Conocido
como Q'eswachaca, este es el último ejemplo de puente inca tejido a mano. Esta
realizado solamente con el ichu, hierba del antiplano andino y sin ninguna
madera u otro material.
Ahora
en junio como cada año los habitantes de la comunidad campesina de Huinchiri en
Canas, Perú, lo renuevan mediante la minka, una antigua tradición de trabajo
comunitario de época precolombina.
En
singular ceremonia en honor a la Pachamama se cambian las cuerdas trenzadas sin
ninguna herramienta. Un puente que une el pasado con el futuro, dorado, casi
mágico, único en su género sigue en pie como testimonio de la ingeniería inca.
Aunque
su origen es discutido se puede asegurar que tiene más de 500 años como parte
integrante del extenso sistema vial de caminos incas de 30.000 km.