Hijo
natural de los finados Efrén López López Moctezuma y Cristina González Salinas,
nació en Ometepec, en el Barrio de la Guadalupe.
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Su
familia materna con la que se crio era de pobreza extrema. Miguel Ángel comenzó a trabajar a los 8 años
de peón y vendiendo paletas.
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Estudió
hasta el segundo de Secundaria en el Bello Nido y con la ayuda de su amigo Joel
Zapata Montalván se fue a Orizaba donde
la concluyó.
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Estudió
en la Escuela Náutica de Veracruz, donde se tituló como Piloto Naval e
Ingeniero Geógrafo.
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Hizo
la Carrera de Capitán de Altura en los
barcos de Transportación Marítima, a bordo de los cuales recorrió todos los
mares y océanos del mundo, durante 15 años, aunque su Carrera pilotando barcos
fue de 30 años. Cuando su Carrera de Piloto Naval terminó, se dedicó a realizar
salvamentos de barcos hundidos.
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Actualmente
está retirado y dedica su tiempo libre a escribir y ha publicado varios
manuales y libros técnicos, y obras como ‘’El Hombre, La Mar y Los Barcos’’ y
‘’Bitácora del Capitán’’.
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Está
casado con Norma Pérez Morales, con
quien procreó tres hijos, Miguel Ángel, Fernando y Norma del Carmen, todos
ellos con Carreras universitarias.
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Tiene
dos nietos, hijos de su hijo Fernando, que son su mayor adoración:
Valentina de 11 años y Santiago de 8.
Karmelynda
Valverde
México,
D.F.
Nació en Ometepec el 15 de
mayo de 1934, en el Barrio de La Guadalupe. Su papá fue don Efrén López López
Moctezuma y su mamá Cristina González Salinas ‘’fui hijo fuera de matrimonio, a
los días que nací, mi papá se fue a Acapulco y a los 4 años murió, así que no
lo conocí, no tenía ni idea de cómo era. Yo estudié la Primaria en Ometepec en
El Porvenir Social ya luego entré a la
segunda generación de la Secundaría donde estudié dos años de Secundaria. Mi
familia materna era una familia muy, muy, muy pobre. De la época en la que no
había escuelas, mi mamá y sus hermanas no estudiaron porque no tuvieron
escuelas o no pudieron estudiar. A los 8 años tuve que comenzar a trabajar como
peón de albañil, también iba a las milpas…luego comencé a vender paletas de la
Yoli que estaban ahí en la avenida principal….en mi infancia conocía a toda la
gente pero no tenía yo idea de la barrera que había entre pobres y
ricos…..descalzo hasta los 15 año…de Ometepec
salí a los 16 años y me voy a una Secundaria de Orizaba, Veracruz’’.
Su entrañable amigo y
paisano ometepequense, Joel Zapata le había conseguido la entrada a un
internado que estaba en Atlacomulco pero Miguel Ángel llegó tarde y ya no
alcanzó inscripción, por lo que fue enviado a Orizaba para ver si ahí lograba
entrar ‘’Ahí me quedé y terminé el tercer año y ya de ahí me fui a Veracruz y
entré a la Escuela Náutica, que era una escuela de paga pero se pagaba muy
poco, lo que salía caro eran los uniformes; había que tener
uniforme blanco para el diario, uniforme
caqui de diario, overol, traje de baño, traje de gala blanco, traje de gala
negro…entonces llegué y tuve la suerte de agarrar una placita de velador ahí
mismo en la escuela y trabaje 5 años de velador, de ahí también pagaba la colegiatura y tenía donde dormir’’.
Estudió 5 años en la
Escuela Náutica y cuando termina se va a hacer las prácticas a bordo de los
barcos durante 18 meses, luego de lo cual regresa a la escuela y presenta su
examen profesional y se titula de Piloto Naval e Ingeniero Geógrafo ‘’A partir
de ahí comienzo a buscar trabajo y anduve en los barcos de allá del Pacífico 7 años, de oficial, primer
oficial, segundo oficial…luego fui Capitán de dos barcos chicos y cuando se
forma Transportación Marítima Mexicana, me toca ir de planta ya a través del
Sindicato. Llegué de tercer oficial, de segundo, de primero y ya luego me quedé
de Capitán; hice la Carrera de Capitán en los barcos de Transportación Marítima
donde estuve 15 años’’.
7 años después de haber terminado
su Carrera conoció a Norma Pérez Morales, una bonita veracruzana quien le robó
el corazón y contraen matrimonio, estableciéndose ahí en Veracruz, donde
nacieron sus tres hijos: Miguel Ángel, Fernando y Norma del Carmen. ‘’Mi esposa se quedaba a cargo de los hijos
porque yo me embarcaba y regresaba hasta después de un año, para estar con
ellos 15 días. Hubo una vez en que no vine en tres años…y nos comunicábamos al
principio por cartas’’.
En sus largas travesías
como Capitán de barcos de carga, Miguel Ángel comenta que a pesar de la gran
responsabilidad que esto representaba, siempre se las arreglaba para hacer un
poco de turismo ‘’Antes de la era del contenedor a los barcos les llamábamos de
carga general, o sea que llegábamos a un puerto, a Tokio por ejemplo y entre la
descarga y la carga nos llevábamos unos
4 o 5 días, entonces normalmente a las 5 de la tarde ya no se trabajaba porque
era muy caro el tiempo extra de los estibadores y ya como Capitán tú tienes la
responsabilidad del barco las 24 horas del día …pero se da uno sus mañas y
salía yo a comer, salía yo a pasear, a conocer… me iba a conocer la ciudad, traía yo siempre una camarita y tomé
miles de fotos y mi mujer no se si las perdió pero tengo todos los negativos.
En cada puerto teníamos un representante que paga la compañía, te lleva con el
médico, te lleva la correspondencia….entonces iba yo a la agencia, iba al
Consulado, iba a la Embajada por obligación ¿eh? Y a presentarle el diario al
Embajador, nos invitaba a comer. Yo viví una vida preciosa en los barcos’’.
Entre los lugares que
recorrió confiesa que el que más le impresionó ha sido Rotterdam ‘’Es un lugar de Europa del Norte, de Holanda, en
los países bajos, toda la costa tiene como una especie de bardas, entras por el
Río Elba y una vez que ya te estás acercando al puerto entras con puras
esclusas, son puertos artificiales. Por ejemplo llegas, te suben o te bajan de
acuerdo a la marea para entrar a los muelles. Así está Bremen, así está Hamburgo,
así está Alejabe, porque hay unas mareas de 10 o 12 metros. Por ejemplo baja la
marea y te baja 12 metros y sube la marea y estás 12 metros arriba; entonces ya
en la bahía que controla la esclusa,
está permanente la altura. Londres es igual, entras a Kilbury’’.
Recorrió todos los mares y
océanos. Conoció ciudades y puertos de los 5 continentes, pero su corazón siempre
estuvo en Ometepec ‘’Lo que me mantuvo fuerte en esa época fue el recuerdo de mi
vida en Ometepec. Me gustaban mucho las
fiestas que hacían de los casamientos, las fiestas patronales, los velorios…me
encantan por los tamales, me muero por las picaditas, el mole, el estofado.
Toda mi vida la relacionaba yo con Ometepec. Por ejemplo, estaba yo en el puente de mando en la noche, me sentaba yo
por ahí de la una o dos de la mañana y lo que venía a mi mente era lo que había
vivido yo en Ometepec, mis
vivencias…cuando quería yo evadirme, me acordaba yo de La Hontana, de la gente,
del queso fresco, de los ticasos. Toda
mi vida he tenido en la cabeza a mi región. Cuando uno está en el mar en una
larga travesía, vives las 24 horas pendiente de los boletines meteorológicos.
Salíamos de Ensenada directo a Japón…doce días, trece días catorce días, quince
días, dependiendo si tenía buen tiempo, si había que esquivar un tifón. Estás pendiente de todo eso, de la comida, de
que la tripulación esté bien….¡35 elementos de 4 sindicatos! Incluso el más
tonto es líder. Sí tiene buen tiempo vas feliz, comes bien…si tienes mal tiempo hay marejadas,
lluvia, otro día niebla…llegas a Japón y miles de barcos que convergen. Para el
Atlántico Norte tormento chino, ya que subes arriba de las Islas Azores: niebla, mal tiempo, lluvia, días en
que no ves el sol…aparte en invierno no hay sol en Europa del Norte. Entras a
puerto y te encuentras un frío de 20 grados.
En el 2008 le
pronosticaron cáncer de próstata y el diagnóstico que le dio el doctor era
alarmante, fue operado y le recetaron un tratamiento a base de unas inyecciones
que le aplicaban en la pierna ‘’Yo fui
feliz en los barcos…yo fui el primer Capitán mexicano que le dio la vuelta al cabo
de La Esperanza….salimos de Rotterdam, pusimos combustible en Durban, África
del Sur, Hong Kong, Shanghai y regreso a Veracruz, volví a Panamá, luego a
Canadá y de ahí a Argentina y pensé que
era posible escribir y quise poner ahí una síntesis de mi tierra, de sus
tradiciones, de todo lo que yo viví cuando era niño y luego mis 5 años en la
escuela que fueron también preciosos, luego mi vida en los barcos, entonces
cuando me di yo cuenta tenía mil y pico
cuartillas escritas…afortunadamente mi hija estaba sin trabajo y me ayudó a
depurar eso, lo agarró por su cuenta, me quitó algunas cosas pero yo las
volví poner ¡y lo publiqué!.
Luego escribiría ‘’El
Hombre, La Mar, Los Barcos’’ y otro de ‘’Barcos, Puertos y Selecciones
Portuarias’’ Buques Cargas y Puertos, ’’Pura foto, totalmente técnico hizo
apuntes de ‘’Seguro Marítimo’ de fletamento, de cargas, de manual para
Capitanes ‘’los hacía, mandaba a imprimir 20, lo regalaba a las Escuelas
Técnicas, una en Veracruz, una en Tampico, y en Mazatlán y el primer libro
bueno que hice se llamó ‘’Contenedores, Cargas y Estiba’’ de mi experiencia en
el Monterrey el primer barco de contenedores y ese lo vendí, lo mandé a Cuba, a
Chile y lo llevaron como libro de Consulta, incluso me pidieron que si lo
podían copiar’’.
Cada año regresa a
Ometepec a reencontrarse con sus raíces, su idiosincracia, justo después de
asistir en Azoyú a la ‘’Convención anual de los López’’ ‘’Primero llego a Azoyú,
donde me hace un estofado especial de iguana
y tamales la mamá de José Efrén López Cortez, las otras sobrinas me
hacen torrejas, como ticasos, queso…de ahí ya me voy a Ometepec…yo quisiera
llegar a mi tierra y encontrarlo libre y ordenado, sin basura sin vendedores en
las calles, sin borrachos, ahora que vi el desgarriate en que se ha convertido
la fiesta del santo este, ¡qué cosa tan denigrante!