Y como se trata de
exorcizar a esta nación, se hizo una “limpia” que no se llevó acabo en el
mercado de Sonora, sino en la catedral de San Lusi Potosí.
La palabra exorcismo
viene de “ex, fuera de” y de orcismo,
relatico a Orcus, nombre de un
demonio mítico que vigila la entrada del infierno. El diccionario católico dice:
“que es el acto de echar o sacar demonios, o espíritus malignos fuera de personas,
sitios u objetos que son supuestamente poseídos o plagados por ellos, o
que son suceptibles de llegar a ser víctimas o instrumentos de su malicia; la
palabra que no es en sí bíblica viene de la palabra griega exorkizo, que es usada en la traducción griega (Gén. XXIV,3 =
provoca a jurar; III (I) Reyes XXII, 16 = ordenar), y en Mat. XXVI, 63, por el
sumo sacerdote contra Cristo, "Yo te ordeno por el Dios vivo. . ." La
palabra horkizo y el sustantivo exorkistes (exorcista) aparece en los
Hechos XIX, 13, donde el último (en plural) es aplicado a unos Judíos andantes
que profesaban ser capaces de echar demonios. Esta orden es dada en el nombre
de Dios o de Cristo, el exorcismo es estrictamente acto o rito religioso…”.
Y aunque nadie
lo crea, el pasado 20 de mayo, a puerta cerrada se celebró un Magno exorcismo
en la catedral de San Luis Potosí encabezado por Juan Sandoval Iñiguez
Arzobispo emérito de Guadalajara y el
Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Carlos Cabrero, y varios sacerdotes
exorcistas que acudieron de diversas diócesis mexicanas.
Su intención: que
el número de abortos y de crímenes violentos bajaran en el país. Lo extraño es
que San Luis Potosí podría es una zona del mal y el pecado por los curas
pederastas; Eduardo Córdova Bautista. El prófugo de la justicia divina y
terrenal, está acusado de por lo menos haber cometido 100 violaciones a niños
solamente de San Luis Potosí.
Y para no meterse
en líos relacionados a que el Papa Francisco no le da el sí de su visita a
México a EPN, los exorcistas del mal, invitaron al cura Antonio Fortea, autor
de Summa Daemoniaca y Memorias de un Exorcista, como asesor
externo del ritual.
El exorcista,
declaro: “sin duda alguna el aborto, el
satanismo, la corrupción, el culto a la ‘santa' muerte y la legalización de
aberraciones sexuales, han provocado una gran infestación satánica en todo
México”. Y de pilón el sacerdote exorcizador dijo que “cada Obispo en México
debe celebrar en su propia diócesis el
“Magno Exorcismo” y que urge derogar la ley del aborto establecida en el
Distrito Federal, “causa de todo esto”, e incluir en el artículo primero
constitucional el derecho humano a la vida, desde el primer instante de su
concepción…”. Por su parte Sandoval Iñiguez, reconocido por su proclividad a
los narco ritos de dólares, una vez que le hicieron manita de puerco al mal, se
lamentó “que la violencia contra grandes y chicos”, sea imparable. Como la de
los cientos de curas pederastas impunes y protegidos por el poder cristiano de
México. Y en un lenguaje cantinflesco habló sobre el aborto, que la neta me da
weva reseñarlo por lo anacrónico y mezquino de sus argumentos. Las tarugadas
dichas por estos exorcizadores exorcizados, la pueden ver completo en la web
VeryCreer.
Lo que no trataron en este Magno exorcismo,
es comenzar a exorcizar a la corrupción, el agandalle de los recursos naturales,
el regreso del Látigo Negro y de Carmen Salinas a la vida política y del
Cuatemochas Blanco al municipio de Cuernavaca.
Habría que hacerle un exorcismo al Partido
verde, a Movimiento Ciudadano, al Panal y a todos los partidos chicos que le
dan poder al partido exorcizador de la democracia mexicana. Y también,
exorcizar desde ya, a las futuras candidaturas “independientes” que se incuban
en grupos de poder empresariales, mediáticos y oficialistas al servicio de
quien les pague la campaña. Y de paso, aunque sean ateos, exorcizar a “la
izquierda persignada” de este país, para que de una buena vez por todas acaben
con la burocracia perredista enquistada en el PRD bajo el triunvirato del mal,
de los chuchos. Y sacarlos de las arcas y mandárselos derechito a la “Santa
Muerte” para que los acoja en su manto y los mande al olvido.
Sandoval Iñiguez y Antonio Fortea,
intentan, convertir al magno exorcismo, en un acto democrático exorcizador
nacional, al impulsar que en cada región, pueblo, iglesia, se realice este
exorcismo purificador y sancionar al propio estado, que se supone por fe
juarista, es laico. Por eso se propone que el Magno exorcismo también cubra con
su manto de purificación por fuego a todas y todos aquellos sacerdotes
pederastas, a políticos corruptos y corruptores, a narcos que no pagan el
diezmo a la curia romana y a la nueva clase política de este país, que en sus
grandes pequeñas hazañas de encubrimiento y complicidad eterna, ya rebasó el
poder del propio Chamuco en persona.
Y una petición más, que se acabe de una
buena vez este país, que ya está en los puros infiernos y que nunca sea
resarcido el daño a los pobres que lo han mantenido durante siglos. Que así sea
amén. Vade retro Satanás.