jueves, 22 de octubre de 2015

CONTEXTO POLÍTICO Por Efraín Flores Iglesias Los tixtlecos y su elección extraordinaria

EFRAÍN FLORES IGLESIAS
En el municipio de Tixtla prevalece un ánimo para que se lleve a cabo la elección extraordinaria del 29 de noviembre. Los que se oponen sólo son unos cuantos, especialmente los que siempre están en contra de todos y algunos personajillos del PRD que ya se sienten derrotados desde este momento.
Lo que ocurrió el pasado 7 de junio en aquél municipio, es algo reprobable y que ya no debe de ocurrir.
La elección fue abortada por los maestros de la Coordinara Estatal de Trabajadores de la Educación (CETEG) e integrantes de la Asamblea Popular de Tixtla, quienes “en nombre” de los 43 normalistas desaparecidos robaron y quemaron material electoral, con el visto bueno del Centro de Derechos Humanos de la Montaña “Tlachinollan”.
Creyeron que lo hacían para perjudicar a los partidos políticos, pero les salió el tiro por la culata, ya que se echaron en contra a los ciudadanos que sí querían ejercer su derecho al voto.
Son más los que quieren que se lleve a cabo la elección extraordinaria el próximo 29 de noviembre. Los que están en contra son una minoría que gritan a los cuatro vientos que están en contra del gobierno. Pero eso sí, bien que aceptaron espacios en el Cabildo provisional que fue electo por el Congreso local el pasado 29 de septiembre. ¡Qué incongruencia!
El vocero de los padres de los 43 normalistas (si no es que menos), Felipe de la Cruz Sandoval, ha declarado que no se puede llevar a cabo la elección en Tixtla si el Estado no presenta con vida a los normalistas. ¡Por favor! ¿Quién es él para decidir por los tixtlecos? Para empezar no nació ni es avecindado de ese municipio.
Los normalistas fueron desaparecidos en Iguala, no en Tixtla.
Los tixtlecos están en todo su derecho de elegir a sus autoridades. Y, claro, se entiende el dolor que sufren los familiares de los normalistas desaparecidos la noche del 26 de septiembre del año pasado en Iguala. Lo que no se vale es el lucro que han hecho algunos del caso.
Es lamentable que los padres de los estudiantes desaparecidos sean pastoreados por un personaje vinculado con la guerrilla y que no tiene ningún hijo desaparecido.
Es necesario que la próxima administración estatal que encabezará Héctor Astudillo Flores y el gobierno federal garanticen que los ciudadanos de Tixtla puedan ejercer su derecho al voto el próximo 29 de noviembre.
Se requiere aplicar todo el peso de la ley en contra de los violentos que roban y queman paquetería electoral. Ya no debe de haber tolerancia para ellos.
Si los integrantes de la Asamblea Popular de Tixtla realmente tienen el respaldo de la ciudadanía como dicen, pues que lo demuestren participando con un candidato propio en la elección extraordinaria. Que se midan en las urnas y dejen a un lado la violencia.
LOS CANDIDATOS.- Todo indica que el PRI, el PRD y Movimiento Ciudadano ya tienen definidos a sus candidatos en Tixtla.
Por el PRI va nuevamente Saúl Nava Astudillo; por el PRD, el aguirrista Hossein Nabor Guillén, y por Movimiento Ciudadano, Luis Muñoz Vázquez.
Es muy probable que se registren más candidatos en la contienda. Pero algo raro pasa con Movimiento Ciudadano al no querer hacer alianza con el PRD. Fuentes del partido naranja refieren que el excandidato a gobernador y exalcalde de Acapulco, Luis Walton Aburto, ha dicho que no quiere saber nada del Sol Azteca.
Asimismo, algunos perredistas rechazan que Bernardo Ortega Jiménez sea el coordinador de la campaña de Hossein Nabor por las acusaciones que han hecho en su contra familiares de personas desaparecidas en Chilapa de Álvarez, al señalarlo de dar protección política a dos de sus hermanos que dirigen a un grupo criminal que opera en el municipio de Quechultenango.
ENTRE OTRAS COSAS… El rector de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro), Javier Saldaña Almazán, dio a conocer que el pasado fin de semana recibió una llamada telefónica de supuestos miembros del crimen organizado que le exigieron dinero, y que de no hacerlo atentarían contra él  y su familia. Sin lugar a dudas, es una denuncia grave, pero necesaria. La pregunta es: ¿cuándo acabará esa pesadilla (inseguridad pública) en Guerrero?

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