The Exodo
Arizona.- Rody Roxana Matías fue encontrada muerta en el desierto de Arizona en junio del 2015. De nacionalidad guatemalteca y con residencia por varios años en Tabasco, México, intentó cruzar a Estados Unidos. Esa fue su última aduana.
El agotamiento fue el principal enemigo de la joven mujer, quien fue abandonada por el grupo de migrantes con el que viajaba, a excepción de su amiga, María López, quien esperó hasta recibir ayuda, pero cuando eso sucedió ya era tarde par Rody, quien murió por insolación.
Al Forense de Pima, Arizona, cada vez llegan más cuerpos de migrantes que rompen el estereotipo de quienes dejan México o Centroamérica en busca del llamado “sueño americano” y que encuentran su destino y última aduana de vida en el desierto. Cada vez más mujeres y menores están cruzando y muchos de ellos mueren en el intento.
La investigadora de la Universidad de Arizona, Raquel Rubio Goldsmith considera que en la última década cambiaron los patrones de la migración y ahora son las mujeres y los niños quienes están saliendo de México, ya sea por falta de oportunidades laborales, de estudios o incluso huyendo de la violencia, para cruzar la frontera, con todas las consecuencias que ello tiene.
“Se registra un aumento en la migración de mujeres y niños mexicanos, algunos de ellos no acompañados en los últimos 10 años. De eso no hablan las estadísticas, ni los gobiernos, pero es una realidad, porque se ha roto es arreglo de las circularidad en la migración de los jefes de familia y ahora que la frontera se ha cerrado, las mujeres y los niños buscan reintegrarse con sus parejas o padres”, apuntó.
De acuerdo a informes del Forense de Pima, en Arizona, existe registro más de 2 mil 500 migrantes que han sido encontrados desde el año 2000 en el desierto y frontera entre Arizona y México. De ellos casi el 30 por ciento son mujeres, la mayoría mexicanas y otro porcentaje centroamericanas.
Afirmó a www.theexodo Chelsea Halsted, especialista del Colibrí Center, organización que trabaja de forma conjunta con el Forense de Pima para localizar a los familiares de los migrantes muertos en el desierto de Arizona.
Por su parte, el investigador del Colegio de la Frontera Norte, Guillermo Alonso denunció que existe un “genocidio en la frontera entre Estados Unidos y México” sin que la autoridad mexicana y mucho menos la estadounidense, digan o hagan algo.
Un estudio del Colegio de la Frontera Norte, elaborado por el investigador Guillermo Alonso, reveló que tan sólo de 1993 al 2013 fallecieron 9 mil migrantes, la mayoría de ellos mexicanos, en la frontera con Estados Unidos. De esos muertos, entre 20 por ciento y 30 por ciento son mujeres, es decir entre mil 800 y 2 mil 500.
Al respecto, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) propuso al Senado de México emprender un trabajo conjunto para armonizar, a nivel nacional la protección de los migrantes, en especial de los niños, niñas y mujeres.
La representante de la ONU en México, Ana Güezmes, consideró que México debe buscar mayores avances en materia legislativa y en la elaboración de programas para atender a las mujeres migrantes, quienes ya representan el 50 por ciento del éxodo de personas.
Consideró que una cara positiva de la migración es que representa una oportunidad para las mujeres que pueden escapar de la violencia que se vive en sus países de origen; por ello, agregó, es necesario que se empuje la armonización legislativa en materia de igualdad de género en todos los estados y en los tres niveles de la administración pública.
