lunes, 29 de julio de 2013

UN PROFESOR ALEMÁN VISITA MÉXICO Por Ramiro Padilla Atondo


Markus Manfred es el nombre del profesor. De edad indefinida, coordinador de un programa de intercambio entre una universidad alemana y UCLA. Decidido a aprovechar este viaje de un mes por tierras californianas y con afán exploratorio se arriesgó a visitar México el fin de semana. El término arriesgar viene de los consejos de muchos de sus conocidos en Los Ángeles, que desaconsejaban su visita a un país salvaje y violento.

Por supuesto que dado su temperamento pasó esos consejos por alto. Quería aprovechar el tiempo. Por azares del destino me tocó ser su compañero de viaje. Empezamos nuestra conversación justo después que el autobús en el que viajábamos de Ensenada aTijuana se descompusiera. Al retraso de una hora experimentado se sumó la infernal línea para cruzar a los Estados Unidos de los domingos en la tarde.

La conversación quizá fue mas reveladora para él que para mi. La espera de tres horas para cruzar se convirtió en una oportunidad de intercambiar puntos de vista entre un habitante de un país del primer mundo, resurgido de sus cenizas después de la segunda guerra mundial, y un habitante de un país que pudiera ser del primer mundo pero que se ha pasado autoboicoteándose toda su historia.

Hablamos sobre todo de narcotráfico, pobreza y educación. Lo primero que me sorprendió fue su absoluta fluidez en inglés. Me dijo que en Alemania el inglés es obligatorio siete años, que de hecho, uno de los requisitos para ingresar a la universidad es un examen avanzado de inglés que dura unas seis horas.

Me escuchaba incrédulo cuando le decía que en México un profesor podía retirarse después de 28 años de servicio (en el caso de las mujeres) con una excelente pensión. Esto es, si ingresabas al sistema a los veinte años, a los cuarenta y ocho te retirabas ganando buen dinero. Una carga excesiva al erario ahora que la expectativa de vida se ha incrementado.
Le dije que no era exclusivo de los maestros, que gracias a la fuerza de los sindicatos muchos accedían a este tipo de beneficios.

El me dijo que en Alemania no importa lo que hagas la edad para el retiro es de 67 años.
También le sorprendió muchísimo el saber que los estudiantes van muy pocas horas a la escuela. Me preguntaba con insistencia sobre lo que hacían los niños y jóvenes en la tarde. Le dije que por lo regular nada. Que la educación no era una prioridad para el gobierno. Como especialista en temas de educación corroboró mis afirmaciones,diciéndome que a él le había tocado ver los resultados de las evaluaciones de los mexicanos y que siempre eran de las más bajas.

Acerca de la pobreza me dijo que se veía que México iba avanzando por lo que tuve que darle un baño de realidad. Más de cuarenta millones de mexicanos en pobreza extrema, dije —define pobreza extrema— me atajó.—Vivir con menos de dos dólares diarios— contesté.
Por supuesto que su cara demostraba perplejidad. No podía entender porqué el gobierno no atacaba el problema de frente. Le expliqué el asunto del clientelismo. Al gobierno le conviene que haya pobres. A mayor  pobreza mayor estado. Mayor oferta de servicios para los pobres. Para un europeo de un país desarrollado, esto es absolutamente ridículo. Le recordé que los mexicanos hemos sido el hazmerreír del mundo inclusive en su país.


Luego tocamos el tema del narcotráfico. La percepción en Europa es que la violencia ha venido a la baja. Le contesté que no había nada más falso. Que era solo que la narrativa oficial había cambiado. Ahora el narcotráfico ya no era noticia de primera plana. Que esa era la razón por la cual se percibía en Europa que el asunto se estaba controlando.

Que somos un país muy dado a las mentiras. Que todos los gobiernos mienten según su conveniencia. Creo que aclaré algunos puntos con el profesor. Le dije que no se sorprendiera de no ver miseria por doquier en Baja California. Que después de todo el turista,por naturaleza buscará lo llamativo del país que visita. Y la pobreza y la miseria no son llamativas. No a primera vista.

Son parte del paisaje. A menos que afeen el centro de la ciudad. Entonces la miseria brillará por unos momentos. Lo que nos tome abusar de los miserables, para que luego vuelvan a ser invisibles.

El profesor quiere volver. Le sorprende muchísimo este asunto de la desigualdad en nuestro país. Prometió pedir un par de meses de vacaciones, para conocer México de verdad.
El México de a pie. No  el de las bonitas cifras que vende el gobierno.

Imagino que para el europeo común México no deja de ser un misterio. Sobre todo porque es considerado un país de muchísimos recursos pero pésimamente administrado. En eso estuvimos totalmente de acuerdo.

En fin. Al menos pudo ver un poco más allá de la superficie. De eso se trata.