sábado, 12 de diciembre de 2015

ENTRESEMANA Un problema de credibilidad… Moisés Sánchez Limón

MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN

El miércoles pasado –9 de diciembre—al término de un encuentro con empresarios en Acapulco, Guerrero, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong,  reprochó ausencias, respaldo a actos de gobierno.
El secretario aludió a una singular orfandad en materia de comunicación en la que el gobierno de Enrique Peña Nieto queda frente a la estridencia y beligerancia de grupos ultra radicales, como aquellos que retan y se enfrentan a la fuerza pública, la agreden y zarandean para luego alzarse víctimas con una insultante y cínica impunidad cuyas imágenes impactan y transitan en medio del aplauso comedido y fundado en la desinformación y el hartazgo, prohijado por los críticos del sistema por sistema.
José López Portillo reprochó en su momento una verdad a medias porque, en todo caso, quienes le manejaban la imagen se evidenciaron ayunos de mecanismos para responder a la crítica que en aquellos días era sacrilegio en la perversa relación prensa-gobierno.
“No te pago para que me pegues”, reconvino el entonces Presidente en alusión a la publicidad oficial que es alimento de las empresas de comunicación, pero que desde su óptica del poder omnímodo implicaba el pago del amasiato pervertido por lo que se consideraba libertad de prensa pero en realidad era un soborno para divulgar el México de fantasía y echar bajo la alfombra lo oscuro de los lodos del ejercicio del poder.
En los tiempos que corren, no extraña la enjundia denostadora contra el sistema, de prohombres que se han encumbrado desde una cómoda oposición del discurso irreverente, como Gustavo Enrique Madero y Jesús Zambrano Grijalva.
Ambos fueron integrantes de la fuerza que impulsó al Pacto por México y negoció para sus estancos la parte que mejor les ajustó de las reformas estructurales, cuya maduración tardará un rato pero ellos han descalificado y, en consecuencia, abonado en los terrenos de quienes como los negociantes de la CNTE y antes del SME echaron redes en el río revuelto en que se ha convertido la actividad pública.
Evalúe usted. El miércoles 9 de diciembre, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong pidió ayuda a los empresarios guerrerenses. “Ayúdennos, estamos en un país que desafortunadamente sale(n) los que quieren deteriorar la imagen y se asoman más en los medios, esos precisamente. No, no es correcto. Miami, Chicago, Detroit, Miami que van mucho, Las Vegas, todos esos tienen índices delictivos más grandes que Acapulco, mucho más grandes. Pero allá hablan bien de sus ciudades, hacen programas como los que usted hace referencia.
Aquí nos echamos para atrás, y dejamos que hablen los que quieren que esa imagen siga perjudicándonos. Por eso estoy totalmente de acuerdo. Pero hagámoslo juntos.
Tomemos, sí, nosotros juntos, las calles, en la fuerza que es la sociedad, para que podamos sumar y sumar más para hacer a un lado a los que deterioran la imagen, a esos pequeños grupos que son efectivamente muchos menos que el resto de la población de Guerrero, y que pareciera que pueden más que nosotros.
Nosotros aplicamos la ley, pero ustedes salen a decir que está bien.
Ayer –recordó el enfrentamiento de centistas y la fuerza pública-- aplicamos la ley en Chiapas, ellos avientan un camión contra las fuerzas federales, inician un fuego, matan a un mismo maestro, ellos mismos, y salen a decir y está en muchas notas y periódicos nacionales, que fueron las fuerzas federales, y no hay un ciudadano hoy allá, que diga que no es cierto.
Les comento lo de allá, porque algo pasó aquí en Acapulco hace un año, que ellos mismos, con una acción lastiman hasta la muerte a un maestro, y dicen que son las fuerzas federales, y nadie sale a decir nada.
Entiendo el temor, entiendo el miedo, pero yo estoy seguro que somos, cuando ellos han visto a la sociedad unidad, ellos, se han echado para atrás”.
¿Reprochar a los empresarios, al ciudadano común porque no defiende un acto de gobierno? Sin duda Osorio Chong tiene razón, pero el reproche lo deben registrar las instancias que manejan la política de comunicación, ésas que creen que con planas de publicidad que hablan de las bondades de Mover a México, repartir casas y combatir a la miseria, lograrán que miles de lectores salgan a las calles a enfrentar a las huestes manipuladas con el tema de Ayotzinapa y de la CNTE y que avalen a pie juntillas los informes oficiales.
Pero, bueno, el secretario de Gobernación planteó a los empresarios: “Si ustedes como sociedad se ponen enfrente organizadamente, no para confrontar, sino para sentir el respaldo y la fuerza de ustedes, nosotros nos ponemos por delante para ya evitar que sigan lastimando a sus familias y a toda la sociedad”. Así de fácil es la solución que avista el ex gobernador de Hidalgo.
Así de fácil y de ilusa referencia porque en tanto los asideros de una política de comunicación siga fundándose en el “te pago para que no me pegues” y digas que todo está a punto de turrón, será el cuento de nunca acabar.
Porque, lo asume Osorio Chong, “cuando hemos dicho que baja (el porcentaje de homicidios), parece que lastimo, lo digo como vocero, a la ciudadanía, y salen a decir: no es cierto, es incorrecto”. Eso se llama problema de credibilidad. ¿Y los genios de las pautas de publicidad? Las empresas de comunicación, son eso: empresas. Y, en todo caso, como medios de comunicación reflejan, informan de lo que acontece. No son amanuenses oficiosos.
Defender un acto de gobierno requiere de convicciones y éstas se construyen desde el poder. Si Aurelio Nuño se enfrenta a la CNTE y la arrincona con fundamentos legales, le creo. Pero, si los actos son posturas de campaña, ¿qué hago? ¿Me pagas para que no te pegue? Un problema, serio, de credibilidad. Conste.
VIERNES. Mire usted, por ejemplo, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, se reunió con REPORTEROS y defendió, con argumentos sólidos, la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. Dijo que marcará un antes y un después en la historia de las grandes obras de infraestructura en nuestro país y será una obra emblemática del México del Siglo XXI.
Y reiteró que el proyecto es autofinanciable,  que en ningún lugar del mundo operan por separado los vuelos nacionales e internacionales; además, citó, una vez que entre en operación, a finales de 2020, el NAICM generará aproximadamente 450 mil puestos de trabajo, convirtiéndose en la principal fuente de empleos en la zona metropolitana. Eso es generar convicciones y dar pauta a un asunto defendible. Digo.

@msanchezlimon

Vanguardia Digital