El 16 de Septiembre de 1810,
no es para los mexicanos solamente una etapa cronológica, sino una fecha que ha
quedado grabada en la historia de México, porque marca la iniciación del
movimientos que habría de dar a nuestro país ¿Independencia y Libertad? Grito
de Independencia o ¿Grito de Dolores o dolores? La cuestión sigue en el
anonimato de los historiadores.
¿Qué es la patria? La
palabra Patria, viene del latín patria, familia o clan, patris, tierra paterna pater, padre, suele designar la tierra natal
o adoptiva a la que un individuo se siente ligado por vínculos diversos, como afectivos, culturales o
históricos.
La mayoría de los políticos
cuando quieren convencer a sus votantes,
hablan que hay que defender a la patria. que no es otra cosa que la tierra
natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el ser humano
por vínculos jurídicos, históricos y afectivos, sin embargo eso es muy
protocolar y el término patria encierra mucho más.
El chovinismo o patrioterismo, es la creencia narcisista,
próxima a la paranoia y la mitomanía, de que lo propio del país o región al que
uno pertenece es lo mejor en cualquier aspecto.
La Patria designa a la
tierra natal o adoptiva a la que un individuo se siente ligado por vínculos de
diversa índole, como afectivos, culturales o históricos. Como la Patria es un
sentimiento, una persona puede adoptar una patria distinta que aquella en la que
nació, y sentirse unido a sus tradiciones, sus costumbres, su cultura, y
dispuesto a luchar y esforzarse por su grandeza. La Patria no existe sin
patriotas, y los patriotas son aquellos que anónimamente, día tras día trabajan
honradamente, estudian, son solidarios, y no discriminan al resto de las
naciones de la Tierra. Los otros patriotas, esos trafican con el país. Patria es
una cifra oculta oronda, bondadosa y obesa que se escolta en los bancos con la
complicidad de los banqueros.
Ese símbolo de “Patria” que venden,
los sacrosantos medios de comunicación púlpito de la oligarquía y la burocracia
demagógica, es un eufemismo fetichista para la “reconciliación” de clases.
Dicen que “todos somos mexicanos”, “todos somos hermanos”, “todos somos
patriotas”, mientras reine la explotación y el saqueo. Por supuesto que sí,
amén.
Tal vez en Palacio Nacional,
o Casa Residencial de poderes estatales u hoteles de lujo del gobierno municipal,
vestidos a la usanza de “Charros” y
“Chinas Poblanas”. Algunos hasta degustarán platillos típicos con bebidas
nacionales de importación de las “bodegas” de Tepito. Cunde lo extravagante, lo
exótico. Mientras el hambre crece: “…por lo menos 40 millones de mexicanos
padecen hambre; más del 60% de los niños del medio rural se encuentran
desnutridos y alrededor del 75 por ciento de la población infantil indígena,
solo voltee a ver el cielo nublado de dinero en multicolores estallidos, donde
cada peso, en cenizas les cae en la cabeza. Pinche plebe, para que esté allí.
Palabra patria que es
sentida más corrupta e hipócrita, sostenida principalmente por acuerdos mercantiles
con las Fuerzas Armadas y los monopolios mass media. Donde el mexicano
desempleado, el despojado, el criminalizado, el oprimido, vejado, atemorizado,
el hambriento, el migrante, el deudor, el lumpen esos qué, qué con esos.
Esa “Patria” feliz que la
oligarquía mexicana celebra entre fiestas, kermeses populares” como decoración y
atuendo obligado, es una dádiva del capitalismo, es festejada por el masoquista,
por una sociedad depravada que de su dolor busca la alegría ingenua, por
cobardía y desasosiego.
Ante este mes patriotero,
quizás algunos más o menos, son sólo un rostro en la multitud en una calle
sin" cabeza ", de un callejón sin salida aparente.
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