Nikola Tesla es uno de los
grandes genios del siglo XX como inventor centrado en la investigación de la
electricidad, si su proyecto de una torre capaz de dar electricidad de forma
inalámbrica se hubiese hecho realidad, el mundo sería muy diferente.
Nikola Tesla, ese genio
olvidado en su tiempo por las presiones comerciales de otros inventores, ese
verdadero héroe de la ciencia de la que deberíamos avergonzarnos de no saber
más de él y sí de otros no-inventores pero si buenos vendedores. Durante los
últimos años su memoria está siendo rescatada. Grandes campañas en internet
como la increíble hazaña de The Oatmeal para ayudar a construir un museo de
Tesla han ayudado a que este inventor sea reconocido como uno de los verdaderos
genios del inicio de la gran revolución de la electricidad.
Uno de sus mayores inventos
que nunca vieron la luz del día por no poder encontrar financiación es la Torre
Wardenclyffe, o más conocida como la Torre de Tesla. Este genio creía que era
capaz de encontrar la forma de transmitir energía mediante el aire, al igual
como hoy en día somos capaces de transmitir datos inalámbricamente, gracias a
muchas torres alrededor del mundo que harían de repetidores.
Este fue un sueño tan
grande que de haber encontrado los recursos para lograr crear un prototipo con
su primera torre en su laboratorio de Shoreham (Nueva York), hubiese cambiado
el mundo para siempre, con una de las evoluciones que tan solo podemos soñar y
quizá comparar con Internet o los motores a reacción.
Tesla logró ver su torre
completamente terminada, pero ante la falta de dinero, se demolió en 1917. Como
dato, Tesla demostró que la transmisión de energía era posible mediante
inducción electrostática ¡en 1891!
Un mundo con carga inalámbrica
Imaginemos un mundo donde
Tesla fue considerado lo que es, un genio cuyas invenciones podían cambiar el
mundo. Imagina que laTorre Wardenclyffe logró terminarse y que Nikola Tesla
lograse la financiación para crear una empresa que gestionase las miles de
torres de carga inalámbrica por todo el mundo.
Viviríamos en un mundo tan
diferente, en el que se hubiesen podido avanzar décadas en muchos aspectos.
Imagina que Tesla lograse
hacer que se pudiese transmitir energía entre América y Europa, se hubiesen
podido crear aviones eléctricos capaces de surcar el Atlántico décadas antes de
que Charles Lindbergh lograse cruzar el océano sin escalas entre Nueva York y
París.
Hubiésemos podido cambiar
la revolución industrial creada en el siglo XIX que se movía a carbón por un
sistema mucho más limpio
Las energías renovables
hubiesen podido tomar un papel muchísimo más importante que el que tienen hoy
en día, si las Torres de Tesla necesitarían muchísima energía para poder
“repartirla”, se necesitarían grandes centrales que la generasen, como grandes
centrales hidroelécticas, pero si la energía renovable tomase el relevo, se
hubiese podido lograr crear un sistema de carga eléctrica inalámbrica y
verdaderamente limpia.
Elige cualquier aparato
eléctrico en tu vida y tan intenta imaginarte un mundo donde jamás conocerías
lo que es un cable de carga, o lo que es que un aparato se quede sin batería.
Imagina aviones eléctricos surcando los cielos, millones de coches sin emitir
CO2, industrias capaces de funcionar sin la necesidad de contaminar, marcapasos
o todo tipo de tecnología en nuestro cuerpo que no necesitaría baterías, como
piernas robóticas para lesionados.
De acuerdo, al no terminar
este proyecto nunca se logró determinar si hubiésemos podido correr algún
peligro médico. También hay que entender que en 1917 el número de aparatos
electrónicos es incomparable con los millones de aparatos que hoy en día
necesitan de energía eléctrica para funcionar.
Es bonito soñar, es
indecente saber lo que se le hizo a Tesla.
En nuestra mano queda dar
cobijo y ánimo al próximo Tesla de nuestra generación, que espero su revolución
no sea crear una red social o una App. Volvemos a necesitar un científico loco
que crea que las reglas pueden reescribirse.
Vía:
https://www.fayerwayer.com/2013/07/un-mundo-con-antenas-tesla/