domingo, 6 de marzo de 2016

CARTAS DESDE CHICAGO/ Pichi Trump ROGELIO FAZ.

 Bien podríamos decir los ‘hispanos’ en Estados Unidos durante la contienda electoral para ocupar la presidencia: Cruz, cruz que se vaya el diablo (Trump) y venga… (¿?).

Hay líderes mundiales que no solo han hecho historia, sino que han cambiado el “rumbo” de la humanidad. El más conocido en nuestros tiempos modernos fue Adolf Hitler, que pagó con su vida sin antes llevarse a millones de personas por delante durante la Segunda Guerra Mundial. Por lo regular estos líderes obedecen a un propósito legítimo con el apoyo popular. Prometiendo lo mejor para sus pueblos, acaban enfermos de poder, egocentrismo y fuera de cualquier parámetro de justicia y de la realidad.

En Latinoamérica los hemos tenido y los seguimos teniendo, basta citar a uno por ‘loco’: Abdalá Bucaram (por cierto con bigotito al estilo Hitler) ex presidente de Ecuador. Destituido de su cargo por el Congreso ecuatoriano en 1997 después de seis meses como presidente “por incapacidad mental”. Gobernó con estilo pintoresco, tropical, música y baile. Un bocón, conservador, populista y controvertido que subió al cielo y bajó al infierno en el mundo pagando del servicio público, ganándose el apodo de El Loco.

Actualmente vive en Panamá con asilo político tras un fracaso para evitar un juicio en su contra que se conoció en Ecuador como “Pichi Corte” que lo exoneraría.

Parecería increíble pero en Estados Unidos se podría dar un caso similar con el “republicano” Donald Trump si llegara a la presidencia. Supongamos que así sea y por la vía legitima con apoyo popular y las bases (delegados) del partido. Pero eso no le quita lo loco y peligroso, por lo tanto habría que irle buscando un lugar después de su destitución en caso de llegar a la presidencia, por zafado y desfasado con la realidad.
Y qué mejor que internarlo en un manicomio que el mismo financie, digamos que se llame para satisfacción de su ego “Pichi Trump Psychiatric Hospital”.
Pero también dicen que los locos y los borrachos dicen la verdad. Así que, antes de que este loco nos mande a la chiflada habría que analizar cuánto de lo que dice lleva una dosis de verdad aunque sea desproporcionada. Porque también –se debe reconocer-- nos hacemos los loquitos en cuestiones de inmigración indocumentada para después hacernos víctimas de una situación irregular que es compartida.     

¿Que Trump es un líder para muchos carismático y popular? es evidente que sí. Y como no habría de serlo si hasta Hugo Chávez, Evo Morales, Andrés Manuel López Obrador, Layín (el sexyman de Nayarit que robó poquito y dice buscará la candidatura para gobernador independiente), y hasta el Che Guevara entre muchos otros, son personalidades que llegan a multitudes como lo hizo Hitler, pero que pueden cobrar muy caras sus hazañas. Al menos en justica terrenal y acorde a las circunstancias en beneficio de las mayorías.
En el peor de los casos mejor hay que decir Cruz, Cruz (el monaguillo más hipócrita de la política que ganó ayer sábado Kansas y Maine) o Rubio, y que se vaya el diablo Trump –anoche ganó Kentucky y Louisiana-. Allá ellos que se las arreglen con la maquiavélica de Hillary Clinton, que al menos nos mantendría en el limbo migratorio con la ilusión de una posible realidad justiciera ¿quién más?