viernes, 30 de mayo de 2014

Entresemana Pedro Joaquín, el pretexto Moisés Sánchez Limón

Al Partido de la Revolución Democrática parece urgirle asideros políticos para contrarrestar los alcances de la reforma energética --cuyas leyes secundarias que integran al marco jurídico habrán de prosperar en un próximo periodo extraordinario-- y tener una bandera enhiesta en el proceso electoral intermedio de 2015.
Sin embargo, toda vez que su invocada consulta popular no ha prosperado en los términos e impactos estimados, a los estrategas perredistas les ha faltado imaginación.
Sin el ariete golpeador y efectista lopezobradorista, de características goebbelianas, de echar a andar una mentira y repetirla hasta convertirla en una verdad, han recurrido al fácil mecanismo de denostar y descalificar con pueriles argumentos. La conclusión  es sencilla.
Y es que, mientras Jesús Zambrano Grijalva, aún dirigente nacional del PRD, anda en Estados Unidos con una cruzada para desincentivar a la inversión extranjera en el sector energético porque, aduce, la reforma en ese rubro implica entregar la renta petrolera y la industria de la energía mexicana a intereses extranjeros, en México se enderezó la campaña para acusar al secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, de incurrir en conflicto de intereses.
Aducen que, por ser dueño o socio de las empresas familiares que incluyen gasolineras y distribuidoras de combustibles, debe renunciar al cargo.
Y este jueves 29 de mayo, en carta entregada en la residencia oficial de Los Pinos, el diputado federal Carlos Augusto Morales López; la diputada local Esthela Damián Peralta (ex presidenta de la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior de la Federación de la Cámara baja), además del presidente del PRD en la capital del país, Raúl Flores García, así como los secretarios de Formación Política, Aurora Melo, y de Prensa y Propaganda, Iván Rebollar, ambos del PRD chilango, piden al presidente Enrique Peña Nieto separe del cargo a Pedro Joaquín.
Aducen que la reforma a los artículos 27 y 28 constitucionales “ha generado sentimientos encontrados entre la población, de optimismo, indiferencia, duda, desconfianza y rechazo, ante el temor de que los cambios pudieran representar una gran oportunidad o un enorme riesgo de que la apertura del sector energético del país resulte el robo más grande de la historia, al permitir la renta petrolera a particulares”. ¡Sopas! Sorprende la capacidad del análisis sicológico de masas de estos legisladores.
Pero, bueno, aseguran que a ello “se suma un sentimiento de indignación tras conocer que uno de los personajes clave en la negociación de la citada reforma, el secretario de Energía Pedro Joaquín Coldwell, esté vinculado a empresas que podrían verse beneficiadas con las reformas legales citadas”.
¿A qué empresas aluden los legisladores y sus colaboradores del PRD-DF? Simple y sencillamente a lo que es conocido, que Pedro Joaquín tiene participación accionaria en cinco empresas relacionadas con el expendio de gasolinas y una planta de combustible en Cozumel, Quintana Roo.
El secretario de Energía no lo ha negado. Incluso adelantó que pedirá a la Secretaría de la Función Pública haga pública su declaración patrimonial; insiste en que no incurrió en conflicto de interés al aceptar el cargo en el que lo nombró el presidente Peña Nieto. Más todavía, rechazó haberse hecho rico con los cargos públicos que ha ocupado, entre ellos el segundo gobernador de su estado, Quintana Roo, senador, dirigente partidista, diputado federal y funcionario público en pasadas administraciones federales. Es de familia rica desde su nacimiento.
¿Por qué pegarle a Pedro Joaquín? Acaso los estrategas del PRD consideraron haber descubierto una veta para explotarla políticamente para desprestigiar al funcionario y a la reforma energética, ponerla en entredicho. ¿Y los ex directores y el actual director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin, y los miembros de su equipo que han sido denunciados de hacer negocios desde el cargo en la paraestatal?
No, al PRD no le interesa hurgar en esos expedientes. Políticamente vende más golpear al secretario de Energía. Ese el pretexto, acusarlo de conflicto de interés. Le pegan al gabinete presidencial y, por ende, al Presidente y su Reforma Energética.
No se trata de una defensa a ultranza ni oficiosa de Pedro Joaquín. El tiene a quienes lo defiendan y tanta experiencia política como la ha demostrado en las entrevistas que, respecto del tema le han hecho. Ocurre que, al leer los argumentos de quienes piden su cabeza, no hay más que considerar que el PRD está urgido de asideros y es bueno cualquier pretexto, por más pueril que sea, para llamar la atención.
¿Pedro Joaquín estará preocupado? Muerto de risa de los fundamentos de la carta firmada por la diputada local de la ALDF, Esthela Damián, que en otros tiempos ha demostrado experiencia, prudencia y capacidad política en tribuna. ¿Quién o quiénes son los autores de esta estrategia contra Pedro Joaquín? ¡Lástima, Margarito! Pedro se queda. Digo.
VIERNES. Por cierto, la coordinadora de la bancada de Nueva Alianza en la Cámara de Diputados, María Sanjuana Cerda Franco, propuso incluir a todos los grupos parlamentarios en la subcomisión de dictamen de las leyes secundarias relativas a la Reforma Energética, es decir, que no se asunto de tres, sino de siete. Conste.
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