sábado, 5 de mayo de 2018

Las encuestas se hacen en las casas, las lecciones se ganan en las casillas: René Juárez Cisneros Por: Ricardo Corte Rojas


Fotos: Tomadas de Google
            En su primer discurso como dirigente nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), René Juárez Cisneros recordó a los candidatos presidenciales que “las encuestas se hacen en las casas” y que “las elecciones se ganan en las casillas”, al mismo tiempo que se comprometió a poner su mejor esfuerzo para consolidar la unidad dentro de ese instituto político para demostrar que es un partido con alma, no un barco frágil y qué sí pueden ganar las próximas elecciones constitucionales del primero de julio.
En un discurso de 11 minutos con 12 segundos, con una decena de aplausos de la cúpula priista, principalmente al señalar que habrá de trabajar de “abajo hacia arriba” para consolidar el triunfo electoral del candidato presidencial por ese partido, José Antonio Meade Kuribreña, el ex alcalde de Acapulco y ex gobernador de Guerrero subrayó que
“la obsesión y la ambición desmedida por el poder ciega a algunos”, pero que Meade y el PRI no quiere, después del primero de julio, un México hecho pedazos, un México confrontado, un México divido”.
            Discípulo del malogrado ex gobernador por Guerrero y quien fuera secretario general del comité ejecutivo nacional del Revolucionario Institución, José Francisco Ruiz Massieu, a quien su hija Claudia Ruiz Massieu, en calidad de ese cargo partidista tomó la protesta estatutaria a Juárez Cisneros, el nuevo líder nacional del priismo advirtió a sus adversarios políticos “que quisieran vernos postrados, (que) habrán de desilusionarse irremediablemente” el finalizar la jornada electoral.
            Al priismo nacional les recordó que “el PRI es la casa de todos y   que no debe de haber rencores  ni amarguras, que es tiempo de sacar la casta, de crecer ante la adversidad y de demostrar de qué están hechos y de que sí pueden ganar las elecciones si se trabaja  cerrarle el paso al resentimiento.
            Ante los gobernadores por Guerrero Héctor Astudillo Flores y  de Campeche Rafael Alejandro Moreno Cárdenas, René Juárez insistió en mensajear a los candidatos opositores que se sientes triunfadores a casi dos meses del proceso electoral que “hasta hoy, no he visto ninguna encuesta formada ante una urna electoral” y les recordó que “son las personas las que votan, los seres humanos, (y que es) a ellos (a los que) hay que convencer”.
Por ello también insistió en convocar a los dirigentes y líderes priistas a no despreciar a ningún militante, a trabajar para lograr la inclusión y el respeto de toda la militancia para consolidar el primero de julio el único proyecto que le sirva a las y los mexicanos, y que, “ no tengo ninguna duda, lo enarbola nuestro candidato José Antonio Meade Kuribreña”.
            A continuación su discurso.
Agradezco a todos su confianza y respaldo. Comprometo ante ustedes y la militancia mi mejor esfuerzo para cumplir la más alta encomienda  como militante del Partido Revolucionario Institucional. La asumo con humildad, que no es sinónimo de debilidad; la enfrentaré con el ánimo de consolidar la unidad de nuestro instituto político, donde la inclusión y el respeto,  a todos sin excepción, son fundamentales.
El PRI es la casa de todos. No debe de haber rencores  ni amarguras,  es tiempo de sacar la casta, son tiempos de crecernos ante la adversidad, son tiempos de demostrar de qué estamos hechos.
Somos,  un partido con alma, no un barco frágil, aquí no hay espacio para el pesimismo. Aquellos que quisieran vernos postrados habrán de desilusionarse irremediablemente.
Vamos todos a dar lo mejor de nosotros mismos, vamos a demostrar qué sí podemos ganar, que nacimos para ganar; surgimos de la unidad, no de la división, privilegiamos la cohesión y cerramos el paso al resentimiento, somos la unidad en la diversidad, escuchamos todas la voces,  jamás habrá desprecio por ningún militante;  aquí cabemos todas las generaciones de priistas, absolutamente todas, que no quede ninguna duda.
A partir de ahora, el partido y la campaña de nuestro candidato son dos rieles de una misma vía. Armonizamos discurso y visión, con la misma identidad, con el mismo propósito: generar confianza, certidumbre, entusiasmo, pasión y emoción para ganar esta elección y llevar a Pepe Meade a la presidencia de México.
No conozco otra forma de hacer campaña,  que no sea de abajo hacia arriba; los votos están en el territorio, por eso esta campaña avanzará desde abajo hacia arriba. Quiero expresarlo, que no exista ninguna duda, en absolutamente ninguna duda, que Aurelio y yo caminamos juntos, compartimos el mismo propósito: Ayudar a Pepe Meade para que sea presidente de México.
Los grandes triunfos electores se construyen a partir de la suma de las pequeñas victorias; no menospreciemos ningún esfuerzo por pequeño que sea, vamos a luchar por cada regiduría, propietario y suplente; todos valen, todos cuentan, todos aportan, y a partir de ahí, vamos a construir la gran victoria;  se construye la grandeza desde lo pequeño, no tengo ninguna duda, se construyen los triunfos cercándonos a la gente, mirándoles los ojos, hablando con ellos y respetándolos.
Hoy, hasta hoy, no he visto ninguna encuesta formada ante una urna electoral, no dudo en decirlo, son las personas las que votan, los seres humanos,  a ellos hay que convencer.
México demanda y necesita actitudes incluyentes que respeten todas las voces y en la diversidad construir los acuerdos que permitan encontrar solución a nuestros problemas y desafíos.
Las actitudes intolerantes que pretenden cercenar las libertades no tienen cabida en una democracia.  Hay quienes secuestrados en el odio, en la amargura, abonan a la confrontación que daña a México;  debemos de seguir apostando al encuentro, a la conciliación entre las y los mexicanos, al respeto a la ley, a la generación de confianza y certidumbre.
            Ningún país, y el nuestro,  por supuesto no es la excepción, tienen destino y futuro  cierto si no hay confianza y certidumbre; necesitamos apostar por un proyecto que lleve a la Nación con rumbo y destino seguro, por un proyecto que le sirva a las y los mexicanos, es proyecto lo encarna, no tengo ninguna duda, lo enarbola  nuestro candidato José Antonio Meade Kuribreña.

Lo peor que le puede pasar a este país es que, una vez que concluya el proceso  electoral, esta Nación esté partida en dos pedazos: por un lado los buenos y por el otro los malos; eso no le sirve a México, eso no abona al progreso México, eso no es lo que desean las y los mexicanos.
Cuando el hombre de poder, con mando y mandato, enfrenta el reto y el desafío de gobernar una Nación como la nuestra, tiene que decidir entre el riesgo insalvable de transformar o la posición cómoda de administrar. Desde aquí saludo al presidente transformador, al amigo y militante, a Enrique Peña Nieto.
Las encuestas se hacen en las casas, las elecciones se ganan en las casillas; la mejor encuesta será la del primero de julio, para eso trabajamos juntos.
La obsesión y la ambición desmedida por el poder ciega a algunos, nosotros no queremos, y lo reitero, después del primero de julio, un México hecho pedazos, un México confrontado, un México divido, no; eso no lo queremos los priistas que hemos sido siempre responsables y que amamos a esta gran Nación.
Un México, lo que queremos  es un México donde se respete la ley, un México que genere, y lo reitero, confianza y certidumbre, porque esas dos cualidades las encarna Pepe Meade, un hombre que le puede dar confianza, certidumbre y destino a esta gran Nación, a eso le apostamos.
            Un México que tenga como destino este gran esfuerzo, esa conducción con rumbo y  certidumbre de Pepe Meade, que desemboque en mejorar las condiciones de vida de las familias mexicanas, pero sobre todo, de las que más requieren la solidaridad de un partido que enarbola causas sociales como el nuestro; arrebatemos las banderas, vayamos al encuentro del desencanto y la desesperanza de muchos  para que encuentren en este espacio de partición política una alternativa y una opción; de eso se trata y no de otra cosa.
Enfrentemos éste desafío con  honor y dignidad, con entrega y desprendimiento, con ánimo de triunfo, con la frente en alto, con la convicción de que somos los mejores; salgamos a la conquista del voto del corazón, pero busquemos también el voto de la razón. ¡Vamos a ganar el primero de julio! ¡Vamos  ganar y que viva México y que viva el Partido Revolucionario Institucional!.