Aunque el término
pornografía esté asociado a los actos sexuales explícitos con el fin de lograr
una excitación, lo de la reforma petrolera
no deja de ser eso, la sodomización de todos con el fin de obtener
utilidades para unos cuantos.
Henos aquí, empinados,
viendo la tele mientras el gobierno abusa, diciendo con palabras dulces que
dolerá, pero que es necesario. La parte interesante de todo esto es el lenguaje
utilizado para convencer a las masas. El inmenso aparato mediático puesto al
servicio de los grandes capitales.
La reforma se vende como la
panacea que ahora sí nos llevará a la modernidad. El problema es que todos
prometen lo mismo. Ahora sí vieja, te prometo que no voy a tomar más (por hoy).
Cualquier ser pensante mira
este tipo de medidas con escepticismo. Las frases construidas exprofeso para
vender una realidad son desenmascaradas y presentadas a un público que en su
mayoría, o defiende este gobierno de estilo pambolero, o no le interesa. Los
historiadores dicen que durante la guerra México-Estados Unidos, la gran
mayoría miraba el avance de las tropas norteamericanas con indiferencia. Aparte
había una guerra paralela, la de los polkos. Y encima la iglesia no le entró al
conflicto hasta que era tarde.
Lo mismo sucede ahora. La
diferencia es que no se necesita arrebatar el petróleo por las armas. Solo
hágalos que prendan la tele y mándeles un mensaje distorsionado. Caras sonrientes y un impecable comercial
donde se ve el mar de fondo con una técnica cinematográfica depurada. Pura
pornografía. Me extraña que no haya futbolistas o viejas bien buenotas
explicando la “reforma”. Bueno, si la cosa se pone fea para los priístas y los
panistas entreguistas (Gómez Morín se revuelca en su tumba) ese debe ser el
plan B.
O un comercial donde salga
Peña Nieto mirando hacia arriba y diciendo, —Sé que tú, tata Lázaro, me miras
desde el cielo y apruebas que le entregue el petróleo a las grandes
corporaciones—.
Todo al servicio de este gobierno
priísta y sus patiños panistas y perredistas. Solo basta recordar al gran
ilusionista Salinas y su programa Soli-dari-dad (por su pronunciación
salinesca) y todas aquellas ideas de llevar a México al primer mundo. Si la
memoria no me falla, Salinas llevó a varios al primer mundo, no en el número
que quisiéramos (Leer el libro los amos de México de Jorge Zepeda Paterson es
un ejercicio de puro masoquismo aquí el link : http://www.sinembargo.mx/amos-de-mexico)
porque salinas privilegiaba la calidad antes que la cantidad y quería sus
cuates en la revista Forbes. Y lo logró.
Y como Peña Nieto no se
quiere quedar atrás, la reforma petrolera puede ser una gran oportunidad para
integrar más amigos a esta prestigiosa lista.
Por eso seguiremos viendo
este espectáculo porno barato. A menos que nos pongamos las pilas y les
pongamos un alto. Porque están llegando a los límites. Quieren “reformar”
Pemex, exoneran a Raúl Salinas, liberan a Caro Quintero, ¿Qué sigue? ¿El
mochaorejas a gobernación?