Ilustración
de De humani corporis fabrica, obra de Vesalio publicada en 1543
Basta
con contarlas. Se notan sin necesidad de hacer una autopsia. 12 a un lado y 12
a otro. 24 costillas en total tanto para hombres como para mujeres. Sin
embargo, hasta el S.XVI, cuando el primoroso anatomista Andrés Vesalio hizo las
cuentas oficiales, la creencia popular daba por hecho que Eva fue moldeada a
partir de un hueso de Adán y que, por tanto, los hombres se sostienen con una
costilla menos. Hasta Vesalio —y aún hay quien duda— que los hombres solo
tienen 23 costillas, y las mujeres 24, era un hecho biológico que corrobora el
pasaje bíblico.
Vesalio
las contó despiezando cadáveres en autopsias (su cálculo de costillas es solo
una anécdota dentro del enorme trabajo de anatomía que realizó) y, con ello,
puso en entredicho una de esas potentes imágenes que nos legó el Génesis para
explicar el origen de la mujer: nada menos que una operación quirúrgica a Adán,
mientras dormía.
2:21
Entonces Jehová Dios hizo caer sueño
profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró
la carne en su lugar.
2:22
Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al
hombre.
2:23
Dijo entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne…
Indagué
en la vida de Andrés Vesalio, porque por todos lados cuentan que fue
perseguido, incluso condenado por la Inquisición, por defender que los hombres
no tenían una costilla menos. Pero no hay nada que hable de la defensa de la
costilla. Nadie le pidió nunca explicaciones. Pero sí es cierto que el suyo fue
el primer texto científico que expresa que hombres y mujeres tenemos, cada
cual, lo nuestro, y que las homínidas no le debemos un hueso a nadie.
Esto es lo que
escribió Vesalio en su gran obra ilustrada, Humani Corporis Fabrica (libro 1,
capítulo 19)
“Comúnmente
se cree que los hombres carecen de una costilla, y que los tienen una costilla
menos que las mujeres. Esto es claramente absurdo, incluso aunque Moisés dijera
en el segundo capítulo de Génesis que Eva fue creada por Dios de la costilla de
Adán. Concediendo que quizá Adán podría
haber carecido de una costilla, esto no necesariamente demuestra que a
todos los hombres les falte. Aristóteles
atribuyó sólo ocho costillas a la gente, y aseguraba que ciertos miembros de la
raza del Turduli nacían con sólo siete
costillas a cada lado. Pero como Aristóteles a menudo basaba su opinión sólo
en el testimonio de otros, no es
improbable que nos atribuyera ocho solo basándose en rumores…”
¿Y quién tiene menos
dientes?
A
Aristóteles, en Occidente, le debemos mucho de lo que somos. Fue un observador
prodigioso, pero como experimentador un poco calamidad. Pionero biólogo y
teórico de casi todo, sostuvo algunos errores, como el de las costilla de los
Turduli que le echa en cara Vesalio. Además, es suya esta afirmación sobre las
piezas dentales en la boca de una mujer.
Escribió
Aristóteles: “Los machos tienen más dientes que las hembras, tanto entre los
seres humanos como entre las ovejas, las cabras y los cerdos”.
Ya
le corrigió con sarcasmo Arthur Bertrand Russell: “Aristóteles manifestaba que
las mujeres tenían menos dientes que los hombres; aunque se casó dos veces,
nunca se le ocurrió comprobar esta afirmación examinando la dentadura de sus
esposas
Pero
como no todo es blanco ni negro, encontré estudios que defiende al sabio
griego. Muestran que la dieta de aquellas mujeres mediterráneas era deficiente
en calcio y vitamina C y D, causa de enfermedades como escorbuto, osteomalacia
y osteoporosis, sobre todo entre embarazadas y lactantes, males que pueden
producir la perdida de piezas dentales. Así que es posible, por salvar de ésta
a Aristóteles, que contara bien.