miércoles, 11 de julio de 2012

IMÁGENES PARA LA REFLEXION. Por José Manuel Gómez


IMÁGENES PARA LA REFLEXION.
Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia.
Aldous Huxley

El mundo se derrumbo aquella mañana del martes 11 de septiembre de 2001, de manera definitiva y en muchos niveles. Cuando esas poderosas columnas de acero y cristal, símbolo de la riqueza y la opulencia norteamericana, que parecían sostener el firmamento y apuntalar la economía mas solida de la tierra, se vinieron abajo con horrible estruendo llevándose en sus entrañas a millares de victimas, el sueño de los Estados Unidos, el estilo de vida americano pareció morir, convertirse en un farsa hipócrita y mediática. Utilizando aviones propiedad de dos de sus compañías mas emblemáticas, terroristas del medio oriente, perpetraron el ataque mas devastador en suelo estadounidense jamas visto, era su bautizo de fuego a una guerra de la que la nación de barras y estrellas había sido en cierta manera, su artífice. Y el nacimiento de un nuevo orden mundial, cuyo emblema seria el miedo y la incertidumbre.

Con el correr de los días, las calles se volvieron terreno fértil para los atropellos y la violación a las garantías individuales, en los medios de comunicación, fanáticos de distintas denominaciones arrojaron su veneno a las desconcertadas masas que pedían justicia por sus muertos a cualquier costo, y en la babilónica Washington, un presidente de escasa capacidad pero de lengua mordaz juraba que atraparía a los responsables y los llevaría a la justicia. El resultado final, es conocido por todos, una crisis de confianza, dos guerras injustas e igual de sanguinarias que los ataques a los cuales debían vengar, y un déficit económico tal que llevo al mundo al borde de un cataclismo financiero.
Han pasado doce años, y la situación no es menos atenuante que en aquel tiempo, de lo que tenemos que estar convencidos, es que el panorama internacional como lo conocimos se derrumbo en medio de las llamas y que sobre ese hecho de se debe construir un nuevo mundo basado en la tolerancia y el respeto, de contrario nuestra propia supervivencia estará puesta en riesgo y episodios como el 11S seguirán formando parte no solo de la suma de nuestros miedos sino del panorama cotidiano de nuestra civilización.