lunes, 16 de enero de 2012

DE FRENTE.- RECONCILIAR Miguel Ángle Mata Mata


Sabemos que la acción de reconciliar es la reconciliación y que ésta tiene que ver con que vuelvan las amistades, o atraer y acordar los ánimos desunidos. Tenemos plena conciencia de que en las últimas semanas se alentó en Guerrero la peligrosa polarización que confronta, rompe sociedades y deja discriminación e injusticia por todos lados. Se desunieron, pues, los ánimos.
Ayer en Acapulco marcharon unas mil personas vestidas de blanco. Dijeron ser taxistas, comerciantes, abogados y ciudadanos. Llegaron a la plaza central de la ciudad y pidieron al gobierno estatal y a los normalistas de Ayotzinapa sentarse a dialogar. Encomiable labor de los abogados, convocantes de la marcha.   
Blancos fueron sus vestidos. Blancos los globos. Blancas sus pretensiones. El abogado Alfredo Pérez Zárate, convocante de la parada cívica, lo sintetizó: “queremos paz, concordia, tranquilidad”.
Al término de la expresión por la paz, en las oficinas privadas usadas por el gobierno para fines de comunicación y seguridad, se dijo a los medios que la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) ejercitará acción penal contra los ex agentes ministeriales Ismael Matadama Salinas y Rey David Cortés Flores, como presuntos responsables del homicidio de los estudiantes de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa Gabriel Echeverría de Jesús y Jorge Alexis Herrera Pino, durante los lamentables acontecimientos del pasado 12 de diciembre.
El encargado del despacho de la PGJE, Juan Manuel Herrera Campos, informa que los probables responsables están plenamente identificados, luego de analizar el material de las investigaciones que integran la averiguación previa respectiva.
Para el mismo caso el presidente del Tribunal Superior de Justicia, Jesús Martínez Garnelo, advirtió que éste podría llevar en los tribunales tres años, aunque sostuvo que a los jueces “no les temblará la mano para juzgar a los responsables de la muerte de tres personas”.

Hasta aquí parece que la reconciliación será de trámite. Que la justicia llegó de la mano divina del abogado campechano Herrera y que, en un tris, dio con los responsables de matar a los estudiantes. Dos, de entre 167 policías que asistieron y de los que 65 dispararon, fueron los que mataron a los estudiantes.  
Pero no adelantemos vísperas. Todos queremos que los deseos nobles y blancos del abogado Pérez Zárate se cumplan. Que la paz y la tranquilidad lleguen a Guerrero y nos dejen trabajar y producir en paz. La sentencia de Martínez Garnelo se cumplirá y el caso será largo, muy largo.
Publicada en Milenio Diario la semana pasada, la nota del testimonio de un testigo de la tragedia anuncia que las cosas no serán tan sencillas.
(Comienza la cita) Jaime Galván, testigo del enfrentamiento sobre la autopista México-Acapulco el pasado 12 de diciembre, cuando estudiantes normalistas de Ayotzinapa se enfrentaron con la policía. Escondido desde entonces, habló con MILENIO sobre lo que vio y vivió ese mediodía.
El Diablo, como lo conocen, es testigo protegido de la Procuraduría General de Justicia del estado. Laboraba hasta el día del enfrentamiento como mecánico en un terreno ubicado justo frente a la gasolinera incendiada. Ahora, por sus declaraciones, dice, su vida está en riesgo.
“Estaba en mi taller y empezaron a llegar muchos camiones de pasajeros. Comenzaron a obstruir el paso de la carretera. Llevaban las caras tapadas con pañuelos, camisas,” dijo.
Con las agresiones, Jaime decidió esconderse tras unas láminas que hacen las veces de pared en el taller. Mientras narra lo sucedido no para de tallarse el rostro. Le preocupa que en cualquier momento alguna autoridad pueda ubicarlo a él o su familia y desaparecerlos.
“Llegó el momento en que se enojaron tanto (los normalistas), que empezaron con más agresividad a patear todo lo de la gasolinera… ellos son los que incendian la gasolinera. Los policías que estaban enfrente, de la Policía Federal, fueron los que empezaron con los disparos. Fueron ellos los que empezaron a disparar a todos los que estaban de frente.”
—¿Cómo sabes que eran de la Policía Federal?
—Les vi las siglas. Las camionetas estaban ahí. Llegaron en sus camionetas, con su uniforme, sus cascos... Incluso, del lado de las mangas decía Policía Federal.
—¿Qué armas dispararon?
—Armas grandes, largas.
Suda y cualquier ruido lo altera. Trata de no perder la compostura que por momentos se pierde.
—¿Viste cuando le dispararon a los dos jóvenes que murieron?
—Estaba en mi taller oculto… Hay un orificio desde donde se veían los manifestantes. Hubo policías federales que se metieron al taller… Los tuve a menos de un metro, medio metro al lado mío. Tres, cuatro federales. Uno de ellos pasó al lado mío para la parte de atrás del taller, por donde están las láminas… Fue en segundos. Me asomé y estaban lo chavos todavía en la trifulca. Estaba bien todo, todo con piedras, palos, gritándose.
“Un chavo venía corriendo… el que traía una mochilita traía una piedra en la mano derecha que iba a aventar. El policía estaba metido atrás de las láminas y había otros como en línea. Se oye un disparo e inmediatamente cayó el joven. Iba corriendo a aventarle la piedra a los policías federales que estaban al frente, empuñó la piedra y fue cuando cayó de frente, pegando el rostro con el pavimento. Cayó con los pies cruzados.”
—El disparo fue hecho…
—...de la parte donde está el taller. El que se metió por la parte trasera fue el federal. Se escuchó un segundo disparo y no cayó nadie. Los manifestantes querían saltarse el muro de contención para ver cómo estaba su amigo, qué le había pasado, empezaron a gritar “¡ya le dieron, fíjense, chinguen a su madre!”
“En el tercer disparo que se oye, inmediatamente el chavo que va subiendo se regresa del guamazo. ‘¡Vean lo que hicieron, ya pasó otra cosa!’ El chavo estaba ahí tirado, ‘¡está sangrando, está sangrando!’, gritaron. Nada más lo movieron como un metro, metro y medio.”
—¿De dónde salió el tercer disparo?
—Del taller, de entre las láminas… el mismo lugar donde estaba el policía.
—¿Qué fue lo que hizo después ese agente?
—Se retira de ahí con sus demás compañeros. Ahí había casquillos, muchos… lo vi bien…
—¿Te dijo algo cuando se fue?
—No. Nada más me volteó a ver... Fueron más de cinco minutos los que estuvieron disparando.
—¿Viste a alguno de los estudiantes empuñar un arma?
—No, no vi a ninguno. Lo que se me hizo raro fue que una persona resaltó más entre todas ellas. Traía algo en el brazo. La silueta que daba con el trapo que tapaba era un arma.
—¿Viste esa arma?
—La silueta cuando el viento le pegó.
—¿Cómo era esa persona?
—Traía el rostro tapado. Se distinguía más de los demás. Era muy diferente. El mismo cuerpo, la corpulencia.
—¿Viste a los policías levantar los casquillos?
—Vi a los policías federales levantar los casquillos. Recogí un puñado de ellos y me los eché a la bolsa. Llegó uno, el de la ametralladora con la carrillera grandota y me dijeron “a ver saca lo que traes en las bolsas”, y les dije que no traía nada, “cómo no, lo que traes en las bolsas”. Y así, muy discretamente me pidió echarlos en una bolsa… Incluso, mantas que traían los jóvenes las guardaron ellos.
—¿Porqué estas diciendo todo esto hasta ahora?
—Temo por la seguridad y la integridad de mi familia.
A Jaime, asegura, lo ha buscado en su casa gente de la PGR para pedirle que cambie su declaración.
—Me dijeron: “no vas a ser mal visto, mal recompensado. Olvídate de lo que dijiste. Di que te pusiste debajo de un carro y que no viste nada…”, que me retractara de lo que vi para no tener problemas con nadie.
Cuando Jaime acaba de relatar su versión, se levanta y sale del salón. Camina escondiendo la cara entre la ropa. El Diablo vuelve a perderse en las calles de Chilpancingo, esperando no ser descubierto. (Hasta aquí la cita tomada de Milenio)

Y hoy a las seis de la tarde, el aun procurador de justicia con licencia, Alberto López Rosas ofrece una conferencia a los miembros de la Barra de Abogados de Acapulco. Mostrará los videos y el material donde, nos asegura, se ve cuando los federales son los que disparan. Es la versión que sostiene el testigo y que contrasta con la que ayer ofreció el encargado del despacho de la procuraduría.
Reconciliar, esa acción de reconciliar, tiene otras acepciones además de la que devuelve las amistades y une los ánimos. También se aplica a la acción de oír una breve o ligera confesión o, entre los católicos, confesarse, de algunas culpas ligeras u olvidadas en otra confesión que se acaba de hacer. O Confesarse, especialmente de manera breve o de culpas ligeras.
Esta ultima acepción es la que nos ofreció ayer el abogado Herrera. La acción de confesar culpas ligeras. Asi no se llega a la acción de unir amistades y devolver la paz y la concordia. El caso aun es y será largo, como lo sostiene el Presidente del Tribunal de Justicia, Jesús Martínez Garnelo. Así no unirán los ánimos rotos. Así no.
TRASCENDIÓ

QUE el Partido Verde Ecologista de México, beneficiado por su alianza con el Revolucionario Institucional, aplica las prácticas autoritarias que fueron causa de la debacle de su aliado en el siglo pasado y que le valieron ser conocidos como “la dictadura perfecta”.
QUE para la selección de candidatos a diputados federales, que serán electos en julio de éste año,  el PVEM se vio beneficiado con una gran tajada del pastel priísta. El reparto se hizo según el grosor de intereses, amistad e imposiciones inexplicables desde la dirigencia nacional a los comités estatales.
QUE para el caso de Guerrero, en Acapulco Marco Antonio de la Mora hizo a un lado al regidor Fernando Reina Iglesias. Le quitó la candidatura al cuatro distrito federal electoral como se le quita un dulce a un niño. Lo dejó lloriqueando y haciendo berrinche.
QUE Don Marco, envalentonado y sabedor del gran poder que le otorgaron desde el centro de la ciudad de México, ha puesto en subasta las candidaturas a regidores y diputados locales que le tocan del reparto del pastel priísta.
QUE cuando menos se sabe que por tres millones de pesos colocará como candidato a regidor en Acapulco a uno de los hijos de los hermanos Villarreal,  propietarios de lo que fue Plaza Bahía y hoy son oficinas del gobierno estatal y la Policía Federal Preventiva.
QUE Marco de la Mora pronto sacó su pasado perredista; él mismo es sobrino del ex gobernador perredista Zeferino Torreblanca y los hermanos Villarreal, que se ufanan de haber comprado la regiduría priísta  para uno de sus hijos, fueron claros financiadores de la campaña perredista en la pasada elección de gobernador. ¿Qué pasa con ese PRI que regala el poder a trasnochados de las imposiciones?
NUMERALIA

1)    Los altos índices de inseguridad se registran principalmente en 186 de los dos mil 440 municipios del país

2)    Esas demarcaciones concentran el 60% de la población, pues 66 millones 832 mil 677 mexicanos viven en esas localidades.

3)    Entre esas ciudades se encuentran 34 zonas turísticas como Cancún, Cozumel, Puerto Vallarta, Manzanillo, Acapulco, Mazatlán, La Paz y Los Cabos.

4)    Aunque esos municipios abarcan todos los estados del país, representan sólo 7.6% del territorio nacional, integrado por dos mil 440 municipios.

5)    De acuerdo con los listados públicos de los municipios altamente peligrosos, elaborados por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la Secretaría de Educación Pública y la Secretaría de Desarrollo Social, de 444 municipios considerados como de atención especial, 186 son los más preocupantes.  

6)    Los 186 municipios inseguros abarcan 62 zonas metropolitanas. La más populosa es la del Valle de México, donde se ubican las 16 delegaciones del Distrito Federal, 16 municipios del Estado de México y uno del estado de Hidalgo, donde habitan 17 millones 416 mil 387 personas.

7)    Baja California y el Distrito Federal, son considerados de alta peligrosidad. Destaca el Estado de México, con 19 municipios considerados peligrosos en los listados oficiales.

8)    Está después Veracruz con 14 municipios, Jalisco con 11; Tamaulipas y Nuevo León con nueve cada uno, y Sonora y Guanajuato con ocho cada uno.

9)    Después está Michoacán con seis; Chiapas, Chihuahua, Guerrero, San Luis Potosí y Tabasco con cinco municipios; Coahuila, Morelos, Puebla, Querétaro, Quintana Roo y Sinaloa para cuatro; Durango, Hidalgo, Oaxaca, Zacatecas, Aguascalientes y Baja California Sur con tres cada uno, mientras que Nayarit, Tlaxcala Yucatán y Campeche tienen dos municipios, cada uno.

10)                      A los municipios mas inseguros les otorgarán dinero extra para atender tan grave problema.
QUE CONSTE
“A los jueces no les temblará la mano para juzgar a los responsables” de la muerte de dos estudiantes de Ayotzinapa.
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