Isaias Alanis |
Que este país no cuaja, es
inadmisible, igual que la selección que sigue sin cuajar en otra cosa que no
sea la mediocridad. En Londres, tampoco cuaja la propuesta de EPN sobre la
transparencia hacendaria. Lo que si ya cuajó es el amparo de los diputados para
no ser transparentados en sus haciendas privadas, tampoco los servidores
públicos que en contra de la Constitución que si los cuaja si se agarran toda
la cuajada del erario público como los Granier y los gobernadores de los tres
partidos de tres colores, que siguen sin cuajar su pacto hasta que salga de un
chorro de leche roja, azul y amarilla la reforma petrolera, vía la
privatización que ¡Oh sarcasmo de la historia¡ hoy regresa el petróleo a los
ingleses a los que Cárdenas se los quitó con la nacionalización. Si no vean
cómo cae y cae descuajado el peso mexicano. Es una presión de los Estados
Unidos, pues el precio se depreció 0.59%
frente al dólar, ante el recorte de
activos por 85,000 millones de dólares mensuales.
Por hacer negocios con su
bancada, Cordero no cuajó, y lo cuajaron las fuerzas pactistas, Calderón anda
ordeñando la vaca del San Cristóbal Ranch, pa’ ver si ahora si le cuaja su
movida al interior del pan que se ha descuajado antes de los próximos comicios
de julio. Y sobre un Madero de san Juan, hacen pri, hacen prian, piden queso y
les dan un güeso que se les atora en el mero pescuezo pactista cuajador.
Y como en esto de la
cuajada, el equipo del Chepo de la Torre, no el del Chapo Guzmán, no da ni para
calostros, los descuajados futbolistas regresan a sus clubes envueltos por una
cuajada de mediocridad semejante a la de los panistas que se repartieron la no
tan esmirriada suma de 400 mil baritos para comprar cuajada de Tenosique,
Tabasco y de Ciudad Altamirano, Guerrero.
Y como este país no cuaja
después de setenta años de chocolate y atolito priista, seis años tomando leche
del rancho sancristobaleño con sabor a mota, digo a Coca y cola de Martita, y
otros seis de moronga surtida en territorio nacional por el comandante “del haiga
sido como haiga” sido. Esta cuajadura de nación, se desploma al perol de aceite
hirviendo donde lo cuajado se derrite. Mientras el descuajado de gomina de
apellido Peña Nieto siga tramitando el reformón que nos hará libres.
Voto porque saquen al Chepo
de la Torre, y al Chapo Guzmán lo pongan al frente del soccer nacional por
encima de Azcárraga Jean, y con un alto sentido patrio se haga también cargo de
los negocios de esta descuajadura nacional. Porque México no cuaja, no cuaja.
Oiga usted bien, los descuajaringados
mexicanos somos millones, y hay según The Boston Consulting Group, 70 mil 700
grandes ricos mexicanos que si cuajaron. Esa desproporción es mayúscula porque
por cada cuajado hay cientos de miles de descuajaringados que por lo mismo no
han cuajado, en otra cosa que no sea más pobreza.
Esto se debe a la impunidad
con que se manejan las arcas mexicanas. En Colombia, Carlos Slim es multado en
por 395 melones de pesos mexicanos, por prácticas monopólicas y abuso en el
mercado de la telefonía móvil, que afecta a empresas competidoras y a los
usuarios. En México es considerado el nuevo
san Midas que todo lo que toca lo convierte en oro para sus compañías.
Allá si lo cuajaron, aquí nos cuaja en cada llamada que hacemos o nos hacen. La
telefonía móvil de san Slim es la más cara de la media mundial y en México, la
pagamos, contrario a repúblicas bananeras como Nicaragua donde el costo de la
telefonía fija y móvil es más barata que en México.