>> El país adquiere
90 por ciento de la soya, 70 por ciento del arroz, 60 por ciento del trigo y 25
por ciento de maíz
>> Ex senador y
dirigente agropecuario José Bonilla Robles censura el desinterés del gobierno
por rescatar el campo
Roberto Cienfuegos/Ciudad
de México, 30 de junio (entresemana.mx).- México es hoy el país del mundo que
más alimentos importa después de Japón porque el gobierno del presidente Lázaro
Cárdenas decretó en forma “torpe y sin visión de futuro” un reparto de tierras,
que condenó a los productores del campo mexicano a la pobreza para toda la
vida, alertó el ex senador y dirigente agropecuario José Bonilla Robles.
“Al concluir la revolución
mexicana, el gobierno se concretó en repartir la tierra, en vez de crear
programas de producción, de
comercialización, de industrialización”, como otros países que hoy son
exitosos, añadió en entrevista Bonilla Robles, ex presidente de la
Confederación Nacional de Propietarios Rurales (CNPR), que reivindica unos dos
millones de productores del campo.
Pero el reparto “se hizo
en forma torpe y sin visión de futuro”, porque es imposible para cualquier
productor agropecuario tener un punto de equilibrio y menos de rentabilidad si
sólo posee cuatro o cinco hectáreas, expuso Bonilla Robles durante esta
entrevista en su despacho de la ciudad de México.
Lo óptimo sería,
expuso, que los productores del campo
mexicano tuvieran entre 50 o 60 hectáreas para producir alimentos en forma
rentable, unas 10 veces más que las parcelas que poseen y que condenan a la
pobreza al campo mexicano.
El ex dirigente de los
pequeños propietarios hace ver que “no se puede tener un tractor con cuatro o
cinco hectáreas. No se puede tener
escala de rentabilidad porque no se saca el costo de las semillas, de los
fertilizantes ni tampoco dos salarios mínimos”.
En consecuencia, aseguró,
el reparto indiscriminado de tierra, la fragmentación de ésta, “condenó a la pobreza toda la vida” a los
presuntos beneficiarios del reparto agrario.
Bonilla Robles, ex
candidato por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) a gobernar
Zacatecas, consideró que la administración de Cárdenas incurrió en “un abuso” contra
muchos propietarios de superficies que
las estaban haciendo productivas.
Para Bonilla Robles, ese
abuso “no ha existido en ningún país del mundo.
Ningún país del mundo tiene ejido, ningún país del mundo tiene
ejidatarios, ni ley de reforma agraria ni Secretaría de Reforma Agraria”.
Insistió en que el caso
México fue “único” en ese sentido y ahora es que “vemos los resultados”, pese a
que México “tiene para ser un gran productor agropecuario en el mundo,
aprovechando el mercado de Estados Unidos”.
Bonilla Robles lamentó que
México “ya no es autosuficiente” en la producción de alimentos e importa el 90
por ciento de la soya, el 70 por ciento del arroz, el 60 por ciento del trigo y
el 25 por ciento del maíz”.
Más todavía, alertó,
“importamos leche y carne”, aun cuando “tenemos todo para producirlos”.
Recordó los casos de
Alemania y Japón, que quedaron devastados al término de la Segunda Guerra
Mundial, pero crearon industrias al grado de que hoy son países más ricos que
México.
Refirió las experiencias de
países como Estados Unidos, Canadá, Australia o Nueva Zelandia, donde operan
bolsas o consejos agropecuarios que compran el producto y que anticipan hasta
cinco años el precio del maíz, el trigo y/o el frijol.
De esa forma “es posible
hacer cálculos como productor y definir el tipo de siembra ese año y se hacen
contratos con las bolsas que también le sirven de financiera”, lo que “facilita
mucho la operación de los propietarios del campo”, apuntó.
El consejo de estos
productos tiene su banco que los financia para darles forrajes, maquinarias
o a los productores de leche, tiene a sus veterinarios para asesorar, y
ante esa situación los productores de esos países no tienen problemas, expuso
Bonilla Robles.
Añadió de igual forma la
experiencia de California, el estado que más produce con gente propietaria de
extensiones grandísimas, que generan empleo y alimentos dentro de una ley.
Por ello, aseveró,
California absorbe a muchos trabajadores mexicanos que laboran como peones y
aun así “les va bien”.
En México, en cambio, “no
hay mucho interés en los gobiernos de meterse al campo a rescatarlo. La
evidencia es que en dos o tres años, perdimos el 50 por ciento del ganado del
país y “no hacemos nada para recuperarlo”, lo que hace que el precio de la carne ande por los cielos porque
el consumo es muy importante, dijo.
Un caso que conoce bien
Bonilla Robles es Zacatecas, donde dice que se perdió la mitad de los dos
millones de cabezas de ganado que había, pero se exigen muchos requisitos para
recuperar ganado y los agostaderos están abandonados totalmente.
El gobierno debería
prohibir la exportación de becerro y becerra, consideró Bonilla Robles, quien
aseguró que Estados Unidos sigue comprando becerros de 150 o 200 kilos y los
engordan con su semilla, maíz y forraje y luego “nos venden la carne”.
“Está bien que exportemos
becerros, pero deberíamos prohibir la exportación de las vaquillas que deben
quedar en México para producir ganado o nos vamos a quedar sin nada”, sugirió.
Bonilla Robles ratificó su
convicción de que es “importante” que haya alimentos producidos en México y
advirtió que el gobierno tiene que crear
las condiciones más favorables
para hacer posible la producción de
alimentos a fin de combatir el hambre. Si los producimos en gran cuantía
y calidad, pues será más fácil combatir el hambre, plantea.
Dijo que hace años fueron
creadas organizaciones y mecanismos a favor del campo, como la Conasupo, los bancos ejidales, las empresas de
fertilizantes del Estado, las semillas mejoradas y los sistemas de financiamiento.
Pero “todo lo que hemos
hecho con sentido, en vez de conservarlo y perfeccionarlo le dimos para atrás.
Lo que no ha pasado en otros países del mundo”, lamentó.
Advirtió que de persistir
estas tendencias, que asocia incluso con presiones del exterior, “terminaremos
comprando todos los alimentos que consumimos”.
Bonilla Robles censuró,
incluso, que la Secretaría de Agricultura. Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y
Alimentación (SAGARPA) sostenga que se incrementa la producción de alimentos
cuando en realidad sólo “algunos productores lo hacen”.