SON, POR DECIR LO MENOS,
chingaderas. Y lo que es peor, que solo pasa en nuestro país, en México. Y es
que no es posible que alguien que se roba un bolillo para comer esté en la
cárcel, y aquellos que se roban millones de pesos, solo vayan ahí de
vacaciones, y como los Hughes, la justicia los libere.
En efecto, la familia en
cuestión, acusada de saquear el erario de Guerrero y comprar negocios con
dinero que era destinado a los pobres en el gobierno de Ángel Aguirre Rivero, y
por cuya causa se les encarceló, hoy están libres, con lo que se confirma, una
vez más, que en México se castiga el robarse un pedazo de pan, y se privilegia
el robo descarado de millones de pesos.
Y es que un juez federal
otorgó la libertad bajo caución, bajo fianza, como usted prefiera, a Víctor
Ignacio Hughes Alcocer, subsecretario de Finanzas y Administración en el
gobierno de Ángel Aguirre, quien fue señalado de haber planeado una red de
lavado de dinero que permitió el desvío de más de 287 millones de pesos del
erario local y federal.
Por supuesto que este
sujeto no es el único que ya recobró su libertad por el desvío de casi 300
millones de pesos. El hermano de Ángel Aguirre, Carlos Mateo, de los mismos
apellidos, quien también fue detenido en su momento por el mismo delito,
también se encuentra libre, lo que demuestra que la impunidad en favor de los
corruptos, es el sello del gobierno.
Cierto es que el salir
bajo fianza, es decir, pagando una cantidad de dinero, cosa que no pueden hacer
quienes no tienen ni para comprar un bolillo, por lo cual están en la cárcel,
no los absuelve del robo y desvío de los recursos públicos, pero en los hechos
es como si lo fuera, pues podrán enfrentar los cargos sin ningún problema, desde
su casa, y sin duda, gastándose los millones de pesos por los cuales se
encuentran en un juicio.
Víctor Ignacio Hughes
Alcocer y el resto de familiares, también acusados de corruptos, aunque en mi
pueblo a ese tipo de gente los llamamos bandidos y cuatreros, así como ya lo
hace Carlos Mateo Aguirre Rivero, de seguro se están riendo, pues ni duda cabe
que con los dineros que se robaron del erario público pagaron la fianza que les
impuso el juez, y aún les sobra para darse la gran vida.
Y todo porque, como
muestra de la impunidad, y de que en el país los que gobiernan pueden robarse
el dinero del pueblo, el nuevo Código Nacional de Procedimientos Penales que
recientemente entró el vigor, establece que el delito de lavado de dinero a
nivel federal ya no es tipificado grave, y en consecuencia, solo basta pagar
una fianza para salir libre, y como si nada.
Junto con Mateo Aguirre
Rivero, conocido como “El Señor del 20 por ciento”, y Luis Ángel Aguirre Pérez,
sobrino del entonces gobernador Ángel Aguirre Rivero, los Hughes fueron
recluidos en el penal federal del Altiplano, acusados por la PGR de desviar
recursos públicos de entidades federales y locales como la Comisión Federal de
Electricidad (CFE), Banobras, Tesorería de la Federación, Comisión Estatal del
Agua, Consejo Estatal de Seguridad Pública y la Comisiones de Infraestructura
Carretera y Aeroportuaria del Estado de Guerrero (CICAEG).
Y sin embargo, hoy ya
gozan de libertad, mientras las cárceles federales y del estado están
sobrepobladas de gente inocente, ya porque se le encontró en su poder un
“churro” de mariguana y los convirtieron en capos de la droga, ya porque en un
pleito de borrachos se peleó con el vecino, o porque se robó un bolillo en el
mercado porque no tenía para comprarlo y comer, o simplemente porque los
detuvieron como “chivos expiatorios, o porque no tienen para pagarle el pasaje
al defensor de oficio que lleva su caso.
Carajo. Solo en México
pasa que quienes se roban el erario público estén libres, y quienes roban para
comer, se pudran en las cárceles. Y de esto, hay muchos ejemplos, toda vez que
de acuerdo a los abogados, el 95 por ciento de los encarcelados son inocentes.
POR ÚLTIMO, SUPUESTAMENTE
por decir verdades, el Fiscal General del estado de Guerrero ha recibido dos
jalones de orejas que han de doler hasta el alma. La Secretaría de la Defensa
Nacional y el gobernador de Guerrero se han deslindado de las opiniones de
Xavier Olea, dichas ante un grupo de acapulqueños afiliados a la Asociación
Civil de Acapulco.
Olea dijo verdades como
que en Acapulco la delincuencia tiene sus guaridas en las partes altas y que ni
el Ejército ni la policía federal y menos la gendarmería, se atreven a subir.
Los 400 elementos con que cuenta la Fiscalía en todo Guerrero, y 62 en
Acapulco, le hacen imposible hacer operativos en esas zonas en donde, de
algunos años a la fecha, se han descubierto fosas clandestinas y el índice de
secuestros es de los más altos del país.
Olea también opinó del
nuevo sistema penal acusatorio. Dijo que, ante la falta de preparación del
aparato de justicia de Guerrero, el nuevo sistema será causa de más impunidad.
“Hay que agarrarnos todos, a partir de junio, pues muchos delincuentes no pisarán
la cárcel”, dijo. A Xavier Olea le han jalado las orejas por decir la verdad.
Tiene algo en su favor: la fiscalía ya es autónoma; de lo contrario ya le
habrían obligado a renunciar. Todo por decir la verdad.
Aunque claro, a Xavier
Olea siempre se le va la lengua, y a cada rato es desmentido.
Comentarios:
julio651220@hotmail.com