el recorte de  activos por 85,000 millones de dólares mensuales.

Por hacer negocios con su bancada, Cordero no cuajó, y lo cuajaron las fuerzas pactistas, Calderón anda ordeñando la vaca del San Cristóbal Ranch, pa’ ver si ahora si le cuaja su movida al interior del pan que se ha descuajado antes de los próximos comicios de julio. Y sobre un Madero de san Juan, hacen pri, hacen prian, piden queso y les dan un güeso que se les atora en el mero pescuezo pactista cuajador.

Y como en esto de la cuajada, el equipo del Chepo de la Torre, no el del Chapo Guzmán, no da ni para calostros, los descuajados futbolistas regresan a sus clubes envueltos por una cuajada de mediocridad semejante a la de los panistas que se repartieron la no tan esmirriada suma de 400 mil baritos para comprar cuajada de Tenosique, Tabasco y de Ciudad Altamirano, Guerrero.

Y como este país no cuaja después de setenta años de chocolate y atolito priista, seis años tomando leche del rancho sancristobaleño con sabor a mota, digo a Coca y cola de Martita, y otros seis de moronga surtida en territorio nacional por el comandante “del haiga sido como haiga” sido. Esta cuajadura de nación, se desploma al perol de aceite hirviendo donde lo cuajado se derrite. Mientras el descuajado de gomina de apellido Peña Nieto siga tramitando el reformón que nos hará libres.

Voto porque saquen al Chepo de la Torre, y al Chapo Guzmán lo pongan al frente del soccer nacional por encima de Azcárraga Jean, y con un alto sentido patrio se haga también cargo de los negocios de esta descuajadura nacional. Porque México no cuaja, no cuaja.
Oiga usted bien, los descuajaringados mexicanos somos millones, y hay según The Boston Consulting Group, 70 mil 700 grandes ricos mexicanos que si cuajaron. Esa desproporción es mayúscula porque por cada cuajado hay cientos de miles de descuajaringados que por lo mismo no han cuajado, en otra cosa que no sea más pobreza.


Esto se debe a la impunidad con que se manejan las arcas mexicanas. En Colombia, Carlos Slim es multado en por 395 melones de pesos mexicanos, por prácticas monopólicas y abuso en el mercado de la telefonía móvil, que afecta a empresas competidoras y a los usuarios. En México es considerado el nuevo  san Midas que todo lo que toca lo convierte en oro para sus compañías. Allá si lo cuajaron, aquí nos cuaja en cada llamada que hacemos o nos hacen. La telefonía móvil de san Slim es la más cara de la media mundial y en México, la pagamos, contrario a repúblicas bananeras como Nicaragua donde el costo de la telefonía fija y móvil es más barata que en México.