La carrera política pluripartidista que le antecede. Su
relación con el ex gobernador, Zeferino Torreblanca Galindo. Y su postura ante
los acontecimientos lamentables del 12 de diciembre, han colocado al diputado
federal, Armando Ríos Piter como el apestado político de la entidad, a quien a
raíz de las declaraciones vertidas por el senador de la república, Julio César
Aguirre Méndez, le ha comenzado a llover sobre mojado.
Así es. Ríos Piter fue señalado por el senador de estar
cabildeando en el Congreso de la unión, para que prospere el juicio político en
contra del Gobernador Ángel Aguirre Rivero, después de lo cual, si bien ha
salido a deslindarse y pedir pruebas de sus declaraciones a Aguirre Méndez, lo
cierto es que ha quedado mal parado ante la opinión pública, que lo ha
comenzado a despedazar en las redes sociales.
Una fotografía que vi el día de ayer en el facebook, trae a
la memoria uno de los eventos políticos de la campaña de Ángel Aguirre, en
donde recibe el abrazo de Armando Ríos Piter, y la que es subtitulada como: “El
abrazo de Acatempan”, con la que evidentemente, se hace alusión a la supuesta
traición del diputado federal.
En su defensa, Ríos Piter argumenta que se trata de una
campaña para desprestigiarlo ante sus aspiraciones por ser senador de la
república, lo cual suena un tanto ilógico, sobre todo cuando se sabe que los
más recientes acontecimientos lo tienen casi fuera de la posibilidad de ser
candidato al Senado por el PRD de Guerrero.
De entrada, es mal visto por la gran mayoría de las
corrientes perredistas de la entidad, que dicho sea de paso, se han visto
fortalecidas ante la futura candidatura de Andrés Manuel López Obrador a la
Presidencia de la República. No así Ríos Piter, quien al ser amigo y aliado del
más repudiado de los gobernadores que Guerrero ha tenido: Zeferino Torreblanca
Galindo, sus bonos lucen en la lona. Y aunado a ello, su respaldo en las altas
esferas, que reside en la figura del jefe de gobierno del D.F., Marcelo Ebrard,
luce muy débil, y se antoja sumamente difícil que éste meta las manos al fuego
por él.
Dentro de quienes dan la razón al senador Julio César
Aguirre, difunden la postura emitida por Armando Ríos Piter, al seno de la
Comisión Permanente del Congreso de la Unión, cuando se abordó el tema de los
lamentables acontecimientos del 12 de diciembre pasado. Según los trascendidos,
el diputado federal diría: “Quedaron ahí tendidos los cuerpos de Gabriel
Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera. Y sus demandas eran: la mejora de
los baños de la escuela, demandas que año con año en muchas ocasiones plantean
los compañeros normalistas. Y 20 nuevos estudiantes”.
Por donde se vea, esas palabras tratarían de exhibir al
gobierno de Guerrero como insensible y carente de voluntad para atender las
demandas sociales. Un sello, que evidentemente, no es el que distingue al
Gobernador Ángel Aguirre Rivero, quien por cierto, semanas atrás había estado
en las instalaciones de la Normal Rural de Ayotzinapa, entregando apoyos
históricos para la institución, con el objetivo evidente de fortalecerla.
Por eso es entendible, que ante las declaraciones hechas por
el senador Julio César Aguirre, la ciudadanía ubique a Ríos Piter como un
apestado, al que las puertas rumbo al Senado se le han ido cerrado
gradualmente. ¿Será acaso por eso, que tiene negras intenciones para buscar la
desestabilización del estado?