Un caso médico sin
esperanza
Un caso contra todas las
expectativas.
Un caso médico sin esperanza
Cuando Britanny Buell
tenía 23 semanas de embarazo se enteró de algo terrible. En el momento en que
los doctores comenzaron a realizar la ecografía y se fijaron en la cabeza, su
silencio les indicó a ella y su esposo Brandon que algo iba muy mal.
Al día siguiente los
llamaron a darles la noticia. Su hijo sufría de una rara dolencia conocida como
“anencefalia”, consistente en una malformación que impedía el cierre de la
parte superior del “tubo neuronal”. Eso llevaría a que el niño no desarrollara
importantes regiones de su cráneo y su cerebro.
Pese a la recomendación de
los médicos – el aborto – la pareja de cristianos decidió tener a su hijo. De
acuerdo con Brandon se les indicó que el niño no tenía por qué sufrir por su
dolencia y que tampoco representaba un peligro para Britanny, lo que
inmediatamente justificó su decisión.
Un caso contra todas las expectativas.
La gran mayoría de los
pequeños que nacen con este problema mueren apenas unos días después del parto.
Sin embargo Jaxon (quien fue bautizado como “Jaxon Strong” – Jaxon el fuerte)
lleva ya un año completo con sus padres. Su condición no le ha impedido llenar
de alegría el hogar de sus padres.
Sin embargo muchos son los
que cuestionan la decisión de la pareja pues es prácticamente imposible que una
persona con esta dolencia pueda tener una vida normal. ¿Es egoísta traer un
niño al mundo sabiendo esto? Algunos consideran que sí, otros que es una prueba
de amor.
En todo caso, pese a su
fuerza y tenacidad las cosas no pintan bien para Jaxon. El tiempo ha mostrado
que es difícil que sobreviva y sus dolencias tienden a aumentar al paso de los
días: recientemente se le diagnosticó un problema gastrointestinal y muestra
cada vez más problemas para dormir. Sus padres saben que cada día con él podría
ser el último.
Fuente de imagen:
media2.wptv.com