lunes, 6 de agosto de 2012

El laberinto de la educación en Guerrero. Por el Dr. Floriberto González González


 Hablar de Guerrero pareciera ser que es hablar de todos los males, entre ellos, el problema educativo. Las últimas estadísticas oficiales y los resultados de evaluaciones estandarizadas lo siguen manteniendo en los últimos lugares. Por lo que se lee y se dice, la cobertura en educación básica prácticamente está cubierta al menos hasta primaria, y que en este nivel sobran maestros. Si esto es así, entonces no se justifican el gran número de normales: 19 privadas y 8 públicas. Para este nivel, habría que mantener un par de normales públicas de excelencia, es decir, el objetivo ahora sería formar a un nuevo profesor de calidad, para ir sustituyendo a quienes se van jubilando. Sin embargo el problema es que las normales privadas son un verdadero negocio de ex funcionarios y políticos en Guerrero, por lo que son intocables, y por otro lado ¿Alguien vigila la calidad de la educación que imparten?
Así mismo, ¿cómo poner orden en las normales públicas, si se han convertido en verdaderos cotos de poder de los profesores o de corrientes sindicales, en donde las plazas también se heredan o se venden al mejor postor? Aunado a esto, también las UPN y los CAM le han entrado a la competencia de formar maestros, sin que para ello hayan sido creadas estas instituciones. Ahí está uno de los problemas, la falta de vigilancia, control, supervisión y evaluación de estas instituciones, las cuales se han convertido en agencias de empleo para medio mundo. ¿Se requieren todas estas instituciones para formar y actualizar a los docentes de educación básica? Supongamos que sí, pero poner orden y llevarlas a ser instituciones de excelencia es un verdadero problema, prácticamente imposible, en cada una lo que prevalece es la anarquía, el desorden, la simulación y los intereses de grupo. Hoy se requieren instituciones de excelencia, pero el obstáculo principal es la planta docente enquistada, avejentada y sin la menor intención de actualizarse y de evaluarse.
El problema con el nivel medio superior es de cobertura, prácticamente la mitad de la población en edad de cursar el bachillerato está fuera de las escuelas. Aunado a esto, hay una gran diversidad de subsistemas, cada uno de los cuales tiene su dinámica propia, prevaleciendo la simulación, los conflictos sindicales, la corrupción, el abandono, la falta de incentivos a los docentes, entre otros. La gran deserción en este subsistema es alarmante. ¿Cómo poner orden? ¿Cómo hacerlos de excelencia, cuando los directores son nombrados sin cubrir el mínimo requisito académico, o son removidos por cuestiones políticas? A este nivel debieran enfocarse todos los esfuerzos.
Con el nivel de licenciatura, si bien ha ido creciendo paulatinamente la oferta y por lo mismo la cobertura, no hay una planeación sobre qué carreras implementar, qué y en dónde crear nuevas instituciones, pero el principal problema es la planta docente que se contrata, sin el mínimo perfil adecuado. No es posible que se estén creando supuestas universidades sin cubrir los mínimos requisitos para que funcionen, sin reconocimiento oficial, sin planes de estudio, sin instalaciones adecuadas, sin una planta docente, etc., convirtiéndose en cotos de poder y de presión política por quienes están al frente de ellas. ¡No se pueden crear instituciones de educación superior para beneficio de grupos políticos!
El nivel de posgrado y la investigación a nivel de excelencia en Guerrero, prácticamente es inexistente, los pocos que tiene la UAGro, se han creado a pesar de las propias administraciones en turno, cuya política ha sido y sigue siendo, el aspecto político por sobre el académico. Abundan los posgrados particulares patito en donde lo que menos se hace es investigación, comprándose prácticamente el grado. Tampoco hay quien vigile la calidad de estos posgrados. Es necesario y urgente, que Guerrero cuente con instituciones de posgrado de calidad y excelencia.
En este sentido, bienvenida la propuesta de la creación de la Universidad del Estado de Guerrero, siempre y cuando sea una institución en donde estén los mejores docente e investigadores guerrerenses, contratados por méritos curriculares y de investigación, y no se convierta en una agencia de empleo, en donde el rector en turno no sea un político desempleado, y los directores por igual. Debe ser una institución que nazca sólida, fuerte, con un personal académico y administrativo de calidad, de lo contrario, será más de lo mismo que servirá para justificar recursos como ahora sucede con muchas instituciones educativas. Guerrero ya no necesita improvisaciones y ocurrencias en la educación, porque simplemente, ya se tiene demasiada.