Luis Walton Aburto |
Luis
Walton Aburto es ya el presidente electo de Acapulco y la
justa electoral ha quedado ya en el pasado y fue sepultada por los tribunales
al decidir y declarar como el ganador legítimo del pasado proceso del primero
de Julio al candidato de la coalición del movimiento progresista integrado por
los partidos de la Revolución Democrática, Movimiento Ciudadano y del Trabajo.
A partir de entonces el alcalde electo se ha tenido que dividir
en dos para atender tanto su encargo como coordinador
nacional del Movimiento Ciudadano como el de iniciar los trámites legales
para que se haga de manera transparente y sobre todo legal, la entrega
recepción del Ayuntamiento porteño.
En varias ocasiones se han
preguntado los electores sobre cómo va a
gobernar Walton la administración municipal si es que tiene dos cargos que
atender a la vez y como reza el refrán, quien
a dos amos atiende, con uno queda mal. Y aunque esto no es precisamente lo
que acontecerá, la realidad es que en estos momentos el presidente electo de
Acapulco tiene que culminar su compromiso contraído con el abanderado de las
izquierdas a la presidencia de la República, Andrés Manuel López Obrador, quien
lleva ya un buen tiempo aportando toda clase de pruebas a los tribunales
federales con la finalidad de que se invalide el triunfo electoral del priista
Enrique Peña Nieto.
Todo lo que haga o deje de
hacer el candidato presidencial impugnador debe tener el aval total de los
dirigentes de los partidos que lo apoyaron hasta que los magistrados del
Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación digan la última palabra
y decidan si otorgan el triunfo a Peña Nieto o invalidan la elección y mandatan
la designación de un presidente interino. Hasta ese momento, creemos, Luis
Walton Aburto tendrá que voltear la vista
hacia el sur y mirar que en el municipio de Acapulco se requiere de su
presencia para atender no solo lo que le ocupará en cuanto a la designación de
sus funcionarios sino de recibir propuestas de las fuerzas vivas de este
territorio y que no son pocas ni poca cosa.
Acapulco por ser el destino
turístico mas conocido a nivel internacional y uno de los más visitados por los
vacacionistas nacionales, requerirá de una cirugía mayor para lograr ubicarlo
como un lugar que puede ofertar una mejor y segura estancia a los visitantes.
Por ello requerirá de personal técnico de
alta calidad para reformular proyectos que logren aliviar el grave problema de
la cada vez mayor falta de agua potable
y lo que tiene que ver con la privatización del servicio de recolección de
basura que no ha dado los resultados esperados y que si en cambio ha causado un
grave deterioro económico a las finanzas
y un mayor conflicto entre las relaciones obrero-patronal con los trabajadores
de dicha área y que han sido ninguneados por los detentadores de los contratos
leoninos que han suscrito las autoridades municipales.
El alcalde electo sabía y lo
sabe bien, que Acapulco es un problema
esférico, o sea, que por donde lo mires, encontrarás uno. Y existen
problemas que incluso salen fuera de las capacidades de un edil como es el de
la seguridad púbica, lo cual se ha ventilado ya con mucha claridad de parte del
actual secretario de protección y vialidad del municipio, quien ha admitido que
esta corporación está infiltrada por el crimen
organizado y se quejó no solo de que los malosos estén activos y haciendo
lo que siempre han hecho que es el tratar de corromper a los elementos
policiacos, sino que estos además tienen apoyos dentro de la estructura
burocrática y ‘’padrinos’’ políticos que han mas difícil su depuración.
Las declaraciones de este
funcionarios cayeron como balde de agua fría sobre la humanidad de la alcaldesa
Verónica Escobar Romo y más cuando el alcalde electo, Luis Walton Aburto dio
como hecho estas afirmaciones y se quejó de que no hubieran avanzado en la
acreditación de la corporación, a lo cual la alcaldesa respondió airada que el
municipio tenía ya acreditados a 90 policías, lo cual movió a risa, pues eso y
nada es lo mismo. No se puede tapar el sol con un dedo y menos esperar que la
gente le crea a la autoridad municipal a estas alturas del partido.
La realidad es que ni
Verónica ni Luis tienen en sus manos la respuesta necesaria a la petición de seguridad que hace el pueblo
acapulqueño, que no los turistas, vacacionistas o visitantes temporales. La
respuesta deberá venir acompañada de un proyecto a mediano y largo plazo, lo
cual nos remite a que el ayuntamiento en su próxima edición tendrá que soportar
los enclaves de la federación en los altos mandos de la corporación, os cuales
deberán atender primero la seguridad pública local, o sea, la prevención del
delito y el combate a la delincuencia
común y después, si es el caso y se tienen los elementos suficientes,
coordinar acciones para combatir al crimen organizado
y particularmente a los narcotraficantes y especialmente al narcomenudeo.
Pero si en realidad Luis
Walton Aburto se quiere erigir en el alcalde del turismo, tendrá forzosamente
que emplear un mayor tiempo para revisar a fondo no solo los enlaces entre
hoteleros y empresarios locales, nacionales o inversores extranjeros, sino que
deberá contar con el personal suficiente y sobre todo eficiente para que esta
ciudad sea un lugar agradable para relajarse y divertirse y para ello tendrá
que poner en marcha un amplio programa de alumbrado
público para que esta sea una ciudad
luz y no de sombra como lo es hoy día y tendrá también que poner en juego
su carácter, no solo para equipar al cuerpo de bomberos para que oferte un mejor servicio al igual que quienes se
encarguen de la conservación de las vías de comunicación y de las áreas verdes
y los encargados de realizar la limpieza
de las presas gavión a fin de evitar que la bahía continúe siendo contaminada
y para que las playas que son consideradas un peligro para la salud de los
bañistas tengan la atención debida y sobre todo permanente.
Otro de los problemas
medulares que tiene el ayuntamiento por controlar es el del ambulantaje, el cual ya no solo invade
vías públicas del centro de la ciudad sino de los lugares donde hay mayor
afluencia turística y económica como son áreas de la avenida costera al sur y
al norte sin olvidar que cientos de estos vendedores llenan las playas con sus
vendimias y son en cierto modo cómplices de los hechos delictivos que se
producen en dicho territorio que hoy día es de nadie, pues mientras las
autoridades federales dicen ser competentes en esta franja, las autoridades
estatales y municipales intervienen también pero sin ninguna coordinación que
pueda dar como resultado una mejor atención
y vigilancia para que quien disfrute de los balnearios lo hagan de manera segura, limpia y sin molestias de
terceros, incluidos en esos los prestadores de servicios de entretenimiento.
Sin pretender ser alarmista,
estamos seguros de que tendrá el futuro alcalde que hacer las gestiones
pertinentes para que se consuma la limpieza
de las aguas de la bahía de Acapulco la cual no solo es contaminada por la
basura que tiran los acapulqueños en los cerros y que llegan hasta la mar por
falta de un programa de limpieza integral necesario y ausente de toda
planeación, sino también de las múltiples
descargas de aguas residuales que
sin pudo vierten tanto empresas turísticas (hoteleros y condominios,
restaurantes y casa habitación) y que están debidamente detectadas desde hace
ya varios años por la autoridad municipal. (Recuérdese las denuncias que sobre
el tema se hicieron durante la administración interina del presidente
municipal, Antonio Piza Soberanis).
Y es que este tema es de
gran importancia porque no se puede asimilar o admitir que sean los propios beneficiarios
del turismo los que atenten contra el
principal producto de este lugar que es el agua
marina de la bahía, considerada una de las mas bellas del mundo, lo cual
sería un freno para cualquier individuo u organización el provocarle un daño ecológico como el que se le está
infringiendo. La atención a este problema es toral y no merece la desatención
del que desea ser el alcalde del turismo.
Durante los foros realizados
durante su campaña político-electoral para obtener la presidencia municipal de
Acapulco, Luis Walton debió haber recibido de parte de los grupos colegiados
las demandas de que esta administración requiere de una reingeniería administrativa y financiera además de una necesaria
descentralización a fin de poder ejercer mejor los recursos que se obtienen en
cada área y visualizar las deficiencias que en este rubro se tiene para
recaudar más y mejor, pero sobre todo con una mayor equidad.
Como podemos observar, no
son menores los retos que tiene el presidente electo para ejercer una buena
administración y obtener de parte de los habitantes un reconocimiento tal que
lo pueda catapultar hacia otros horizontes, pues como lo hemos constatado,
Acapulco es una especie de espejo de todo lo que sucede en la entidad pues aquí
los problemas son múltiples y variados y ninguno de ellos ha sido controlado a
lo largo de la historia de este puerto internacional, el cual sin duda requiere
de una nueva mística de trabajo en la
que todos nos veamos incluidos para empujar hacia el mismo rumbo que lo haga el
que a partir de Octubre próximo tomará las riendas de esta gran ciudad, mejor
puerto y dispar territorio, pues habrá que pensar que también los campesinos y
productores requieren de atención y apoyo.
Luis Walton Aburto, como
persona oriunda de este lugar, prometió no
fallar como titular del ejecutivo municipal. Debemos creerle y caminar
juntos para que no se olvide de que los acapulqueños no solo somos exigentes
sino que también nos comprometemos en proyectos que apunten hacia un mejor
desarrollo y bienestar social que se nos ha negado en forma reiterada y no se
diga de parte de esta administración municipal priista que va de salida. Sin
duda alguna ha sido este gobierno tricolor
uno de los más nefastos de la
historia, superando en forma sorprendente las dos administraciones perredistas
anteriores.
Periodista/Analista
Político* Observar@gmail.com