La frase juarista “a mis
amigos: justicia y gracia; a mis enemigos: justicia a secas”, se convirtió en
praxis del poder presidencial desde aquellos días decimonónicos en los
gobiernos que siguieron al de Benito Juárez.
Empero, verdad de
Perogrullo, la evidencia se arrastra desde los mismos tiempos en que un puñado
de individuos se encumbró en el poder e hizo de la justicia un mecanismo de
cobro de cuentas pendientes, facturas firmadas en pactos de sangre y
hermandades que se rompieron presionadas por el usufructo del poder por el
poder mismo.
Casos hay tantos como para
elaborar un compendio de los eufemísticamente llamados ladrones de cuello
blanco, es decir, prohombres del poder público y privado que han sustanciado
las páginas policiacas y cientos de miles de fojas de averiguaciones previas,
la mayoría de éstas han ido a dormir en el archivo no muerto como se asume esta
frase, porque quedan en espera de ser utilizados y reabierta la investigación
para proceder si el momento político lo requiere.
Hay políticos que
sucumbieron a la embestida del cobro de facturas, sujetos de esa parte de la
frase juarista y recibieron justicia a secas, que al final de cuentas fue
injusticia porque el aparato judicial del Estado los procesó y sentenció sin
mayor fundamento que la acusación redactada por los amanuenses al servicio del
poder, serviles del Poder Judicial sometido al Ejecutivo Federal, por obra y
gracia del Gran Tlatoani sexenal.
Desde el ingeniero Jorge
Díaz Serrano que fue desaforado por el Senado en obediencia de la orden
presidencial, para demostrar que la tesis sustentada en el slogan “la
Renovación Moral de la Sociedad” iba en serio. Fue, como se evidenció a lo
largo del proceso al que fue sujeto el senador Díaz Serrano, ex director de
Pemex, un despropósito que evidenció la facilidad con la que la justicia se
prostituye cuando sirve al interés político para cobrar afrentas personales.
Y qué decir del caso de
Joaquín “La Quina” Hernández Galicia, a quien le sembraron el cadáver de un
agente del Ministerio Público para inculparlo de homicidio además de acopio de
armas. El hasta ese momento –enero de 1989—poderoso dirigente petrolero pagó
cara su osadía de enfrentarse al gobierno que lo cobijó y encumbró como cacique
sindical, al grado de operar electoralmente contra el candidato del PRI, Carlos
Salinas de Gortari,
Lo interesante es
identificar a los amigos a quienes la justicia les ha sido aplicada pero con el
ingrediente de la gracia, de suerte que han sido medio delincuentes y medio
castigados o de plano cubiertos con el manto de la impunidad ordenada desde los
altos niveles del gobierno federal.
La vox populi junto con
evidencias documentales y físicas, como eso de ostentar la riqueza nunca ganada
con el salario devengado, ha señalado –en los tiempos de la actual
administración-- a personajes como los dirigentes sindicales Carlos Romero
Deschamps y Víctor Flores, o el ex gobernador Ángel Heladio Aguirre Rivero y el
gobernador Javier Duarte de Ochoa. Amigos o cómplices, operadores políticos
cuyo servicio se paga con la impunidad como la que recibe a trasmano Humberto
Moreira, ex gobernador de Coahuila.
Y llama la atención la
rapidez con la que se instaló la Comisión Instructora de la Cámara de Diputados
para iniciar el proceso de desafuero de la diputada del Congreso de Sinaloa,
Lucero Guadalupe Sánchez López, para proceder penalmente en su contra por el
delito de presunta falsificación de documentos oficiales, cuando el factor es
el cobro de la afrenta porque es compañera sentimental del capo Joaquín “El Chapo”
Guzmán Loera, mas éste no es delito.
Hay saña política con uso
del procedimiento legal. ¿Por qué no enjuiciar con la misma prioridad al
gobernador de Veracruz? ¿Por qué no se ha procedido contra el ex gobernador de
Guerrero, Ángel Heladio Aguirre Rivero? ¿Por qué no se investiga al ex director
de Pemex, Emilio Lozoya Austin? ¿Por qué Humberto Moreira –beneficiario del
poder de la maestra Elba Esther Gordillo—ha librado todos los cargos de los que
se le acusa?
Ni hablar, en este
escenario es burda la aplicación de la justicia a secas a la maestra Gordillo.
Expulsada del PRI desde el
13 de julio de 2006, la lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Educación, guardadas las diferencias, tuvo una postura similar a la de
Hernández Galicia y se enfrentó al partido que la encumbró y pretendió negociar
para el partido que fundó, Nueva Alianza, lo que el PVEM ha sabido explotar
sustancialmente.
Sí, desde febrero de 2013,
fue despojada del poder que construyó cuando en 1989 el entonces presidente Carlos
Salinas de Gortari le entregó el control del Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación. Y cuando en la LIX Legislatura federal pretendió congraciarse
con el presidente Vicente Fox, entonces marcó la temporalidad de su mandato;
beneficiada por el foxismo y el calderonismo, mantuvo ya fuera del PRI el apoyo
y amistad de distinguidos priistas y gobernadores, como Fidel Herrera Beltrán,
Humberto Moreira e incluso del por esos días gobernador del Estado de México,
Enrique Peña Nieto.
Vaya, incluso fue invitada
al último informe del entonces gobernador del estado de Hidalgo, Miguel Ángel
Osorio Chong, con quien mantenía estrecha amistad, tanta que aceptó estar en
esa primera fila, el lunes 14 de mayo de 2011, en la que estaban Peña Nieto,
Beatriz Paredes Rangel, Manlio Fabio Beltrones, Humberto Moreira, Emilio Gamboa
Patrón, la gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, el gobernador de Chihuahua,
César Horacio Duarte Jáquez y otros disntinguidos priistas, incluso el panista
Rafael Moreno Valle Rosas.
En esos días, cuando el
futuro de Osorio Chong estaba marcado en el equipo de Peña Nieto, se imaginó
que la negociación del aún gobernador del estado de Hidalgo con la presidenta
del CEN del SNTE, implicaría alianza con el PRI y votos del magisterio para Peña
Nieto.
Cuentan que la maestra
pidió más de lo negociable y, entonces, esa parte de la frase juarista de la
justicia a secas comenzó a tomar forma de manera muy privada, tanto que cuando
fue detenida en el aeropuerto de Toluca, el en ese momento procurador General
de la República, Jesús Murillo Karam, no sabía del operativo y sólo se enteró
de éste cuando se había consumado.
¿En qué momento Osorio
Chong rompió con la maestra? Porque, cuando diputado federal en la LIX
Legislatura federal, el hidalguense formó parte del equipo de la maestra,
perteneció a lo que se conoce como “la burbuja”, integrada por los diputados
federales más cercanos y de mayor confianza e influencia con el coordinador de
la bancada, y en esos días Elba Esther Gordillo era la coordinadora, quien
mantenía severas diferencias con Manlio Fabio Beltrones.
Tal vez por eso se pueden
entender algunas de las más recientes decisiones tomadas en el ámbito de la
dirigencia nacional del PRI, en ciertas candidaturas a los gobiernos estatales
que se dirimirán el 5 de junio próximo.
La maestra Gordillo ha
cerrado el ciclo político. ¿Por qué la saña? ¿Quién le tiene miedo si ya la
despojaron del poder que tuvo? No, es ésta defensa oficiosa, es elemental
sentido común de la praxis política. Conste.
LUNES. Con su venia,
retorno el próximo lunes 28. Digo.
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