ALEJANDRINO GONZALEZ |
La DGCS de Guerrero
intentó evitar la denuncia de agresión a periodistas por Policías Federales
Una llamada saliente de la Dirección General de
Comunicación Social del Gobierno del Estado de Guerrero (DGCS) pretendió evitar la denuncia de
periodistas de la agresión contra reporteros en el municipio de Zumpango del
Río por Policías Federales. Se supo fue directamente Erika Luhrs Cortes quien
realizó la llamada a varios directivos de periódicos y portales de
internet la noche del mismo día de la
agresión.
La actitud de Erika Luhrs,
no es nueva contra los representantes de los medios de comunicación; ha
denigrado esta labor.
La lamentable situación ha
llegado hasta el Honorable Congreso del estado en donde, ya se cocina la
comparecencia de la jefa de prensa del Ejecutivo por la actitud tomada hacia
los periodistas de Guerrero.
Un tal Rafael Lomelí,
comisario o comisionado o algo así de la Policía Federal también lanzó un
boletín en donde desmiente el hecho cuando las fotografías ya difundidas
muestran la actitud de los agentes contra los periodistas que acudieron al
lugar y que no pudieron llegar dar cobertura por impedimento del Gobierno
Federal bajo el argumento de que se contaminaba la zona.
El boletín señala que “tres reporteros intentaron entrar por la
fuerza al lugar” la pregunta. ¿Por la fuerza? ¿Cómo entrar por la fuerza cuando
hay 10 policías embozados cual delincuentes te impiden el paso? Ridículo.
Ya lo dijimos en una
columna anterior, no queremos entrar en confrontación con ninguna autoridad
porque de antemano es inequitativa una lucha entre el poder y la prensa. Lo que
decimos es que deben parar las agresiones contra la prensa, deben dar las
mínimas garantías para el ejercicio periodístico; a esto, quienes fuimos
agredidos hacemos responsables a los agresores a y a cualquier personero del
gobierno por lo que nos pueda suceder a nosotros y a nuestras familias.
Hay suficientes elementos
para denunciar. Hay suficientes elementos para decir que las cosas están mal en
Guerrero y la actitud de Erika Luhrs no es más que un dato que se suma a la
oleada de agresión que viene. Es todo.