La obligada renuncia de
Melquiades Olmedo Montes a la Secretaría de Protección Civil, huele más a una
sacudida de compromisos políticos por parte del gobernador Héctor Astudillo
Flores, a que el abogado acapulqueño realmente haya sido el único responsable
de no haberle informado el hallazgo de 19 cadáveres en una fosa de
Chichihualco.
De hecho, Protección Civil
sólo participa en el levantamiento de cadáveres en casos excepcionales. Su
labor son las acciones de prevención en materia de seguridad a la población en
casos de fenómenos naturales, eventos sociales multitudinarios, y lo que
corresponde a las labores propias de los rescatistas, paramédicos y bomberos.
Las diligencias de
levantamientos cadavéricos no son para esa dependencia un procedimiento
rutinario, como sí lo serían para la Fiscalía, la Policía del Estado o para el
Servicio Médico Forense (Semefo), que depende de la Secretaría de Salud.
Aunado a ello hay una
Dirección de Gobernación que se supone, debe estar muy bien informada de lo que
sucede en el estado y mantener debidamente actualizados tanto al secretario
General de Gobierno Florencio Salazar Adame, como al propio gobernador.
Por si fuera poco, en ese
municipio también hay un alcalde que cuenta con una estructura de seguridad y
gobernación, independientemente del contacto directo con los pobladores.
El caso es que todo este
aparato de información falló, y durante tres días el gobernador, quien debe ser
el hombre más informado de Guerrero, dijo no saber nada del macabro hallazgo
que terminó reconociendo, y optó por pedir la renuncia, no del fiscal, porque
se supone que este tiene “autonomía” del Ejecutivo; tampoco la del secretario
de Seguridad Pública o el de Salud, del cual depende el Semefo. No. Pidió la
renuncia al secretario de Protección Civil. ¿Por qué?
Aquí es donde la
suspicacia política nos lleva a la correlación de fuerzas en el gabinete
estatal. En aras de pagar las facturas de campaña Astudillo asignó a su grupo
político solamente las secretarías de Gobierno, y la de Administración y
Finanzas.
El grupo del ex gobernador
René Juárez Cisneros fue el más favorecido, con cinco Secretarías y al del secretario de Organización Política
de la dirigencia nacional del PRI, Manuel Añorve Baños, le cedió tres, así como
la estratégica Dirección de Comunicación Social.
Por su cercanía con el
líder priísta Manlio Fabio Beltrones y los espacios ocupados por su grupo
político en el gobierno estatal y el Congreso del Estado, a Manuel Añorve se le
menciona incluso como el segundo hombre más poderoso de Guerrero, después del
gobernador, lo cual lo coloca como un factor ineludible para la gobernabilidad,
pero también para los planes sucesorios que en el futuro tenga Astudillo.
Héctor Astudillo de manera
estratégica colocó desde el principio a los miembros de su equipo en
subsecretarías y subdelegaciones, de tal manera que estén listos para escalar
posiciones. Esto parece haber pasado. El nuevo titular de Protección Civil es
el hasta hace un par de días subsecretario César Mayares Salvador, quien fuera
colaborador del gobernador en el Ayuntamiento de Chilpancingo.
De tal suerte que el
gobernador pudiese haber realizado un movimiento de judo político al aprovechar
la fuerza del golpe que se le venía encima por la desinformación en los hechos
e Chichihualco, para entregar a los leones a un funcionario de otro grupo
político, y sacarle raja a la situación recuperando para el suyo una secretaría
más. Ni hablar. De lo cedido, lo recuperado.
jalepezochoa@gmail.com