El “zeferinismo” no dejo ni deja de
ser un grupo utilitarista del poder, con
el gestador del mismo movimiento, “El Frente Cívico de Acapulco”, el ex
gobernador Zeferino Torreblanca a la cabeza, registrándose el día de hoy como
un referente de una izquierda bonapartista, y como prueba contundente es la
ya técnica y virtual desaparición de su movimiento para convertirse
en un pseudo movimiento y pretendido grupo de presión mediática, con uno o dos
sobrevivientes como diputados locales: Carlos Álvarez Reyes y María Antonieta
Guzmán Vizairo, del resto sólo queda,
“estos restos que vez”, o para el gusto de los cinéfilos “Lo que el viento se
llevo”.
El “zeferinismo” en la actualidad
deja mucho de ser un serio grupo para tomarse en cuenta, más allá de lo que
haga o como se mueva la mano que pone la “tiza” al taco antes de dar el golpe,
porque políticamente quienes agitan las aguas lejos están de poder provocar
alguna nada acalorada reacción en la
audiencia política local, amén de no está en su cartelera, o agenda actuar con
la fuerza que le pudieran otorgar algún movimiento de masas que ni en su mejor
momento lo tuvo, hoy menos cuando la situación y en las circunstancias
políticas redoblan los tambores de los movimientos de masas vía la presión
popular que ellos jamás tuvieron en su guión. Hoy mucho menos.
Con su precandidatura a la diputación
por el IV Distrito Electoral Federal, la diputada local, María Antonieta Guzmán
Vizairo, comerciante ferretera, solo
busca tejer alguna “chambrita” coyuntural, al fragor del calor de las
protestas muy lejos de generar acciones directas y mucho menos alguna postura
sobre los actuales acontecimientos político-sociales que tienen al estado y a
la administración aguirrista en un
“vilo”, y estacionada en un parte aguas de indefinición extremadamente
delicado, pero sólo sigue el canto que al oído le susurra su jefe político,
ahora y siempre.
No hay más tela de donde cortar del
lado zeferinista, aunque dada la “infalibilidad zeferinista” es muy probable
que el hombre de la “Z”, nos de la sorpresa de buscar una candidatura de
mayoría relativa, o ya de perdis una plurinominal. De la primera opción Zeta,
la obra física realizada en su administración como edil acapulqueño, la gente,
los ciudadanos aún la recuerdan, ven a diario su obra, por colonias,
comunidades, calles, andadores, etcétera, obra por la que aún tiene un plus de
referencia entre la ciudadanía y el electorado acapulqueño.
Si esta fuera su decisión, la de
buscar la candidatura a la alcaldía de
Acapulco, sería por el Partido Acción
Nacional, PAN, su color por antonomasia:
el azul, Zeferino, pondría de cabeza a las izquierdas desunidas bajo el
membrete de la alianza “Guerrero nos Une”; pondría a temblar a las tribus
perredistas, y provocaría una migración del tamaño que provocó Ángel Aguirre Rivero, como candidato de las
izquierdas, en el tricolor, para enfrentarse, Zeta, a su compañero eso sí de la Coparmex, Luis
Walton Aburto, en la gran final local del primer domingo de julio próximo; si lo fuera “el chivo en cristalería”, David
Jiménez Rumbo, “que no ha perdido una
elección desde que estaba en la escuela primaria”, -según él-, que está muy
lejos de serlo, Zeta, lo haría pedazos, haría trizas a las izquierdas desunidas
locales. Walton con el apoyo del Peje y
su Morena, tendrían que apoyarlo con todos los “juanitos y brugadas que tuviera
a la mano, para sacarlo adelante”.
Pero si esto fuera así, el priísmo
local tendría una mayor oportunidad de hacer una mayor lucha, llevar un
proceso políticamente electoral, más equitativo, más parejo, pero ello
también depende del candidato que
designara el tricolor, dado la pésima
percepción que se tiene de la actual administración y de la “forma y fondo” en que el edil municipal,
Manuel Añorve Baños, a desperdiciado su capital político, en aras de aventuras
políticas “sin fin”, y con el añadido, de que se presume que buscaría una nueva
opción política para su futuro. Todo ello por el bien de Guerrero, o sea, si no
es posible una senaduría, por lo menos una diputación federal plurinominal, por
lo que abandonaría el H. Ayuntamiento de Acapulco, por tercera vez, y como dice
el dicho: la tercera es la vencida.
La segunda opción de Zeferino, es de
acuerdo a los bastos rumores, la búsqueda de una candidatura al Senado por la
vía plurinominal, en la lista nacional del PAN, eso sí, cooperando con claridad
y muchos ceros, para la campaña de la
casi segura candidata a la presidencia
por parte del PAN, Josefina Vázquez Mota, y no tendría ninguna necesidad de
ensuciarse los zapatos, ni enfrentarse a las protestas cotidianas y lejos de la
represión institucional, que en su caso significaría, como en el caso de la
Parota: “ni los veo, ni los oigo”, todo ello bajo nuevas reglas del juego
político y en una sociedad que como diría Ortega y Gasset, sin cohesión
interna, en una sociedad, si la guerrerense, a punto de quedar invertebrada.
Email: gernestorivera@gmail.com