JOSÉ MARÍA ARELLANO MORA |
Siendo chavo me gustaba
leer la sección de nota roja del periódico Excélsior. Me impresionaban los
hechos, también conocí las expresiones “bebidas
espirituosas”, “mujer de la vida
galante”, entre otras. Con el tiempo dejé por la paz esa sección.
En los años sesentas,
solamente publicaban fotografías de cadáveres, sangre y partes de cuerpo humano
de crímenes, era la “Alarma!”. Y ocasionalmente
“La Prensa”. De ahí ningún otro ni por accidente. Parecía que esos hechos se
suscitaban en otro mundo, otra colonia y con otro tipo de personas. En una
ocasión unos de mis tíos llego con un ejemplar de esos y me invadió la
curiosidad, lo hojeé y en verdad me desconcertó. La dejé al instante.
-“Tío, ¿te gusta esta revista?” -le pregunté al pariente.
-“No
sobrino, nada más la compré para pasar el tiempo” -fue su respuesta
inmediata.
Recientemente en un puesto
de periódicos llegó un señor de la tercera edad a ver los diarios en el
exhibidor y empezó maquinalmente a cubrirse con sus manos a la altura de su
vista, por el momento pensé: “el sol le
molesta”. Seguí viendo los titulares de periódicos y portadas de revistas. Y, el señor continuaba con el movimiento de
sus brazos.
-“Cómo es posible que publiquen esas fotos, de muertos, sangre y heridos,
qué criterio” –el señor se dirigió a mí.
-“Si” –le contesté entre sorpresa y duda. No había caído en la
posibilidad que hay gente que no le gusta ver esas imágenes de accidentados y
ensangrentados, se les hacen repugnantes.
Entonces comprendí que el
señor cubría con sus manos las imágenes de los impresos y no porque le
molestara el sol.
Esto me recuerda que hace
nueve años me contactó un amigo –mejor conocido como “Mr. Ultra”- solicitándome una portada para estuche de DVD.
-“Es sobre una colección particular de DVDs que estoy haciendo de
asesinos seriales ¿conoces el tema?”
-“Poco, no he leído mucho al respecto”.
-“Fue Robert Ressler, quien acuño el término ‘serial killer’ (asesino en
serie). Un criminólogo que en su andar se encontró con hechos discordantes, no
comunes en un asesinato. Aquí la causa no es por robo, ni venganza, ni pasión o
por género; es indistintamente... Los asesinos los realizan por el simple hecho
de matar; el placer psicológico del acto. Esto caracteriza a un asesino serial…”
–a de manera de un experto me fue diciendo.
Llegué a casa y me dispuse
a plantear una solución gráfica para la portada, como siempre buscando la mejor
solución. Para ello investigue sobre los asesinos seriales e imágenes que me
evocaran y me ayudaran para la propuesta. Desde aquella ocasión, al menos por
acá en México, vagamente se oía de este tipo muertes provocadas por uno asesino
serial. Eso de “asesino serial” ha creado mucho pánico en personas de la tercera
edad, principalmente en las mujeres. Sobre este tema, debido a la tergiversación
de los medios se genera miedo ante estas noticias, las cuales han impactado entre la
comunidad tlatelolca.
Ha provocado pánico, no es
malo tener miedo, el miedo es una reacción natural ante un peligro pero es malo
vivir con él.
Envalentonarse para erradicar
el miedo, tal vez sea la mejor manera. Pero no del todo es bueno, hay que estar
precavidos pero no caer en la obsesión ni menos en la lógica inmediata.
Se pregunta y se demanda
una pronta solución a la inseguridad. Pero se busca la “fórmula mágica” que de inmediato lo resuelva. Ante ello sugiero que
en las reuniones de vecinos se llegue con propuestas concretas; y, en las
mismas, en la orden del día considerar el tema de la seguridad para buscar la
manera de poder asegurar un método que nos ayude a estar alertas y ayudarnos
entre los residentes de las tres secciones.
Esto pasó y pasa en la
Ciudad de México y también en Tlatelolco.