Viendo
imágenes de uno de los últimos pueblos aislados del planeta, también conocidos
como "indígenas invisibles", que fueron fotografiados desde el aire,
cerca del límite fronterizo entre Brasil y Perú. Me hizo recordar la historia
increíble de otro pueblo de la amazonia: Los Pirahã.
En
la actualidad son solo unos 150 personas, que viven junto al río Maici,
afluente del Amazonas. Aunque conocidos desde hace tiempo, en la última década
han trascendido al mundo científico por las especiales características de su
cultura:
El
Pirahã no tiene concepto de Dios o religión. Solo creen en espíritus como el
jaguar, los árboles y otros cosas visibles y tangibles.
En
su idioma no tienen concepto de los números por tanto son incapaces de contar,
ni de los colores, ni siquiera concepto del tiempo más allá del presente.
No
tienen conceptos diferenciados para relaciones de parentesco y muy pocos para
horas o fechas; no escriben ni leen, no hablan sobre lo abstracto, no
construyen frases subordinadas. Se comunican "cantando, silbando,
tarareando".
Ellos
no tienen mitos, no realizan obras de arte, y no tienen ninguna memoria
colectiva que se remonte más allá de dos generaciones.
Rara
vez duermen durante más de dos horas seguidas en la noche, los Pirahã duermen
pequeñas siestas de 15 minutos.
Con
frecuencia pasan hambre incluso cuando la alimentación es fácilmente
disponible, por un deseo de ser tigisái (duro).