miércoles, 10 de junio de 2015

Oportunidad de oro Francisco J. Siller/PERFILES POLÍTICOS.

Francisco J. Siller/ Es claro que el PRD perdió la Ciudad de México y Miguel Ángel Mancera deberá gobernar con el viento en contra. Andrés Manuel López Obrador a través de Morena tendrá el control legislativo de la ciudad y de seguir así las cosas, la Jefatura de Gobierno —si no la gubernatura— para el 2018.
El triunfo de la organización de López Obrador en el DF, es el peor zapato que pudieron ponerle a Miguel Ángel Mancera, porque tendrá que batallar de más para mantener su sitio como candidato natural de la izquierda a las elecciones presidenciales. Ha trabajado para ello, y la oportunidad podría salírsele de las manos.
Sin embargo esta es para él una oportunidad de oro, de demostrar que puede con el paquete y que es capaz de negociar y salir airoso en este panorama que por ahora le es adverso, porque es seguro que los de Morena en la ALDF, le darán más escollos que cualquier otra cosa. 
Hay que reconocer que López Obrador, apoyado por la estructura partidista que formó en los últimos 15 años, jugó bien sus cartas y venció al partido que lo promovió al gobierno capitalino en el 2000. Aprovechó la desunión interna en el moribundo y desgastado partido del Sol Azteca y le dio la puntilla, dejándolo a la zaga.
Podría decirse que fue como la crónica de una muerte anunciada, en la que sólo él creía. La sorpresa dejó sin habla a muchos, en especial a los confiados perredistas, que desesperados vieron como Morena los superaba para quedarse con la mayoría de la Asamblea Legislativa y cinco delegaciones políticas, entre ellas una de las más importantes: Cuauhtémoc, que concentra el poder político y económico del país.
López Obrador logró establecer en la Ciudad de México su “cabeza de playa” con miras al 2018, en lo que será su tercer intento por sentarse en la Silla Presidencial y parecería que tiene para ello el camino llano. Sin embargo tendrá que sortear cientos de obstáculos que interpondrán en su camino los partidos políticos y los gobiernos que no le son afines.
Quizá hay uno que podría ser insalvable: El de los electores, que si bien mostraron su apoyo, esperan que los candidatos de Morena cumplan todo lo que ofrecieron. Me refiero a esos votantes de a pie que le dieron su respaldo y no a los compromisos adquiridos con los líderes de las organizaciones sociales que sólo buscan prebendas personales.
Morena tiene una gran responsabilidad ahora, de demostrar que puede hacer las cosas mejor que otros, que sus legisladores y gobernantes en la Ciudad de México, no van por la revancha, que su actuación obedece a satisfacer las necesidades de la ciudadanía y que son capaces de establecer un diálogo franco y abierto con Mancera, para que la ciudad marche mejor. El tiempo lo dirá.

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