miércoles, 20 de enero de 2016

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Héctor Astudillo y sus funcionarios


Algunos funcionarios de la administración del gobernador Héctor Astudillo Flores no toleran la crítica. Se molestan luego luego. Quisieran que todo se les aplaudiera. Pero cómo aplaudirles sus ocurrencias y valemadrismo si Guerrero sigue sumiéndose en la violencia.
Tal parece que no les interesa seguir la ruta de trabajo trazada por el mandatario estatal, ya que prefieren que los problemas revienten y no operar antes para darles solución.
El próximo 27 de enero se cumplirán tres meses de gobierno astudillista y el fin de la administración ineficaz de Rogelio Ortega Martínez. Ha habido cambios positivos, hay que reconocerlo.
Para nadie es secreto que Héctor Astudillo heredó un gobierno endeudado, un estado convulsionado y, peor aún, colaboradores del aguirrismo y el orteguismo que no quieren irse, ya que amagan con demandar laboralmente y hacer escándalo. No entienden que gobierna un partido diferente al que llegaron.
El PRD dejó de gobernar Guerrero porque así lo decidieron los electores el pasado 7 de junio en las urnas y no porque haya sido un capricho del presidente Enrique Peña Nieto. Se le volvió a dar una oportunidad al PRI, pero eso no lo entienden tampoco algunos priistas que tienen importantes cargos desde el 27 de octubre de 2015. Ojalá reflexionen y se pongan a trabajar arduamente para ayudarle al mandatario estatal a cumplir con el orden y la paz que requiere la entidad.
Si el gobierno de Astudillo fracasa le va ir mal al estado de Guerrero. Y al PRI, ni se diga.
Gobernar Guerrero es muy complicado por la grave violencia que impera en las 8 regiones. Pero si todos los funcionarios cumplieran con su papel muy seguramente la situación mejoraría.
Los ciudadanos están esperando resultados del actual gobierno estatal, sobre todo en materia de seguridad pública, combate a la pobreza, generación de empleos, realce al turismo y sancionando a servidores públicos y representantes populares que hayan cometido actos de corrupción.
El 2018 está a la vuelta de la esquina. En ese año se van a elegir presidentes municipales, diputados locales y federales, senadores y presidente de la República. Y si Héctor Astudillo da para entonces mejores resultados al PRI le va ir bien, porque no hay que olvidar que el PRD no está acabado en Guerrero, ya que gobierna importantes Presidencias Municipales: Acapulco, Zihuatanejo, Ometepec, Pungarabato (Ciudad Altamirano), etc.
Un acierto que hay que reconocerle al gobernador Héctor Astudillo es su buena disposición de apoyar a todos los municipios sin importar colores partidistas, y eso lo han manifestado alcaldes del PRD y Movimiento Ciudadano. En Acapulco, por ejemplo, el alcalde perredista Evodio Velázquez Aguirre se ha coordinado muy bien con el gobierno estatal. Y los resultados han sido positivos: en la temporada vacacional de diciembre 97% de ocupación hotelera, reforzamiento de la seguridad en el puerto y realización de importantes eventos deportivos y culturales.
El que no tiene interés de coordinarse bien con el gobierno estatal es el alcalde priista de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, ya que cree que lo puede todo y no necesita a nadie. Su excesiva soberbia lo está llevando al despeñadero político. Pero lo más lamentable su pésimo gobierno que afecta a los chilpancinguenses.
Se comenta que en las próximas semanas habrá cambios en el gabinete astudillista, sobre todo en secretarías y direcciones generales que le han generado dolores de cabeza al mandatario estatal. Desde luego que sería sano y factible que así fuera. Nadie es indispensable en un cargo. Los cambios de mando oxigenan siempre a un gobierno.
Héctor Astudillo está en todo su derecho de destituir a funcionarios que no respondan a las expectativas de su proyecto de gobierno ni al pueblo de Guerrero.
RAYMUNDO GARCÍA Y SU PROPUESTA
El representante del distrito local 26, Raymundo García Gutiérrez, manifestó hace unos días su preocupación por la falta de apoyo de los niños y jóvenes que dejan de estudiar cuando pierden a sus padres y tutores. Y ante eso propuso una iniciativa de ley para otorgar una pensión mensual para que continúen sus estudios, ya que el Estado está obligado de impartir educación e incluso fomentarla, a través de becas.
El también presidente de la Comisión de Salud en la LXI Legislatura argumentó que la Ley General de Educación obliga a los ciudadanos a cursar por lo menos la primaria, secundaria y nivel medio superior y que los jefes de familia tienen las responsabilidad de verificar que sus hijos cumplan con ello, aunque aclaró “que existen vacíos legales que impiden que un buen número de niños y jóvenes estudien cuando los padres, tutores o responsables de la manutención desaparecen, fallecen o quedan impedidos para trabajar”.
Corresponde entonces a los demás diputados analizar la iniciativa presentada por García Gutiérrez denominada Ley de Pensión Educativa para el Estado de Guerrero, para que de esa forma los niños y jóvenes guerrerenses no abandonen la escuela por falta de recursos económicos.
Sin lugar a dudas, es una iniciativa con sentido social.

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