sábado, 12 de octubre de 2013

Entresemana El calvario del pobre en el IMSS Moisés Sánchez Limón

Hace un año cuatro meses, Ceveriano Vázquez Rodríguez había cumplido 29 años y falleció víctima de cáncer. De origen humilde, Ceveriano murió en el Hospital General de Zona Bicentenario San Pedro Xalpa No. 48, del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Luego de su deceso, “servidores públicos” de la Subdelegación Número 3 del IMSS, ubicada en Villalongín 117, colonia Cuauhtémoc, de la ciudad de México, han sometido a un camino de tramitología, humillaciones, ofensas y amenazas a sus deudos, es decir, a su hermana Marisol y su madre, doña Saturnina.

Saturnina tiene 61 años, campesina poblana, humilde y prácticamente analfabeta; Marisol se gana la vida como empleada doméstica y estudia para concluir la educación primaria. Esa condición las hace aún más vulnerables y se presume que servidores públicos del IMSS deben orientarlas y facilitarles recuperar los dineros de la AFORE de Ceveriano.

Marisol, inició el papeleo para la ayuda de defunción que otorga el IMSS, ante una burocracia indolente. Ya sabe usted: que originales de acta de nacimiento y credencial para votar, que la cartilla militar, comprobante de domicilio, Clave Única de Registro de Población (CURP), constancia de registro en el RFC para cotejo, vigencia del IMSS, informes médicos… ¡Ufff!

Primero, en la Unidad Médica Familiar (UMF) número 13, ubicada en la delegación Azcapotzalco, solicitaron a Saturnina una hoja de jurídico que según debía gestionar en los Juzgados Familiares del Distrito Federal ubicados en una de las torres de "Plaza Juárez", Avenida Juárez número 8, Colonia Centro, delegación Cuauhtémoc. Pero la “hoja" no se tramitaba en ese sitio, sino en los juzgados civiles localizados en Niños Héroes número132 en la colonia Doctores.
Después le requirieron comprobante de soltería de Ceverino, desde los 14 años, emitido tanto por las autoridades del estado de Puebla como del Distrito Federal, para corroborar que era beneficiaria por ascendencia y no existen viuda, huérfanos ni concubina con derecho a pensión.
Debido a que la señora Saturnina vivía con Marisol sus trámites fueron turnados a la Unidad Médica Familiar (UMF) número 5, ubicada avenida Marina Nacional, esquina con Mariano Escobedo, colonia Anáhuac.
Ahí le pidieron comprobar la relación del parentesco con el fallecido, que dependía económicamente de él, estado de cuenta de la Afore de Ceveriano, obtenida de la página de Internet que maneja la cuenta individual con una antigüedad no mayor seis meses previos a la fecha de la solicitud o contrato firmado con ésta. También CURP, copias certificadas de las actas de nacimiento y de defunción del asegurado emitida por el Registro Civil.

Además, Saturnina tendría que presentar Identificación oficial con fotografía y firma, constancia testimonial con la que acredite la dependencia económica expedida por la autoridad judicial competente, con fecha de expedición después de la defunción del asegurado.

Asimismo, comprobante de domicilio de reciente expedición, no mayor de tres meses a la fecha de la presentación de la solicitud, Clave Única de Registro de Población (CURP) constancia del RFC original y copia para cotejo, tener una dirección de correo electrónico y una cuenta bancaria para hacer el depósito de la Afore, si esta procede.

Saturnina es campesina prácticamente analfabeta. ¡Ah! Pero se le solicita obtener documentos vía Internet, contar con correo electrónico, inscribirse en el SAT, cuyos trámites se realizan a través de su página web y se concluyen en cualquier Administración Local de Servicios al Contribuyente. Y que abra una cuenta bancaria.

Con esfuerzo, perseverancia y ayuda de muchas personas, Marisol y su madre obtuvieron los documentos. Pero fue imposible inscribirla al Registro Federal de Contribuyentes.
El pasado lunes 07 de octubre, entregaron en la UMF número 5 los papeles correspondientes en original y copia, donde se preguntó el tiempo que llevaría la resolución. Su respuesta fue, de cuatro a cinco semanas porque se enviaría a la Subdelegación número 3 ubicada en Villalongin 117, en la colonia Cuauhtémoc.
Por eso, el martes 8 de octubre Saturnina se fue a Puebla a tramitar más actas certificadas de nacimiento de ella y su hijo; con todos los trámites se le agotaron y temía le pidieran más.
El miércoles 09 de esta semana, a las ocho de la mañana llamaron de la Subdelegación número 3 para exigir a Saturnina presentarse con todos los papeles que ya había entregado en original y copia. ¿No tenía ya el IMSS esos documentos?
Al “servidor público”, quien se negó a proporcionar su nombre pero que se llama Salvador Fernández, se le dijo que Saturnina no podía acudir a la referida Subdelegación.
Pero este “servidor público” que responde en la extensión 13777 en el número telefónico 5629-02-00 y que cobardemente se ocultaba en el anonimato para maltratar a los derechohabientes, amenazó a Marisol con detener su trámite si su madre no se presentaba el jueves (ayer) en el horario que él indicó. ¡Vaya con la burocracia!
De acuerdo con lo referido en la página web del IMSS,  "el plazo máximo de resolución del trámite es de 21 días naturales para casos de Ley del Seguro Social 1973 y 30 días naturales para casos de Ley del Seguro Social Ley 1997".

En el caso de Saturnina Rodríguez Galindo, solo pasaron dos días. Pero se atendió la exigencia. Marisol y Saturnina acudieron a la Subdelegación número 3 de Villalongín 117 y atendidas por un hombre que dijo llamarse Salvador Fernández, se le preguntó si fue él quien llamó la víspera por teléfono; aseguró que sí.

Salvador Fernandez se dirigió a una mujer que vestía blusa blanca y pantalón gris, y un hombre de camisa azul de manga corta, quien dijo llamarse Francisco Hernández, lo que se duda porque lo dijo en forma burlona y su gafete lo colocó de tal forma que no pudiese leerse su nombre, pero hay fotografías de ese trío de “servidores públicos”.

Le pidieron a Saturnina pasar sola. A Salvador Fernández se le dijo que ella no sabe leer ni escribir y requería que su hija pasara con ella para ayudarle. Salvador se negó. En un cubículo, Saturnina fue interrogada por la mujer y los dos hombres acerca de su residencia, origen, por qué solicita el pago, la muerte de su hijo y sobre Marisol, a quien acusaron de ser una persona que la asesoraba pero, advirtieron, "tenga cuidado esa gente solo le quiere sacar dinero, mejor regrese a su pueblo porque su solicitud no va a pasar, se nota que miente en lo que dice señora".

Saturnina salió con ojos llorosos y muy asustada, y contó: "Dicen que no me creen que sea analfabeta, y que si lo soy es problema mío, que se les hace raro que Marisol me acompañe, se secreteaban entre ellos y se burlaban de mí, me defendí y les dije que no lo hicieran, ellos respondieron que no les levantara la voz y que no fuera prepotente, no sé qué significa eso, pero yo no lo hice".

El trío de servidores públicos amenazó y humilló a Saturnina. La discriminan y obligan a abandonar el trámite de ley para recuperar los dineros ahorrados de su hijo; le han dicho que incluso tiene derecho a una pensión, pero los “servidores públicos” del IMSS hacen todo lo posible por dejarla en el desamparo. Este viernes, Marisol y Saturnina tienen audiencia con el señor Miguel Ángel Guadarrama en esa Subdelegación de Villalongín. Dicen que atenderán su queja. Dicen. Conste.