JEREMÍAS MARQUINES |
En su informe de labores al que asistieron, según notas de prensa, unas seis mil personas, el senador Amando Ríos Piter afirmó que él “no está en la calentura electoral”; cerca de allí, otros aspirantes a la candidatura a gobernador para el 2015: el senador Sofío Ramírez, el alcalde de Acapulco, Luis Walton, y el acomplejado secretario de Salud Lázaro Mazón, que se negó a firmar la iniciativa para que las mujeres puedan abortar sin ser criminalizadas por ello, se juntaron a desayunar en el restaurante Jaguar para tener “una plática entre amigos”, dijeron.
Lo común entre estos dos sucesos, aparte de las evidentes ganas de ser gobernador, es el mismo lenguaje político manoseado de siempre donde la mentira va siempre por delante. Entre Ríos Piter y los demás aspirantes no hay diferencias fundamentales a la hora de mentir. A todos los une la misma idea: creen que para ser político hay que ser mentiroso. Es la fecha en que no se percatan que hace mucho la sociedad dejó de creer en la política y los políticos por el uso desmedido de la mentira.
¿Si Ríos Piter no está en la calentura electoral, por qué diablos se gastó un dineral en espectaculares y en acarrear seis mil personas para que asistieran a un acto de trámite que pueden realizar, o no, los llamados representantes populares? Nada gana Piter con intentar ocultar y mentir sobre sus “aspiraciones legítimas”, como dicen. Si su argumento es que teme que el órgano electoral lo sancione, eso no es pretexto, nadie lo va a sancionar, así como nadie sancionó a los que, hasta hace unos meses, tenían los municipios del estado lleno de espectaculares, ni tampoco sancionaron a la revista que se prestó para ello. Además, todos, desde el órgano estatal electoral, hasta los infractores mintieron y prefirieron cobijarse en la impunidad que apegarse a la ley.
Si en lugar de proferir una mentira, Ríos Piter hubiese dicho lo que todo mundo sabe: que quiere ser candidato a gobernador del PRD, este simple acto de honestidad lo hubiera colocado por encima de los otros patrañeros que cada vez que los interrogan sobre este asunto salen con la más estúpida de las mentiras: “No, yo sólo estoy interesado en la gestión social y en servir a la gente”. “A mí denme por muerto”. “Yo no me caliento antes de tiempo”. “Voy a esperar los tiempos”. “Eso lo dicen otros”, “yo estoy ocupado en lo que estoy ocupado”, “no estoy en la calentura electoral”, etc.
Si la gente fuese más lista, desde este momento supiera que una persona que miente sin escrúpulos sobre sus aspiraciones, no es digna de confiarle el destino y el futuro de varios millones de ciudadanos. El que miente desde un inicio sobre algo, en apariencia, sin mucha importancia, ¿que no hará cuando se trate del uso del dinero público? En la mentira no hay mentiras chicas y en la política menos. Para no ir más lejos, podemos ver un perfecto ejemplo de este tipo de políticos en el actual gobernador quien además, asegura que él no meterá las manos en la selección de candidatos: “Seré punto de unión y no de discordia”, dijo. Quien crea lo dicho por Ángel Aguirre tiene dos cosas: o bien es copartícipe, o de plano, tiene dañado el sensor de la patrañería.
La otra cara de este mismo asunto la escenifican los otros aspirantes, a los que puede llamársele, sin rubor, los orillados. Para ilustrar la actitud de estos elegantes señores, me viene a la mente una historia que me contó el novelista Federico Vite. Sucede que mientras viajaba de Puebla al D.F., en la terminal de autobuses los vigilantes le dicen a un individuo que pretendía abordar el autobús con aliento alcohólico: oiga, usted no puede viajar así, ¿usted tomó licor, verdad? El borrachito, con cierto tono aristocrático, responde: “No, cómo cree, fue sólo una copita de anís entre caballeros”.
Mazón, Walton y Sofío, de los que antes no hay noticias que se junten para nada, decidieron, por mera casualidad reunirse, casi a la misma hora en que Piter daba su informe, para desayunar en un restaurante llamado el Jaguar y tener “una plática entre amigos”. Y esa plática fue tan sin importancia y rutinaria que hasta invitaron a reporteros y ofrecieron una conferencia de prensa para, según ellos, explicar el motivo de su reunión, como si eso ameritara una conferencia de prensa. Además, hay que aclarar, a los que piensan mal, que la conferencia no fue para intentar bajarle interés mediático al informe de Piter, para nada. Y el otro punto, según rumores, es que la invitación a los medios de comunicación la hiciera el jefe de Prensa del ayuntamiento, Ricardo Castillo, que se ha distinguido por filtrar información del gobierno municipal al periódico donde trabajó, siempre a favor de la imagen de Luis Walton.
Según Walton, quien está súper interesado en que el candidato del PRD sea de unidad, pero de unidad en torno a él, pues sueña que se puede repetir el escenario por el que llegó a ser alcalde, en el cual chantajeó con romper la alianza si él no era el candidato, dijo que “platicamos de muchas cuestiones, inclusive políticas, todas las pláticas son positivas; y eso de 2015, faltan muchos meses todavía, lo que sí estamos tratando es de construir es una unidad, vamos a seguir platicando”. El error subrayado es una muestra del nivel de redacción de la prensa local.
Por su lado, Lázaro Mazón dijo que la reunión no es “una alianza en contra de alguien, somos amigos, es un encuentro de amigos y nos hemos reunido no una vez, sino varias veces, a tratar algunos temas importantes, tratamos temas de salud, huracanes y temblores”. Un día domingo, se reúnen tres sujetos, como amigos, amigos de verdad, que ambicionan la candidatura del PRD para hablar de temblores. Eso sí es mucha casualidad.
Finalmente, Sofío Ramírez, cuya aspiración, el gobernador Ángel Aguirre pretende cambalachar más adelante por la candidatura a la alcaldía de Acapulco para su junior, dijo que “las alianzas son obligadas de todos los partidos políticos y con mayor razón de los precandidatos y estamos juntos”. Y para matizar eso de las alianzas entre precandidatos explicó que la de ellos “es una alianza para trabajar en materia del sector salud y para trabajar en el desarrollo del municipio y lo sabe el presidente Walton”. Está claro, pero sólo por si hay duda, debemos darle seguimiento a esto que dijo para constatar que se haga realidad el trabajo en “materia del sector salud y el desarrollo municipal”. Que la reunión no haya sido para otro fin.
Lo que el lector tiene aquí son tres buenos ejemplos de políticos embusteros, marrulleros y de poca confiabilidad y franqueza. Son individuos sin consideración, ni respeto por la inteligencia de las y los ciudadanos. Políticos que mienten a mansalva sobre algo tan obvio como su aspiración de ser candidatos que ninguna mentira puede ocultarla. Pero además, ¿qué necesidad hay de mentir sobre eso, quién les va a reprochar que tengan ambiciones, sueños y los quieran cumplir? Pero también, lo que su actitud demuestra es que son personas enfermas, su propensión hacia la mentira es patológica porque aún hasta cuando sueñan, mienten.
El daño social que políticos de esta calaña ocasionan está a la vista de todos. Gobiernos mediocres donde reina el desorden y la anarquía, y la rendición de cuentas sigue estando fuera del escrutinio ciudadano. Por el otro lado, un funcionario público y un senador que dependen de lo que les diga el gobernador, sin autonomía y sin voluntad propias. ¿Quién con un poco de cerebro y sentido común puede confiarle el gobierno del estado a individuos que son incapaces de asumir la responsabilidad de sus acciones y de sus aspiraciones, con sinceridad y franqueza, pero que en lugar de hacerlo, asumen la actitud del embustero que piensa que todos los demás que no son él son tarados y se tienen que aguantar? ¿Hasta cuándo los ciudadanos dejarán aceptar que son los taraditos, los mensitos, y dejarán de votar por este tipo de escoria social? Ya veremos.
LA CONTRA
Para información de los políticos que pretenden hacer campañas. Dos palabras han dejado de tener efecto entre los ciudadanos por el abuso que de ellas ha hecho el lenguaje político. Son sememas muertos en su significación de la realidad. Estas palabras son: cambio y resultados. Más ahora que nunca, son palabras que se asocian al fraude social, a la mentira, y al embuste. El último que usó una de ellas con cierto éxito y además ayudó a su liquidación como palabra con significación social fue Obama, su campaña la fundó en una sola palabra: changes, palabra a la finalmente despojó de todo contenido, pues el cambio no se ha visto en su gobierno. En Latinoamérica eslóganes con palabras como cambio, resultados, sí podemos, arriba, vamos, mejor, y demás correlativas al estereotipo político, son lexemas huecos que funcionan en contra de quien las utiliza porque en el imaginario social están relacionadas con el engaño, y el receptor al estar frente a este tipo de mensajes se pone en alerta y duda. Ya no convencen, pues.
Por supuesto, desconociendo todo esto, es que el senador Armando Ríos Piter mandó a confeccionar sus espectaculares. La frase que escogió (Resultados para la gente) es una de las más huecas y estereotipadas. Todo indica que la extrajeron de Google, donde hay miles de referencias a esta expresión. La han usado desde gobiernos muy cuestionados como los de Michoacán, hasta secretarías de gobierno. Un ejemplo es la siguiente cabeza de nota: “En Tingambato hay resultados para la gente, declara en su 2do. Informe Aguilera Rojas”. (http://www.eldiariovision.com.mx/noticia/nota,26842/#.U4PgcSiJnlU) En Baja California el eslogan de gobierno es: “Gobierno de resultados y cercano a la gente”. (http://www.bajacalifornia.gob.mx/portal/gobierno/ped/doctos/gobierno_resultados.pdf).
En resumen, esta es una expresión sin imaginación, sin concordancia con la realidad y sin entusiasmo. A veces, un buen candidato es liquidado por una mala frase, otras sólo exhiben el tamaño de la mentira como aquella de “compromisos cumplidos”, o “Guerrero cumple”. ¿Cómo hacer creer en la gente que el político es un generador de cambios y de resultados, si resulta que es alguien que miente hasta de su propia aspiración? Esta es una pregunta que los interesados deberán responder con hechos concretos y creíbles.
Lo que sí es cierto es que Ríos Piter aún está a tiempo de mejorar, tiene asentimiento social y buena imagen, pero aún le falta ganarse la confianza de los electores, para hacerlo necesita despojarse de mucho lastre, comenzando por cambiar y refrescar su lenguaje político, pero para eso se requiere imaginación. Todo cambio verdadero comienza por el lenguaje.