…no
obstante que en líneas anteriores se describieron peculiaridades de “El
ESCUADRÓN DE LA MUERTE”, en cuyo seno se decía o dice,
“quien no vino a beber vino, entonces a que Ch… vino”, no resulta
ocioso repetir que esta congregación no tiene fines delincuenciales, y a la par
de ello, para satisfacer posibles curiosidades o morbos de quienes en su real pensar
y decir estén interesados en saber quiénes conformaron o participan en ésta, se
recurre a un ejercicio evocativo que atraerá nombres y originalidades de algunas
personas asiduas a los dictados del dios Baco y la bohemia, no en tono
peyorativo sino como mero agregado referencial .
Y he aquí que entre otros, quepa afirmar que los hubo y hay
de aquí, de allá, de acullá, procedentes de los siete barrios genuinos: Santuario
(Tequiac), San Agustín, Cantarranas (Santa Cruz), San Lucas, Santiago (Quieto),
Tlatelulco y San José (Calvario),
asignaciones que, en algunos de los casos, substituyeron la denominación primera
escogida, en el año de 1672, por los fundadores de lo que ahora es la ciudad de
Tixtla de Guerrero en el valle de “Tistlan” y una porción del cerro que hoy se
denomina “El Fortín”. En esta rememoración afloran los nombres de Virgilio Apreza Espíritu, Cirenio González
Morales, Lorenzo Astudillo Alcaraz, Esteban García Cervantes, Vicente González Alejandro,
Jesús Ojeda, Rodolfo Vélez García, Leobardo Ángeles Aparicio,…
La mención total de los iniciados en esta congregación arrojaría
una enumeración copiosa, por ello, sin el ánimo de restar importancia a demás
miembros de EL ESCUADRÓN DE LA MUERTE, sólo se asienten rememoraciones, en
futuras “entregas”, haciendo hincapié en los aludidos, dejando que los nombres
y acciones de otros personajes de similar existencia en este lugar y demás
poblaciones diseminados en la faz terrenal, queden suspendidos en el tintero
destinado a las grafías, o deambulen en la memoria o imaginación de la gente
que todos lo sabe,… y si no,… lo inventa.