Enrique Castillo González |
Tabasco; la intención del
viaje presentaba deltas mismas que trataré de recorrer con ustedes mis nueve
lectores.
Hace casi un siglo, el
capitán de Infantería del recién institucionalizado Ejercito Mexicano, Apolinar
Castillo Rosas, se desplazaba con su tropa (a caballo) a la villa de Tenosique,
sus órdenes eran precisas, establecer orden y paz en ese espacio geográfico y
dejar sentir que el gobierno de la República estaba procurando unidad nacional;
hace 45 años, el ya entonces General retirado Apolinar nos contaba a sus nietos
del momento en que vio a la mujer, no a una mujer, a LA MUJER; ella se bañaba
en el río junto con otras flores "esa mujer será la madre de mis
hijos" sentenció y con esas palabras dejó claro a los otros soldados que
ahí, en esa hermosa curra de largos cabellos negros, nadie podría poner sus
ojos. Ah, por cierto, tuvieron 10 hijos.
la otra ruta pluvial de
aquel delta que arriba comenté va en el sentido de conocer la ingeniería de la
Seguridad Pública en ese Estado, no está demás recordar que fue ahí donde se
descubrió que la Policía Preventiva acostumbraba a blindar sus intereses no
legales generando "hermandades" y que ellos habían creado acciones
para defender estos, "si venía alguna autoridad foránea a tratar de
quebrar el camino de sus INTERESES ellos, los policías miembros de tal
hermandad actuarían en consecuencia" y así lo hicieron, el atentado contra
el Secretario de Seguridad Pública (Solis)
fue el parte aguas de lo que era la mafia policial a los esfuerzos que
ahora se hacen para reformar la vida interna de esas corporaciones.
Pero, si me permiten, el
resto de lo que le queda a esta semana he de usarlo para continuar comentando:
1.- Los
avatares del capitán Castillo Rosas en Tabasco y
2.- Las
reflexiones de mis lecturas en Tenosique, Zapata y Villa Hermosa.
Ultimo
patrullaje.- y cuando me quería olvidar un poco de mis
hermanos sangrones y celosos de mi presencia de hombre guapo, ¡madres! en el
Parque de la Vente me encontré con un "Pochitoque"