Es totalmente sano que los partidos políticos hagan uso de los recursos que la Ley prevé para dar certidumbre a la elección, lo cual reafirmará la legitimidad de quienes gobiernen el estado y los ayuntamientos.
Lo importante es que se haga dentro de la civilidad y conforme a los procedimientos legales establecidos, sin recurrir a formas no convencionales de acción política que significan un abono al clima de inestabilidad social que prevalece en Guerrero.
Hay valoraciones políticas que los inconformes deben hacer antes de entrar en una disputa legal, pues como se dice en la jerga jurídica "más vale un buen arreglo que un mal pleito", más cuando el resultado de éste puede ser agravar la situación del estado.
En el caso del gobierno estatal, el propio delegado nacional del PRD Guadalupe Acosta Naranjo reconoció que con todo y las inconsistencias que pudieran acreditar a su favor, no les alcanzan los números para superar una diferencia de más de 70 mil votos en favor del priista Héctor Astudillo.
En el caso del Ayuntamiento de Acapulco la diferencia a favor del perredista Evodio Velázquez hasta el momento es de poco más de mil 500 votos, lo cual es remontable dentro de 300 casillas pendientes de contabilizar, en las que podría estar oculta una ventaja que cambiaría los resultados a favor de Marco Antonio Terán Porcayo del PRI.
Corresponde a los dirigentes de ambos partidos, Cuauhtémoc Salgado del PRI y Celestino Cesáreo Guzmán del PRD establecer los acuerdos pertinentes, pues ambas fuerzas firmaron un Pacto de Civilidad que están obligados a honrar ante la sociedad guerrerense, como ya lo hicieron el gobernador Rogelio Ortega y el coordinador del Congreso, Bernardo Ortega al reconocer el triunfo de Héctor Astudillo, igual que el PRI pudiera reconocer a Evodio, producto de una negociación política. Es una concertación, sí, pero necesaria para Guerrero.
Por otra parte, lo interesante de esta elección es la reconfiguración de las fuerzas políticas del estado, por ejemplo, partidos como Movimiento Ciudadano que hizo su debut participando por primera vez sin ninguna alianza, partiendo de la nada, con muchos menos spots y prerrogativas que el PRI y el PRD, se colocó como tercera fuerza en el estado, con Luis Walton como candidato. Un dato que no debe pasar desapercibido.