Isaias Alanis |
Previo a la reforma dada a conocer el lunes
por el presidente operado EPN; en una acción paradigmática de su gobierno,
atoran a ex gobernadores posteriormente ex culpados, le dan chance a Florence
Cassez de irse de vacaciones con todo pagado a Paris como primera dama del
engaño a la justicia. Sacan del frescobote a generales, respaldan a otros para
que no los metan, le cancelan su licencia para conducir al SNTE a la maestra
Gordillo. Al químico Granier están a punto de exonerarlo metiendo en su lugar
al tesorero que sólo le firmaba los cheques a Andrés Granier Melo y como prueba
irrefutable de que la justicia mexicana es pareja ante el colapso vengativo del
imperio, dejan libre al más machín de todos los narco enamorados Rafael Caro
Quintero después de 28 años tras las rejas. La misma receta es para Don Neto
que a sus noventa años todavía puede levantar el dedo justiciero en contra de
quienes lo metieron al bote.
En este maremágnum de eventos, la reforma
energética, da de tumbos demagógicos y hace fintas a los supuestos opositores
pactados, sin sacar a la luz la verdad del salinismo disfrazado de peñismo que
va por todo, bueno lo que queda de lo que alguna vez fue este país: “su
iniciativa de reforma energética, propone modificar los artículos 27 y 28 de la
Constitución, y con ello abrir la puerta a la iniciativa privada a la cadena de
producción de los hidrocarburos y a la generación de energía eléctrica. Pero
aseguró que Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad
(CFE) "no se venden ni se privatizan". (La
Jornada/13 de agosto/ 2013).
El malabarismo verbal infrecuente del
sonriente recién operador señor del copete, escondiéndose del espejo que lo refleja de
cuerpo entero afirma que esta reforma es la última "oportunidad histórica
de emprender una reforma energética capaz de transformar y elevar la calidad de
vida de todos los mexicanos…”.
Y haciendo gala de buena memoria, Peña Nieto,
intenta "retomar palabra por palabra la iniciativa de reforma al artículo
27 constitucional enviada por el presidente Lázaro Cárdenas, misma que permitía
al estado celebrar contratos con particulares…”. Lo que se infiere de este
juego verbal desgastado y oscuro, es que la privatización de las más de dos mil quinientas empresas
paraestatales, que comenzaron a pasar al sector privado a partir de 1982, ha
provocado el desmantelamiento de la infraestructura económica y productiva del
país. El petróleo es la puntilla, el descabelle a lo poco que queda de la suave
patria de López Velarde.
Lo que se intenta disfrazar con el montaje
realizado el lunes en los Pinos, es mitificar las bondades de la venta de los
bienes de la nación a particulares e invertir los papeles del nacionalismo
revolucionario del viejo tricolor.
No hay nada nuevo. El sábado pasado se
incrementó de nueva cuenta el precio de la gasolina. Del gas, de todo lo que
sale del petróleo y de todo lo que se mueve sobre ruedas. En manos de los
extranjeros de México y de los de allende las fronteras, un recurso no
renovable y estratégico como el petróleo, es la joya de la corona envuelta en
un mar de petróleo, corrupción y desnacionalismo criminal, sino vean donde
cobran los ex directores de PEMEX, la mayoría en empresa petroleras españolas o
gringas. Y hasta Romero Deschamps y su
chofer millonario resultan bien librados de la reforma, o sea que los corruptos
seguirán desangrando a PEMEX, entonces ¿qué clase de reforma promete EPN?
Mientras los airados vecinos del norte rabian por la salida de Caro Quintero de
la cárcel, el Wall Street Journal se suma a la causa privatizadora al calificar
a la reforma peñista de tibia y que no permitirá que los capitales extranjeros
tengan garantías para invertir con seguridad y bonanza. ¡Sopas y Zas! ¿Qué más
quieren?
Y en tanto la violencia no se detiene, la
Tuta, líder de los llamados Caballeros templarios lanza una video llamada al
gobierno federal donde pone al gobierno como el causante de la violencia en
Michoacán y el país, señalando a Felipe Calderón, a las televisoras y a Genaro García Luna, como
el director de la obra titulada, “el gobierno no negocia” y hace un atento
llamado a la negociación y al diálogo, señalando a funcionarios del gobierno
panista de corruptos, delincuentes e hijos de la bandera azul que deberían
estar en la cárcel. Los mismos que hoy le apuestan a la reforma energética y al
pactismo cargado de prebendas y rebanadas del pastel privatizador.
Y como a la reforma nadie la para, a menos
que resucite Tata Lázaro y meta en chirona a su nieto e hijo por andar
haciéndole el caldo gordo a los tricolores, el jefe de la MORENA, Andrés Manuel López
Obrador lanza a través de muchos medios un mensaje a la nación de que por ser
hijo de petroleros tabasqueños y el mero chiro para movilizar al personal
cansado de levantar el dedo y a contra corriente de los correligionarios de su
ex partido que hacen cálculos y sacan provecho de firmar y avalar la reforma
energética, amenaza con movilizar al pueblo de México para impedir el atraco a
la nación. Lo cierto, es que el país se zarandea en una espesa capa de lodo,
corrupción, chapopote y oleadas de sangre revuelta con gasolina cara y un
pueblo cansado de recibir más de lo mismo con promesas vanas como eso de que si
se vende PEMEX y la compañía de luz, México será un paraíso, pero perdido en
manos de consorcios y firmas extranjeras, carente de futuro y la soberanía
nacional sólo será una correntada de lodo podrido revuelto con mares de petróleo
y más corrupción donde se ahoga la esperanza de una nación que lo ha pedido
casi todo. Esto no es una profecía, es la pura realidad, cruda, desnuda y a la
vista de todos.
De reojo
Mientras sectores estadunidenses critican la
“tibieza de la reforma presentada por EPN”, The
economist afirma que la empresa se ha tratado como caja chica del gobierno
en turno, y no como una verdadera empresa de lucro. El presidente nombra al
Director General y a todos los puestos de importancia estratégica creando una
burocracia de las más caras y corruptas del mundo. Consintiendo al sindicato y
generando una serie de medidas que hunde a la para estatal.
Cada barril de petróleo en México se obtiene
a un costo de 7 dólares, y lo vende a 100. Pero tiene pérdidas debido “según The Economist porque en sus áreas de
petróleo y producción de gas tienen un beneficio gordo, su negocio de
refinación pierde una fortuna, y su división petroquímica también es
deficitaria. O sea que con la reforma energética, nada de todo eso se va a
componer, al contrario, se va a descomponer. Lo veremos.