La mayoría de los
trabajadores de la dependencia de Saneamiento Básico, está integrada por
mujeres; están de manera continúa son vilipendiadas e injuriadas por el titular
de la oficina. Un contumaz misógino.
Integrado por madre
solteras, que no han recibido el pago de sus tres quincenas, lo mismo que otros
empleados; las mujeres han asumido su responsabilidad de buscar al alcalde
Carlos Armando Bello Gómez, quien obviando sus responsabilidades, -dos meses
tienen el ayuntamiento cerrado- envía a sus esbirros de mayor actitud hacia la violencia,
pero de parca capacidad para el dialogo, conjuran contra las hacendosas
féminas.
Para evitar el salario
devengado, trataron ayer de sacar las unidades recolectoras de basura, con ello
estuvieron a punto de atropellar a las empleadas, pues se formaron delante de
los camiones para que estos no salieran; y, como los choferes trayendo ordenes
de pasar sobre quien fuera, estuvieron a
punto de perder la vida, al ser arrolladas por esas pesados camiones. Lo
que ocasionó que las afectadas recurrieran mejor a ponchar las llantas de los
automotores, solo así cejaron de su empeño los conductores.
Debe quedar asentado -manifestaron
las quejosas, cuyos nombres mantenemos en el anonimato- que tanto el secretario
general de la comuna atoyaquense, de quien dicen “se encuentra enfermo de gripe
y conjuntivitis”, no las pudo atender, la sindica procuradora Guadalupe Galeana
Marín, que anda de fiesta en fiesta; así como los y las regidoras desde que
inició el proceso electoral no se han presentado en sus cubículos, menos han
tenido la “educación de atender su asunto, pues andan huyendo de sus
responsabilidades”, asientan las disgustadas.
Mientras esto ocurre, en que
la agresión a las mujeres atoyaquense no cesa, la ciudad se debate entre una
demanda de servicios sin solución ni prestancia; y, una desobligación de los
representantes populares, pues todos los
que integran la administración, andan agazapados.