Dr. Floriberto González González |
Pareciera que México es un
país de traidores. Moctezuma traiciona a su pueblo al abrirle las puertas de su
reino a Hernán Cortés, quien con un puñado de mugrosos termina adueñándose de
todo un imperio. Obregón, Calles, Carranza y el tal Guajardo, traicionan la
Revolución Mexicana asesinando a Villa y Zapata. Madero, Carranza y Obregón
mueren asesinados en la lucha por el poder. Juárez muere envenenado por
Oliveria del Pozo, alias la Carambada, sin que Lerdo de Tejada hiciera algo al
darse cuenta cuando vertía el veneno en su copa, pensando que él sucedería en
el trono al Benemérito de las Américas. ¿Y la Iglesia Católica? Traidora por
naturaleza.
¿Acaso no fue traición que
los poblanos festejaran a su paso a las tropas norteamericanas, y la plebe defeña
terminara emborrachándose con ellos a pocos días de tomar la ciudad de México
en lugar de torcerles el pescuezo? Santana traiciona una y otra vez, y una y
otra vez es de nuevo ungido como gobernante. En pleno siglo XXI, el 75% de los
mexicanos están a favor de una anexión total a Estados Unidos. Traición,
traición, traición.
Y ya entrado el siglo XX,
las traiciones y los asesinatos en la lucha por el poder y por conservarlo
siguen a la orden del día. Madrazo (padre) y Colosio, muertos a traición por el
poder; estudiantes asesinados, la guerra sucia, el desmantelamiento del estado,
la venta de todo. Elecciones robadas una y otra vez.
¿Pero en verdad seremos un
pueblo de traidores? El populacho vota por Fox y Fox traiciona al populacho.
Calderón se roba la elección y es ungido como presidente haiga sido como haiga
sido, y de nuevo el populacho por una tarjeta Soriana pone al PRI en el poder.
Como con Santana, el populacho pedía a gritos el regreso de su Alteza
Serenísima, sólo que ahora en versión copetuda.
Los partidos políticos y
los políticos traicionan una y va de nuez a sus militantes; hay quienes hoy son
priistas, mañana perredistas y pasado mañana panistas. Traicionan los
magistrados del TRIFE, los empleados de los políticos del IFE y todos en fila
india se ponen de rodillas ante los poderes fácticos. Traición, traición y más
traición.
¿En verdad será México un
país de traidores? Excelente libro. Lectura obligada para entender la otra
historia.