Una tradición que comenzó
cuando todos los jueces ingleses de aquella época, asistieron al funeral de la
reina María vestidos con trajes negros en señal de duelo. Todo para complacer
al rey Guillermo III apesadumbrado por la muerte de su esposa. Un luto que dura
ya más de 300 años y que se ha convertido en la vestimenta habitual de letrados
y juristas.
Según cuenta la historia,
Guillermo quedo desolado tras la repentina muerte por viruela de María con tan
solo 32 años. Se decía que paso "de ser el más feliz" a "ser la
criatura más miserable sobre la tierra". Otros historiadores ponen en
cuestión este amor, ya que a menudo el rey humillaba a María ante los ojos de
toda la corte con sus varios amantes, masculinos y femeninos: Hans Willem
Bentinck, Arnold van Keppel y Elizabeth Hamilton.