lunes, 16 de enero de 2012

LOS LARGOS TENTÁCULOS DE LA HIDRA José Manuel Gómez

Las elites del poder nos han vendido a lo largo del tiempo la idea de que todas las estructuras  e instituciones que se han creado por la maquinaria social, son puestas a nuestra disposición para hacer nuestra vida cotidiana mas cómoda y llevadera. Tal es el caso de la banca, un ente económico compuesto por cientos de miles de empresas  y mentes cuyo único objetivo es el de alimentar la base económica de nuestra sociedad. No obstante, puesta al servicio de mentes maquiavélicas la economía parece golpearnos como la cola de un leviatán de las profundidades, y mostrarnos que ante un gobierno corrupto y un sistema penetrado los ciudadanos estamos vulnerables ante el embate de las organizaciones criminales.
Y es que la prensa ha destapado recientemente que HSBC, una de las instituciones bancarias  de mas renombre en México, se encuentra bajo investigación por la presunta participación  de varios de sus ejecutivos en actividades de lavado de dinero del cartel de Sinaloa  y sobretodo de Joaquín “El Chapo” Guzmán.  Actualmente se sospecha que dichos personajes  podrían haber participado en actos ilícitos con el fondo de la Fundación Carroll, que tiene fines caritativos y en la que, al parecer se habrían lavado cerca de mil millones de dólares, del crimen organizado.
Ante noticias como esta no podemos menos que meditar, si alguna vez se pensó en todas las posibles aristas que una mal llamadas guerra contra el crimen organizado traería, hoy vemos que “las ridículas minorías” de las que tanto se jactaba el presidente Calderon, son poderosas organizaciones con la capacidad de permear cualquier sector de la sociedad y enmascarar sus actividades tras un velo de legalidad. Y peor que la cultura de la corrupción que hemos alimentado durante tanto tiempo  ha dejado en situación de vulnerabilidad hasta las instituciones mas solidas que durante años han presumido una reputación intachable y dejando para los integrantes de clase baja el calificativo de corruptos.
Por supuesto seria imposible juzgar este problema y falta preparación como endémico de suelo mexicano, pues  en Estados Unidos, en múltiples casos fiscalizados durante los últimos años, bancos norteamericanos han confesado no haber cumplido con leyes y regulaciones federales para controlar el lavado de dinero al participar en las trasferencias de millones de dólares en fondos ilícitos provenientes del narcotráfico mexicano.
Uno de los  casos que mas ámpula han causado en tiempos resientes es el de Wachovia Corp. antes el sexto banco del país, comprado por Wells Fargo en 2008, y que ahora, fusionado con él es el banco con más sucursales en Estados Unidos, ante un tribunal los representantes legales de esta firma bancaria acepto que Wachovia no vigiló ni informó sobre actividades sospechosas de lavado de dinero por narcotraficantes, incluyendo fondos para la compra de por lo menos cuatro aviones en Estados Unidos, que transportaron un total de 22 toneladas de cocaína.
Pero si el hecho de que los sistemas financieros no están lo suficientemente blindados no fuera un riesgo ya lo suficientemente grande documentos del proceso afirman que los ejecutivos del banco sabían desde 2004 del riesgo, pero a pesar de las advertencias permaneció en el negocio, tal vez porque, ante tal desorden, ante tal falta de incapacidad, el rapaz interés económico supero al de la ética. Mientras los gobiernos siguen tratando de impresionar con sus despliegues tácticos, y su armamento nuevo, valdría la pena voltear un poco la mirada hacia un sector sin el cual el crimen organizado verdaderamente incapacitado, los enormes flujos de dinero que son el alma y la sangre de tan violento negocio.